Pies fríos, corazón caliente
Paciente, espera ver el carruaje del corregidor pasar. ¿Y si hoy le mira? No lo hará. Nunca lo hace. Pero él sí la verá. Después, embobado, volverá sobre sus pasos esparciendo con sus pies descalzos los regueros de aguas fétidas de orines que calmarán sus sabañones. "Tal vez mañana...", fantasea.
Enternecedor y triste Matrioska. El amor cuando te atrapa no entiende de clases. Lastima que ella, envuelta en su mundo, no haya reparado en el enamorado. Quizas nunca sea posible, pero lo importante es amar y todavia hay una esperanza futura de que asi sea. Me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarPienso como tú, lo verdaderamente importante es amar y nunca perder la esperanza. Muchas gracias, Carmen y muchos besos.
EliminarMatrioska, recreas una situación del pasado que bien se podría trasladar a la actualidad. Las clases más bajas no existen para las altas, y eso hace que algunos desarraigados sientan un enamoramiento platónico por los ricos, que ven superiores a ellos. Me ha gustado mucho. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, María José, siempre ha habido y habrá historias de amor truncadas por las diferencias sociales. Un abrazo.
EliminarMatrioska nos cuentas una triste historia de amor, con un lenguaje tan bello, propio de la edad de oro de nuestra literatura.
ResponderEliminarTu título y tus 50palabras casan tan bien, tu frase de como camina tu protagonista nos fotografía y nos hace ver el frío que hace y siente. Y su corazón caliente nos lo demuestras cuando queda embobado mirándola.
Precioso relato Matrioska, me ha encantado.
Besos.
Fue una fotografía de principios del siglo pasado de unos niños caminando descalzos la que me inspiró el micro. En ella no solo se veía la miseria, sino que hasta se “olía” la pestilencia de esas calles. Muchas gracias por tu bonito comentario, Javier. Un beso fuerte.
EliminarNos deleitas con un bello relato de amor imposible, Matrioska. La diferencia de clases es el gran obstáculo. Ella nunca se fijará en él, aunque al enamorado le baste con una mirada. Al situarlo en una época pasada refuerzas a esa imposibilidad.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Un beso.
Así es, Carmen, trasladarlo al pasado refuerza más ese distanciamiento entre clases. Seguramente la cría nunca le mirará, pero a él, por muy miserable que sea, nunca podrán impedirle que sueñe con ella. Muchas gracias por tu comentario y un beso.
EliminarLos pies en la tierra; fría, fea y dura como la realidad. El corazón y la cabeza en el cálido consuelo del quizás, en la arrulladora esperanza de los deseos imposibles. Poder y pueblo. Alcurnia y plebeyez. Indiferencia y Pasión. Todo eso lo remarcas con tu poderosa escritura, con esas pinceladas en forma de letras que dan cuerpo a la excelencia de un micro que más parece un retrato.
ResponderEliminarEmbobado yo al leerlo.
Grandísimo micro, por segundo mes consecutivo. Enhorabuena, Matrioska.
Un abrazo.
Para grandísimos, tus comentarios, Antonio. Solo por encontrarte cada mes con ellos merece la pena escribir. :) Muchísimas gracias y un fuerte abrazo.
EliminarTriste relato en que nos pintas magistralmente un amor imposible, esos que siempre han sido y serán los que nos atraen irresistiblemente.
ResponderEliminarTu lenguaje, como siempre, bellísimo.
Enhorabuena, Matrioska.
Besos
Muchas gracias, George. Sé que te resulta difícil, así que te agradezco que me visites. ;-) No sé si la historia es triste, yo diría que, como ella no sabe de su existencia, ni pierde ni gana nada, sin embargo, él, gana tener ese gran corazón caliente y vivo. Un beso grande.
EliminarEsos orines como remedio para la piel castigada me llevan a pensar en el entrañable e inocente Azarías de Miguel Delibes. Y pienso que tu personaje, como aquel, pueda sufrir también esa misma inocencia, lo que le llevaría a ignorar el inmenso abismo que existe entre ambos corazones.
ResponderEliminarPrecioso, Matrioska, y lleno de una plasticidad que se queda en la retina.
Enhorabuena y un abrazo.
Me has sacado una sonrisa al recordar a Zacarías. Qué gran autor le creó, qué gran libro y, también, qué gran película. Así es, mi protagonista no quiere ver otra cosa que lo que le dicta el corazón, de ser diferente, seguiría yendo todos los días para ver pasar a la pequeña damita, pero no guardaría ninguna esperanza. Muchas gracias por tus palabras, Enrique. Un fuerte abrazo.
EliminarMatrioska, con gran belleza nos describes un amor imposible en una época en la que resultaba imposible entre clases sociales tan distantes. La parte que de forma tan gráfica nos describes cómo anda sobre sus pies descalzos... nos das las claves para conocer cual es la clase del enamorado y lo grande que es su amor si es capaz de cada día acudir a su paso.
ResponderEliminarMe ha encantado. Enhorabuena un mes más!
