Procesión

Lunes Santo, sus ojos de niño no se apartaron de aquellos cristales, seguía lloviendo y el agua dejaba la calle cubierta de barro.

Martes Santo, la tormenta no cesó, la salida era casi imposible con ese tiempo.

El miércoles su madre trajo aquellos chalecos, todos caminaban despacio hacia la embarcación.
Escrito por Carmen Martagón E. - Twitter

40 comentarios :

  1. Muy bueno. Me ha gustado mucho, en serio.
    Por eso... no sé qué decir, prefiero leerlo de nuevo

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    1. Muchas gracias Luisa. Me alegra que te haya gustado. El mejor regalo que vuelvas a leerlo. Un abrazo

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  2. Carmen muy buen relato, cuentas como si fuese que esperasen que dejara de llover para poder salir con los pasos de Semana Santa, pero, sino me equivoco, en realidad están esperando que deje de llover para poder subirse a una embarcación que los lleve a la tierra prometida, o tal vez por desgracia hacia la muerte, un destino incierto.
    Carmen me ha gustado mucho.
    Besos.

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    1. Gracias Javier. Me alegra que te guste. Me vino a la cabeza mientras veía tantos niños llorando bajo la lluvia en los campos de refugiados y el contraste con la lluvia que impide la salida de las procesiones. Qué duro de be ser todo en sus vidas. Un abrazo grande.

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  3. Carmen Hinojal25/4/16, 9:24

    Ya desde el principio comienza a intrigarte. Es algo normal, llueve y esperan a que deje de hacerlo para sumarse a la procesión. Como no cesa la lluvia, ya no hay más remedio que afrontar al destino. Quizás en las peores condiciones. Pero más duro, piensan, será quedarse. Estremece pensar qué pasará. Con tú micro, que dejas con un final incierto, me has hecho pensar en lo que deben sufrir los que huyen de la guerra buscando un futuro mejor. Abrazos Carmen, muy buen micro.

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    1. Gracias Carmen. Debe ser terrible dejar tu hogar, meterte en una barca inestable que no sabe si llegará a su destino y cómo será el lugar a donde van. Se me encoge el alma al ponerme en su lugar. Me alegra haber llegado al fondo con el micro. Un abrazo grande

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  4. Un gran relato, Carmen, en el que demuestras que la verdadera semana de pasión, una semana que puede durar toda la vida, la sufren los que tienen que escapar de su país dejado de la mano de Dios.
    Un beso.
    Pablo.

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    1. Gracias Pablo. Eso es para mí la verdadera pasión y el verdadero calvario. Un abrazo.

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  5. Hermoso micro, Carmen. El tema de la migración, de los desheredados, contado como una procesión de Semana Santa, es una idea muy acertada y original.
    Me ha gustado mucho. Besos.

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    1. Gracias Carmen, me alegra que te guste. Un abrazote enorme amiga.

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  6. Buen giro de la semana de pasión con auténtico sufrimiento de los penitentes.
    Me ha gustado tu relato Carmen.
    Un beso.

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    1. Muchas gracias Isidro. Sin duda el mayor sufrimiento se produce en esas playas... Un Besazo.

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  7. Carmen, de que manera tan acertada has hecho un paralelísmo entre los cofrades que esperan para procesionar en Semana Santa, pendientes de las condiciones climatológicas y los refugiados que esperan que mejore el clima para embarcar en una patera hacia un futuro incierto arriesgando su vida.
    Me ha encantado. Eres genial y con una enorme sensibilidad amiga!
    Enhorabuena!
    Besos

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    1. Gracias amiga. Ya sabes que este tema siempre está en mi cabeza. Me duele el drama de tantas familias que sufren el mayor de los calvarios. Un abrazo grande guapa.

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  8. Eso si que debió ser una "semana de pasión". Viendo llover hasta tener que abandonar la casa, supongo que por la inundación. Lo de los chalecos salvavidas da un punto a la historia.
    Muy bien. Un beso.

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    1. Gracias Olga. Me alegra que te guste. Un abrazo!!!

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  9. Una procesión que no cesa, un eterno padecer que no es por gusto. Arriesgar la vida por obligación, aún más cuando la meteorología es adversa. Madres obligadas a embarcarse con sus hijos. Circunstancias extremas que no deberían darse y que tendrían que ser remediadas de inmediato, pero no nos ponemos de acuerdo. Es más fácil mirar para otro lado y seguir con nuestro egoísmo. Buen paralelismo entre la tradición cristiana y este triste peregrinar.
    Un abrazo, Carmen

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    1. El más triste de todos los pregrinajes. Nada debe ser comparable a ese sufrimiento de principio a fin. Cuanto miedo y rabia en cada acción. Gracias Ángel. Un abrazo grande.

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  10. Extraordinario relato, Carmen. Sutil y elegante para enfrentar una tragedia real y desgraciadamente actual con las trivialidades de esta sociedad nuestra.
    Un abrazo con toda mi admiración.

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    1. Gracias Patricia!!!. Demasiado actual en este tiempo que vivimos... Un Besazo

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  11. El viacrucis de la migración magníficamente contado. Una crisis donde, desgraciadamente, no hay muchos cirineos.
    Genial, Carmen.
    Un saludo afectuoso.

