Reacción en cadena
Dormitaban en el sofá y un golpe de viento los despertó. A cámara lenta, la corriente de aire acarició la fotografía de su princesa, los besó con ternura, les susurró adiós entre llantos y partió hacia el cielo convertida en estrella fugaz. El teléfono guardó un respetuoso silencio durante horas.
Igual y me equivoco pero a mí el relato me cuenta la historia de una pérdida. Unos amorosos padres que no se imaginan que su hija acaba de morir pero el viento les trae su despedida. El teléfono guarda silencio algunas horas, luego será el conducto de la triste noticia. Una cosa lleva a otra como una trágica reacción en cadena.
ResponderEliminarPerdón si estoy errado.
Buen micro, Nicolás.
Saludos.
Vicente
Los padres reciben la visita de despedida de su hija, ya muerta aunque ellos no lo sepan. Más tarde recibirán la noticia. Hay mucha ternura en esa despedida, descrita de un modo poético.
ResponderEliminarBello relato. Un abrazo, Nicolás.
Me he estremecido al leer tu relato. Que forma tan elegante de contar una más que dramática pérdida.
ResponderEliminarMi admiración, Nicolás.
un abrazo.
Pablo.
Existen hechos fundamentales en la vida que se perciben de alguna forma inusual cuando suceden, sin importar la distancia, antes de que haya noticia cierta de ellos. Esa sensación de haber notado un pálpito especial o un presentimiento puede ir en algunos casos más allá de la capacidad física del cerebro, fuera del límite de lo racional. Hay realidades que no alcanzamos a comprender o a explicar, aunque para eso está la literatura y el saber usarla con oficio.
ResponderEliminarUn abrazo, Nicolás
Nicolás, después de mi error en la interpretación de tu relato ayer y gracias a la ayuda de los comentarios de los compañer@s puedo decir que me gusta aún más.
ResponderEliminarDescribes de una forma muy poética y de una forma casi fotográfica una perdida tan dura como es la de una hija. Y tun frase final me sigue encantado.
Buen relato Nicolás, me ha gustado.
Un abrazo.
Narras con muchísimo estilo y delicadeza la que, yo creo, es la despedida definitiva de una hija que parece haber muerto sin que los padres aún hayan recibido la triste y desgraciada noticia.
ResponderEliminarVa mi me gusta, Nicolás, algo que tampoco es ninguna novedad viniendo de un gran relatista.
Un abrazo y enhorabuena.
Una historia trágica pero narrada con tanta delicadeza y dulzura que hace que la tristeza se diluya como un azucarillo. Muy bueno, Nicolás, felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarNicolás, preciosa lírica para relatar la despedida de una hija que fallece y los padres presienten. A veces los padres disponemos de ese sexto sentido cuando algo malo le sucede a nuestros hijos. Después por desgracia se confirman sus sospechas.
ResponderEliminarMuy bello, Nicolas.
Enhorabuena.
Besos.
Tienes que admitir que es una ventaja disponer de cámara lenta para contar un relato, porque este no sería lo mismo sin ella. Qué buen recurso te has sacado de la manga para crear esa fabulosa atmósfera, y que tres grandes frases componen esta magnífica historia.
ResponderEliminarEnhorabuena, Nicolás.
Un abrazo.
Querido Nicolás, ¡qué historia tan triste y a la vez tan bonita y tan bien contada! Me gusta desde el título, hasta la última frase, nos hemos quedado todos mirando el teléfono conteniendo la respiración.
ResponderEliminarGran relato, escrito con maestría y elegancia, enhorabuena.
Besos.
Malu.
¡Terrible!, pero con qué "finezza" lo has contado.
ResponderEliminarMuy bien, Nicolás.