Besos
El corazón no entiende de clases y el de mi protagonista es tan grande y noble que cree que puede esquivar ese abismo que, por otro lado, tampoco quiere ver. Muchas gracias por tu comentario, Pilar, y muchos besos.
EliminarYo, a pesar de ser un amor imposible, quiero creer que nos dejas algo en este relato, la aventura de soñar, que nos deja sobrevivir.
ResponderEliminarQué más decirte que no te hayan comentado, con cada relato nos das el puntillazo en el alma, de muestra esa cura para sabañones de nuestro protagonista. Felicitaciones y besos a esgalla.
Ahí está, mi protagonista no tiene ni zapatos pero tiene algo mucho más importante y que nadie le puede arrebatar y es la esperanza y la capacidad de soñar. Muchas gracias, Maite, por tu visita y por tus palabras. Besos a esgalla. ;-)
EliminarLa peor parte, en cuanto a amor se refiere, se la llevará ella: al final será casada con alguien de su abolengo, pero no de su corazón. También es dura la parte del desamor de él. Pero es un espíritu libre, al menos, aunque por culpa de las clases sociales, sea invisible a los ojos con los que quiere ser mirado.
ResponderEliminarGran relato, Matrioska.
Un beso.
Pablo.
Lo mismo pienso yo, quizás ella duerma caliente y porte bellos vestidos, pero seguro que nunca llegará a saber qué es el amor. A él, en cambio, el calor se lo da ese apasionamiento y esa libertad para soñar. Muchas gracias, Pablo. Un besote fuerte.
EliminarLas barreras para el amor son muchas, a veces tan altas que para superarlas hay que emplear la imaginación.
ResponderEliminarPrecioso, Matrioska.
Un abrazo dominical.
Vicente
Cuando el corazón late desbocado, no hay barreras suficientemente altas para aspirar saltarlas, al menos, para fantasear que se pueden saltar. Un abrazote y muchas gracias, Vicente.
EliminarEl título resulta muy apropiado, pues enmarca muy bien al protagonista. La primera frase denota su baja condición; la segunda, sus sentimientos. Somos semejantes, vivimos en mundos paralelos, pero hemos establecido abismos entre unos y otros, algo que no ha paliado el tiempo. Esa mujer, marcada por su abolengo, ni siquiera sabe de la existencia de alguien que lo daría todo por ella. Lo más triste es que, aunque lo supiera, tendría que rechazarle.
ResponderEliminarBuena combinación de amor imposible y diferencia de clases.
Un abrazo, Matrioska
Me gusta tu comentario porque, en realidad, el que ella ni sepa de su existencia les está ahorrando una situación mucho más triste y amarga que si ambos terminasen enamorándose. Así de lamentable es muchas veces la sociedad. Un fuerte abrazo, Ángel y muchas gracias.
EliminarUna palabra te ha bastado para trasladarnos a otra época. Con el resto, creas una atmósfera bulliciosa y de efluvios pestilentes que nos permite sumergirnos en la realidad de este pobre hombre.
ResponderEliminarMe encanta aprender de ti, Matrioska.
Un beso
Muchas gracias por tus palabras, pero me temo que aquí la única maestra que hay empieza por Marga y acaba por rita, yo soy la eterna aprendiz. Y no, no es modestia, es que de siempre me ha molado más ese papel. ;-) Un besazo, guapísima.
EliminarÉl, paupérrimo, paciente, enamorado, fantasioso y con los pies descalzos pisando deshechos. Ella, mujer de alta alcurnia incapaz de mirar más allá de su ombligo y pisar donde no haya una alfombra.
ResponderEliminarSiento decir a tu protagonista que "mañana" las cosas siguen igual o quizá peor...
Bravo Matrioska, el relato es inmenso.
Te mando un beso grande.
Malu.
Lo más probable es que sí, que nada cambie, pero para mi mozalbete soñar que un día su amada fije su mirada en él es todo un aliciente para levantarse por las mañanas con ilusión. Un día crecerá y se dará de frente con la realidad. Muchos besazos y muchas gracias, dulce Malu.
EliminarDistingo en tu microcuento dos universos, por un lado, el de los abismos sociales, tan sangrante desde siempre, tan injusto. Esas personas que parecen dioses y esas otras que parecen gusanos sin derecho alguno, podemos comprobarlo hoy mismo, sólo hace falta echarle un vistazo al mundo, y luego preguntarse qué han hecho esos millones de miserables para merecer suerte tan terrible.
ResponderEliminarPor otro lado, el de los amores platónicos, el de las idealizaciones amorosas, quizá absolutamente ridículas. Porque, ¿qué sabe ese pobre hombre de la bella dama que ve pasar en un carruaje? De entrada, está claro que sólo puede soñar con ella, pero, si, como en el cuento de la Cenicienta, una varita mágica le elevara hasta las alturas sociales en las que ella vive, y si, mediante ese acto mágico tuviese acceso a ella, quizá se desengañaría, vería que es una caprichosa, una indolente, una codiciosa, un suponer; aunque también podría ser que estuviese adornada de muchas virtudes, y su amor se acrecentase como si hubieran echado gasolina a la hoguera de su pasión.
