Juego de tiempos
Una vez más me puse sus vestidos, repitiendo la antigua ceremonia. Cuando los zapatos eran lanchas y la cartera, el futuro entre papeles y perfumes inadecuados e indescifrables, a la edad de no alcanzar la silla.
Esa energía me acercó lo que el recuerdo olvida. La piel de mi madre.
Esa energía me acercó lo que el recuerdo olvida. La piel de mi madre.
Que forma más dulce y romántica de recordar a una madre,como cuando era pequeña y se ponía su ropa y sus zapatos.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato Ala.
un abrazo.
Gracias. Hoy justamente sería su cumpleaños. A veces uno juega igual, de grande, cuando ella ya no esta.
EliminarAla, me encanta como nos cuentas ese juego al que todas hemos jugado cuando éramos pequeñas, emulando a nuestra madre, queriendo ser como ella.
ResponderEliminarAhora recurres a el para recordar a una madre y su piel.
Precioso. Enhorabuena.
Besos
Es un juego de grandes! Donde los tiempos se entrecurzan. No describi aquel juego de la infancia, sino éste, con su ropa guardada desde que partio! Los cuentos como lectores; obviamente nos llevan a lugares no inspirados por el autor.
ResponderEliminarPocas imágenes tan emotivas como la que nos has regalado, Alicia. Una pequeña, hoy mayor, tomando a su madre como modelo. Aunque la relación con los padres evolucione a la par de nuestra edad, para muchos de nosotros siguen siendo los héroes más grandes.
ResponderEliminarSaludos.
Vicente
Muy acertado ese juego de tiempos del título. El tiempo de la infancia emulando a la madre y el de la edad adulta añorándola, siempre vistiendo sus atuendos.
ResponderEliminarMuy hermoso, Alicia. Un beso.
Que nostálgico y bello, poder recordar el tacto, un olor... La memoria a veces trasciende de estas formas tan extraordinarias. Y lo has relatado muy bien, tan fluido y natural, como si te sobrarán palabras y no te tuvieras que ceñir a 50.
ResponderEliminarUn abrazo,
Unos juegos que, igual que de niños nos confortaban, de mayores deberíamos recurrir más a ellos porque surtirían en nosotros el mismo efecto. Muy bonito contado, Ala. Un saludo.
ResponderEliminarNos has dejado una foto preciosa, mostrándonos a la niña que fue en su día jugando a imitar a su madre y la adulta que es ahora recordando a su madre. Precioso Ala.
ResponderEliminarUn beso.
Malu.
Buenas noches, Ala. Una evocación de recuerdos llevada de forma apropiada a la narrativa. Sean memorias propias o de un personaje distinto, lo hiciste muy bien. Saludos.
ResponderEliminar