Sssss...
Desnudo salté de la cama, buscaba algo para taponar aquella herida por donde a María se le escapaba la vida. Solo encontré gasas y esparadrapo, ¿sería suficiente? Esta vez nos habíamos pasado con nuestros juegos sexuales.
Regresé al dormitorio, ella estaba flácida, sin aire, sin alma. María se había desinflado.
Regresé al dormitorio, ella estaba flácida, sin aire, sin alma. María se había desinflado.
Javier, nos atrapas con tus palabras y nos dejas con el corazón en un puño, llevándonos hasta el final para descubrir quién es María y el motivo de sus heridas. Me has dejado con una sonrisa y una mirada picarona.
ResponderEliminarEnhorabuena, me ha encantado!
Miles de besos.
Gracias Pilar por tu comentario, me alegro que mi historia te haya hecho sonreir.
EliminarComo tú me conoces tan bien has sido capaz de saber todo lo que quería decir con mi relato.
Besos.
Juegos peligrosos... ¡Magnífico, Javier!
ResponderEliminarMaría José gracias por tu comentario.
EliminarBesos.
Lo siento, sé que no tendría que conentar mi relato, pero es que falta texto, me faltan 14 palabras. Voy a ver si hablo con Alex.
ResponderEliminarFaltan laa siguientes palabras que completan mi relato.
ResponderEliminar"Regresé al dormitorio, ella estaba flácida,sin aire, sin vida.
María se había desinflado."
Esto completaría mi 50palabras.
Un saludo.
Ja, ja, ja. Pues francamente, mi subida de cejas ha sido mayor con la primera versión... Ni me había dado cuenta de que, evidentemente, faltaban palabras.
ResponderEliminarMuy divertido, Javier.
Gracias por tu comentario Patricia, si te ha divertido me alegro.
EliminarPuedo proponer que a partir de ahora los relatos sean de 36 palabras, jajajajaja
Besos.
Guau, inquietante final que genera expectativa. Muy bueno , felicidades.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Rosa o Tati como te conozxo más yo.
EliminarBesos
Pues mira, Javier, tu dominio de las palabras es tan bueno que solo necesitas 36, y un título magnífico, para contarnos una historia y dejarnos sin aire de la risa.
ResponderEliminarEres un crack.
Besos
Gracias por tu comentario Margarita, me alegro mucho si te hecho sonreir.
EliminarYo me lo estoy pasando genial con esta anécdota de las 36 palabras.
El título lo puse con toda la idea, aunque me costo encontrarlo, más que todo porque no sabía cuantas eses debia poner.
Besos.
Este es de los relatos en el que el título es un complemento fundamental para acompañar el buen relato. Ese título es tan bueno, que con la versión corta ya habías escrito el micro. Incluso ese Sssss hace que no hagan falta ni las cuatro palabras del final.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo, Javier.
Gracias Pablo por tu comentario, me alegro si te ha gustado. Sabes a mí casi me está gustando más la versión reducida.
EliminarEl título me costó encontrarlo, y luego me vino la duda de saber cuantas eses serían necesarias.
Un abrazo Pablo.
Javier, tu capacidad para contar historias con pocas palabras es tan grande que, aún sin las restantes, tu relato adquiere la dimensión de historia (aunque con algo de celofán le habría sentado mejor). No obstante, al añadirlas, queda consumado, redondo y vinculado perfectamente al título, además de conseguir que participemos de la tristeza del protagonista por las consecuencias de sus excesos con la pobre María.
ResponderEliminarUn relato muy chulo, si señor. Enhorabuena.
Un abrazo.
Antonio muchas gracias por tu comentario y me alegra que te haya gustado.
EliminarMe he dado cuenta que le título es fundamental para un 50palabras, forma parte de la esencia del relato.
Un abrazo.
Hola, tocayo.
ResponderEliminarBuen microrrelato. Es original, tanto por su número de palabras como con su final inesperado. La verdad que el título sugiere, o al menos da una pista, de lo que se viene. ¡Pobre muñeca hinchable!
Enhorabuena, Javier. Un abrazo.
Gracias Javier por tu comentario, me alegra que te haya gustado. Y sí, como dices el título sugiere mucho.
EliminarUn abrazo.
Tengo que decir que había publicado el relato con 36 palabras, sin el final, con lo cual no se podía entender nada bien la historia, claro. Pido mil disculpas al autor y a todos en general por el despiste...
ResponderEliminarGracias Alex, pero no te preocupes, las personas que forman esta familia de 50palabras es tan buena que con 36 palabras han sido capaces de conocer mi historia, comentarla y divertirse.
ResponderEliminarY no tienes que disculparte, bastante haces y todos nos despistamos, yo el primero.
Solo puedo darte las gracias por todo.
Un abrazo Alex.
Ay, si veo que ya habías publicado antes un comentario con el resto del texto. Bien hecho. ¡Un abrazo!