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    1. No hay cirineos, sólo Pilatos, Herodes y otros tantos empeñados en ir contra hermanos y hermanas. Gracias Vicente. Me alegra que te guste.

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  12. ¡Qué bueno, Carmen! Y sin salirte del azul. Para que luego digan que no existen las variaciones cromáticas.
    ¡Enhorabuena!
    Un beso

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    1. Siempre el azul, siempre el agua, siempre ellos en mi mente. Gracias Margarita. Un abrazo grande.

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  13. Una procesión que nos obliga a nuestra penitencia, ya que somos todos culpables de las tremendas desigualdades de este nuestro querido mundo. Muy bueno, Carmen. Un abrazo.

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    1. Gracias Salvador. Todos somos un poco culpables sin duda. Un abrazo.

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  14. Carmen, gran relato. Me quedo sin palabras.
    Te mueves por el océano como pez en el agua
    Un beso.
    Malu.

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    1. Gracias Malu. Siempre el Agua y ese enorme mar presente aun sin nombrarlo... Besitos

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  15. Terrible Semana Santa la que nos cuentas, Carmen, y más vista con la mirada de un niño que está empezando a empaparse –y no precisamente por esa lluvia persistente que no deja de caer- de las injusticias de este mundo.
    Una familia que intenta huir de la guerra o de cualquier otra atrocidad que los seres humanos nos infligimos unos a otros, una familia que sueña con un futuro mejor en algún sitio donde reine la paz y unas condiciones de vida dignas.
    Pero para esa huida, quizá han tenido que ponerse en manos de una mafia, además, sin duda, saben que van a jugarse la vida, que esos individuos sin escrúpulos a quienes han pagado gran parte de sus ahorros para huir del espanto, tratarán de sacarle el mayor beneficio al viaje, con lo cual, la embarcación irá saturada de personas, y será grande el peligro de zozobrar y hundirse en las negras aguas del mar.
    No sé si el niño tiene más hermanos, no sé si ha perdido a su padre en alguna maldita guerra, no sé cuántos son los miembros de esa familia que se van a poner los chalecos y van a emprender esa arriesgada aventura.
    Y si logran alcanzar las soñadas costas, quizás, más tarde, queden retenidos en alguna frontera, inmovilizados en un campo de refugiados viendo cómo pasan los días sin que llegue el sueño que tanto anhelan y cómo sus esperanzas que convierten en pavesas.
    En fin, esperemos que esa Semana Santa tengo un Domingo de Resurrección, pero entre fanatismos, maldades, incomprensiones e indolencias muy mal lo tienen los desheredados de este mundo.
    Un abrazo, Carmen y mi enhorabuena por tan sensible y acertado microcuento.

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    1. Eso espero yo también. Gracias Enrique por tu magnífico comentario. Un abrazo grande y encantada de haber llegado a vuestros corazones.

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  16. La pena es que tras esta procesión no suele haber resurrección.
    Saludos, Carmen.

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    1. Ojalá no fuera necesaria la resurrección. Un abrazo y gracias.

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  17. Vaya, no esperaba para nada ese drástico y dramático cambio de rumbo. Me parece un micro sensacional, muy hábilmente arrojas toda el agua de tormenta sobre el lector. Felicidades, Carmen. Un beso grande.

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    1. Gracias Matrioska. Cambia el rumbo en dirección a un futuro incierto... Me alegra haber logrado lo que pretendía. Tenemos que mojarnos en esta tormenta. Un abrazo grande

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  18. El calvario de un niño que se dirige a una cruz con forma de embarcación rumbo a su supervivencia o a su perdición. Magnífico contraste entre una semana santa de devoción a figuras de yeso y madera, balanceadas con intenso fervor, y la procesión de atiborradas barcazas balanceadas por un mar arisco sobre las que tantos niños buscan misericordia en una tierra aletargada de compasión, pero exultante de fervor.
    Muy buen relato, Carmen. Enhorabuena.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Antonio. Esas barcazas llenas de vida que se dirigen hacia la muerte son las que a mí me dan ese pellizco en el alma. Me alegra que te guste. Un abrazo.

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  19. ¡Vaya giro que le das a tu historia, Carmen! Pensaba al principio en una cosa y me encuentro, al final, con otra radicalmente diferente. ¡Gran relato y muy bien narrado! Y el título, el idóneo.
    Va mi me gusta.
    ¡Enhorabuena y recibe un fuerte abrazo!

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    1. Es como ese giro enorme que dan sus vidas ante la crueldades la guerra. En un segundo todo cambia... Y debe ser la procesión más amarga que existe, ese caminar hacia la nada. Gracias José Antonio. Un abrazo grande.

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  20. El dolor real no necesita del artificio ni la escenificación, aunque sí se hacen necesarios muchos relatos como el tuyo para que tomemos conciencia de él.
    Enhorabuena, Carmen, por esta inteligente y bella manera de mostrarlo.
    Un abrazo.

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  21. Muchas gracias Enrique. Me alegra que el relato llegue. Un abrazo

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