En fin, ¿quién no ha soñado con amores imposibles? ¿Quién no ha salido de una película con el corazón abrasado de amor por el actriz o el actor principal o, incluso, por alguno de los secundarios?
Pero luego, si uno madura, sabe que el amor es otra cosa, que esas ensoñaciones son cohetes de artificio que se apagan en la noche de Eros, y que el amor verdadero se hace día a día, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad... como dice la manida fórmula. El amor es un lento y paciente libar, como si fuésemos un laborioso insecto entregado a esa tarea tan gratificante, pero también, tan ardua.
Lo que sí que enamora es tu microcuento, con esas imágenes tan precisas que se forman en la cabeza al leerlo, con ese viaje en el tiempo quizás hacia épocas cervantinas. Por todo ello, Matrioska, mi enhorabuena y un abrazo.
El amor, como sentimiento que es, no se puede medir, es tan relativo que puede haber infinitas formas de amar. En este caso el protagonista es un jovencito deslumbrado por el porte y la belleza de una pequeña dama. Acaba de despertar al amor y ni siquiera esa enorme brecha social que les separa es barrera para él y por eso se permite soñar. Muchísimas gracias por tu espléndido comentario, Enrique, y un fuerte abrazo.
EliminarDi que sí, que la esperanza (en el amor y en la vida) es lo último que se debe perder.
ResponderEliminarLo siento por ese pobre corazón encandilado, pero sus días, me temo, que seguirán pasando con los pies fríos y sin recibir una sola mirada. De una palabra, ya ni se la imagina.
Va mi me gusta, Matrioska, por ese bien elegido título (¡qué importantes son!) y por la historia, triste, de amor que nos has dejado.
Enhorabuena, un saludo muy especial y nos seguimos leyendo.
Eso nos tememos todos, que el pobrecito mío se hará la caminata en balde todos los días y seguirá siendo invisible para su amada. Muchas gracias, José Antonio, y otro saludo y beso especial para ti.
EliminarLo malo vendrá cuando el pobrecillo despierte y comprenda que él merece algo y a alguien mejores. Pero así es el amor y todos lo hemos sufrido.
ResponderEliminarBesicos, Matri.
Esta alma cándida despertará a fuerza de decepciones, me temo. Pero ya sabemos que la vida y lámour son así de ingratos. :) Muchos besos, Patricia.
EliminarEl amor no entiende de clases, edades, religiones, ni razones, esa química del corazón que puede ilusionarte hasta ser tu camino. Excelente ambientación y genial relato, Matrioska. Un abrazo.
ResponderEliminarEl amor no solo es ciego, es indomable, por eso se sufre tanto por él. Un abrazo grande y muchas gracias, Salvador.
Eliminar¡Sensacional, Matri! Cuando pareciera que ya estaría todo dicho acerca de los amores interclasistas imposibles, va y te encuentras con la historia del hombre de los sabañones.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
:D De momento el de los sabañones es jovenzuelo, por eso sigue caminando con sus pies desnudos con la esperanza de hacerse visible algún día ante los ojos indiferentes de su anhelada dama. Muchos besos, Carles, y gracias por tus palabras.
EliminarParece que en este caso el amor no es suficiente. No estoy diciendo que la economía importe, sino que los contextos en que se mueven son diferentes. El entorno y la cultura tienen mucho que ver con la relación de la pareja. Aunque las leyes de la física dicen “contrarios se atraen, iguales se repelen”, parece que no se aplica en el terreno amoroso.
ResponderEliminarYo creo que el amor, en primera instancia no es clasista, porque no escogemos de quien nos enamoramos; sin embargo si hay que tener en cuenta lo que somos, lo que valemos y lo que buscamos para nuestra vida.
¡Que difícil se lo acabo de poner a tu protagonista!Lo siento. A lo mejor, algún día, ella levanta la vista y le ve...
Me ha gustado tu relato, Matri. Besazos.
Lo que es complicado es que esas historias de amor lleguen a buen puerto, pero como dices, la chispa del amor no hace distinciones, cuando se enciende poco hay que se pueda hacer salvo dejar que se consuma si los ojos por los que vives nunca llegan a posarse en ti. Muchas gracias, Olga, y muchos besazos de vuelta.
EliminarQué bonita historia-cuento con final abierto. Con esas imágenes tan potentes nos has dejado ver a los personajes con toda su fuerza y la crudeza de su miseria. Un beso, genial Matrioska.
ResponderEliminarMuchas gracias, Belén, todavía está por ver si esta historia tiene un comienzo. ;-) Un besote grande.
EliminarMe encanta este volver al pasado y seguir en el presente. Una bonita historia incluidos los sabañones que convierten al corregidor en persona... Buen micro. Besazossss
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar, Carmen, guapa. Un beso gordote.
EliminarAhora que se que tu historia sale de un cuadro, me gusta aún más Matrioska.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Muy buen micro, saludos y suerte.
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