EliminarHola, Javier. Según leo en los comentarios anteriores, tu relato se había publicado primero sin las últimas catorce palabras y ahora está la versión completa. Sólo por jugar, he hecho el ejercicio de leerlo con y sin el colofón. ¡Vaya cambio! Je, je, je. De cualquier forma, a pesar de sus matices hilarantes, tu relato dice mucho de la soledad y las barreras que deben superarse para llegar a la confianza y comunicación.
ResponderEliminarMagnífico.
Un abrazo.
Vicente
Gracias Vicente por tu comentario.
EliminarComo bien dices a la vez que su parte humorística también habla de la soledad y de esa necesidad de tener a alguien, dándose el caso e la preocupación que le causa un simple pinchazo.
Un abrazo Vicente.
Qué micro tan divertido, Javier. El título forma parte indispensable del relato. Al principio nos preocupa la vida de una mujer, a continuación (tal y como aparecía con 36 palabras) nos inquieta la causa de su posible muerte y, ya en el desenlace, asistimos con hilaridad a la verdadera identidad de María, sonando en nuestros oídos la onomatopeya del título.
ResponderEliminarMuy bien contado, Javier. Un projecte de besos sonoros.
Gracias por tu comentario Carmen, tal como dices tiene dos partes, una inicial de preocupación y la final que nos demuestra la realidad y con su parte humorística.
EliminarTal como dices el título es fundamental.
Besos Carmen.
Un par de besos*
ResponderEliminarTu protagonista ha convertido a su amante en un objeto únicamente sexual, pero no se le puede reprochar nada, porque no es más que eso, un objeto, aunque él parece haberle cogido cariño, tanto que la ha personalizado. Cariño verdadero de alguien de carne y hueso puede que sea lo que realmente le falte. Un relato con un tono humorístico logrado, desde ese título onomatopédico.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Gracias Angel por tu comentario, mi protagonista vive en la soledad y un simple objeto es fundamental en su vida. Todo lo he querido contar en un tono divertido, pero tiene ese fondo. Y el título es fundamental.
ResponderEliminarUn abrazo Angel.
Muy bueno, Javier. Después del susto, risas y alivio porque no hay hemorragia. La próxima vez más cuidado.
ResponderEliminarSuerte.
Gracias por tu comentario Rafa.
EliminarSí al principio susto, pero todo ha quedado en eso en un susto.
Un abrazo Rafa y aprovecho para felicitarte por tu final del otro día en Relatos En Cadena de la SER.
He tenido que volver a leer el título jajajajaajaj. Eres genial Javier. Me ha encantado. Unos parches de la bici o de la colchoneta de la playa vendrían genial. Me has hecho reír. Un abrazo maestro!!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario Carmen y si te he hecho reir me alegro.
EliminarTal vez esa hubiese sido la solución idonea, unos parches de bici, los tendrá que dejar en la mesilla por si acaso ocurre lo mismo en otra ocasión.
Besos Carmen.
Muy bueno Javier, 50,36, 2 tu con todo lo envuelves y nos lo regalas lleno de sensaciones.
ResponderEliminarUn beso.
Leire
Muchas gracias Leire por tu comentario.
EliminarAl final casi me gustaba más con 36.
Besos Leire.
Sssssssssssss, habla bajito, no vayas a despertar a María, que está guardando reposo.
ResponderEliminarGenial la historia, Javier. La verdad es que también me gustaba con 36 palabras. Divertido, original y nada soez.
Me ha gustado mucho.
Beso grande.
Malu.
Sssssss, Malu, hablo bajito ya que María parece ser que ha recobrado el aire y no quiero que me escuche que ando hablando por aquí de su incidente, es muy vergonzosa.
EliminarGracias por tu comentario Malu y me alegro que te haya gustado y divertido.
Besos muchos Malu.
Cachis, he llegado a la versión extendida, me hubiese gustado saber hacia qué derroteros me hubiese llevado la imaginación. :) Pese a que el título es bastante esclarecedor, me quedo con ese magnífico cierre que completa las cincuenta. Me ha gustado mucho el micro, Javier. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarHola Matrioska, gracias por tu comentario.
EliminarLo tienes fácil, suprimes la última linea y se queda en las 36 iniciales, que casi me va gustando más, jajaja.
Me alegra que te haya gustado Matrioska.
Besos.
Javier, que micro tan gracioso. Menos podia imaginar tal desenlace, menos mal que era hinchable, abrazos.
ResponderEliminarGracias Carmen por tu comentario, y me alegro que te haya divertido.
EliminarBesos.
La muñeca era tan imperfecta, que parecía humana.
ResponderEliminarSaludos
Gracias MªJesús por tu comentario, sí, era una muñeca muy humana.
EliminarBesos.
Espero que por la fisura no se escape todo el amor, jajaja. Divertidísimo, Javier. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Salvador por tu comentario, me alegra que te haya divertido.
EliminarUn abrazo.
Muy ingenioso el relato, a mi quizás por ser un poco corto me gusta más la versión larga, jejeje, y como no, el titulo a la altura del relato.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias José Antonio por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Jajaja. Genial tu relato, Javier. Ni siquiera la “poda” pudo pincharlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Georges por tu comentario, es tan válida la versión larga como la corta.
EliminarUn abrazo.
Un micro que rezuma dramatismo hasta llegar a la última frase del segundo párrafo, en la que nos sorprente consiguiendo un final muy divertido. Muy logrado, Javier. Me ha encantado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Juana por tu comentario, me alegra que te haya gustado, si el secreto del micro está en el final y el título
ResponderEliminarBesos Juana.
En un principio, cuando el microcuento estaba incompleto, pensé que el protagonista era un émulo chapucero del Marqués de Sade al que se le había ido la mano. Una vez completado, o con el añadido posterior, pues podría valer por sí misma la primera parte, he pensado en una historia berlanguiana.
ResponderEliminarPero quizá la historia nos hable de una prehistoria del erotismo, de un inicio hacia un mundo feliz que, a la postre, no es ni mucho menos feliz, sino todo lo contrario.
Así que la pobre María, desinflada y, probablemente, sin posibilidades de arreglo, acabará en un contenedor de basura, lo que no sé es si el protagonista la sustituirá por otra, o hará todo lo posible por relacionarse con una mujer de carne y hueso, para no verse otra vez en la tesitura de tener que recurrir a las gasas y el esparadrapo.
Poderosa Afrodita, tituló Woody Allen una de sus películas, y así es, esa diosa es proteica y escurridiza, y tiene cientos de rostros, así que, dentro de la ironía del microcuento, hay también un eco de soledad y fracaso.
Mi enhorabuena, Javier y un abrazo.
Gracias Enrique por tu comentario, me gusta siempre las interpretaciones y matices que das a los relatos que escribimos.
EliminarEn este caso seria aceptada tu primera impresión con el relato incompleto. Pero sobre todo estoy muy de acuerdo en tu frase final "un eco de soledad y fracaso", ese es el fondo que le veo yo al relato, el protagonista tiene que recurrir a un amor artificial para satisfacer sus necesidades, y tan implicado está con ella que la trata como si fuese una verdadera persona.
Un abrazo Enrique.
Genial Javier. Tensión hasta el final y desenlace inesperado. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario José Ramón, me alegro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo
Pero bueno, como es la mente de retorcida y como has jugado con ello. Tras el susto y verlo todo de rojo se desinfla la protagonista acompañada de ese título tan bien puesto.
ResponderEliminarDivertido y bien llevado. Me has dejado una sonrisa. Ah, y también he jugado a quitar las últimas palabras Jjajaja... Genial Javier.
Un abrazo.
Gracias MªBelen por tu comentario, me alegra que te haya gustado y te haya hecho sonreír.
ResponderEliminarBesos.
Esta relación necesita urgentemente un parche. Nada de esparadrapo ni gasas. ¡¡Un parche ya!! ¡¡Y que sea de los buenos para que ese amor no se venga abajo!!
ResponderEliminarMuy ingenioso y muy bien contado cincuenta, Javier. Nos sacas una sonrisa picarona cuando comproamos el desenlace de ese imprevisto "accidente".
Va mi me gusta. ¡Enhorabuena!
Un abrazo y nos seguimos leyendo.
Gracias José Antonio por tu comentario, me alegra que te haya gustado.
EliminarSi está relación necesita un parche y algo más.
Un abrazo y como tú dices nos seguimos leyendo.
Ay amores asfixiantes que te dejan sin aire y luego hay amores artificiales, como de plástico. Si luego lo juntas todo en cincuenta palabras, pasa lo que pasa.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Javier.
Gracias Carles por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Divertido y sorprendente relato, Javier. Contado con gran oficio y con un título tan original como apropiado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Enrique por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
¡Sorprendente final, Javier! Y el título de lo más expresivo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, me has atrapado. Muy bueno. Un beso.
Gracias Olga por tu comentario, me alegra que te haya gustado, el título y el relato es yofo uno.
EliminarBesos Olga.
A mi me gusta la versión larga, Javier y cómo al volver al dormitorio, descubre que su pasión ha llegado demasiado lejos. Me recuerda a Tamaño natural, claro, y a aquella frase genial de Con faldas y a lo loco: Bueno, nadie es perfecto. Abrazo y suerte.
ResponderEliminarGracias Miguel por tu comentario, y como tu dices nadie es perfecto.
EliminarUn abrazo Miguel.
Felicidades Javi..!!
ResponderEliminarMe haz hecho sobrevolar la diversidad de emociones que vives en tu relato, la sintonía precisión y armonía de los sucesos, con que pareces acariciar los pétalos de la vida de María, incluso alcanzan para que sepamos que ella fue tu cómplice, al recibir esos cien milímetros de pasión por vía intravenosa, que la pusieron al borde de tamaño desenlace..
Tanto en tan pocas palabras, muy bonito corazón, abrazos..
Muchas gracias Karla por tu comentario, me alegra que te haya gustado y que hayas sabido ver tanta belleza.
ResponderEliminarBesos Karla.