Superviviente
Sueño que me hundo y tú no dejas de ascender y lucho para levantar el vuelo. Algo me ata a la maldita tierra y siento el roce de unos labios como alas, apenas un susurro.
"Tú te quedas, querido", me dice una extraña mujer entre los restos calcinados del vehículo.
"Tú te quedas, querido", me dice una extraña mujer entre los restos calcinados del vehículo.
Una poética forma de describirnos un accidente de tráfico, con todas sus consecuencias, los supervivientes y las víctimas.
ResponderEliminarBuen relato Miguel, me ha gustado.
Un abrazo.
Muchas gracias, Javier, por tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarMiguel, nos cuentas con palabras bellas la lucha entre la vida y la muerte del protagonista, de la que consigue sobrevivir.
ResponderEliminarMuy hermoso.
Besos.
Muchas gracias, Pilar. Quise envolver con un aire onírico esa frontera entre la vida y la muerte. Besos.
ResponderEliminarEstremecedor relato, Miguel. Muy bien narrado, desvelando en su justa medida el argumento hasta llegar al trágico final.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Enhorabuena.
Pablo.
Muchas gracias, Pablo. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente relato, excelente... y triste, Miguel. Para acompañar la lectura:
ResponderEliminarPolo - «El último beso (last kiss)»
https://www.youtube.com/watch?v=gNlCd3oi5X0
¡Saludos!
Un superviviente que, posiblemente, no hubiera querido serlo. Pero no es él quién decide. Al menos, ha tenido una digna despedida con esos "labios como alas", aunque a partir de ahora su existencia haya perdido bastante sentido.
ResponderEliminarUn saludo
Interpreto a la muerte con voz de mujer anunciando que aún no llegó su hora, que por ahora se conforma con su acompañante.
ResponderEliminarUn relato fascinante, Miguel.
Un saludo
Un accidente en el que hay una persona fallecida y un superviviente, quizá el que se queda hubiera querido irse y elevarse con su acompañante, pero el destino es así de caprichoso.
ResponderEliminarMe encanta la forma en la que lo has contado Miguel.
Un beso.
Malu.
Qué forma tan delicada de dotar de vida a la muerte.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel
Poética personificación de la muerte. Muy bien contado.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel.
Que tristeza embarga tu relato Miguel, lo has tratado de una forma tan apropiada que es poético y real. Me ha gustado mucho. Abrazos.
ResponderEliminarQué relato más potente, me ha gustado muchísimo. Gracias por el instante que nos brindas: este chico acaba de tomar consciencia de que está entre los restos calcinados del vehículo, pero no parece que todavía sepa plenamente lo que le acaba de pasar. Una fracción de segundo en cincuenta palabras magníficas. Enhorabuena.
ResponderEliminarImagino la escena a cámara lenta y no excenta de placer. Aunque luego llegará el terrible momento para el superviviente de encontrarse con la dura realidad. Un relato muy bien contado, Miguel. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno tu micro, Miguel. Nos diriges hacia algo confuso que experimenta tu protagonista sin llegar a sospechar ese final sobrecogedor. Me ha gustado mucho la historia y cómo la has narrado, felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarHistoria de un superviviente muy a su pesar. O eso es al menos lo que se puede deducir en el primer párrafo. Pero, la parca, caprichosa ella, parece que no quiere a nadie más, que le basta con esa acompañante en el desgraciado accidente de tráfico.
ResponderEliminarVa mi me gusta, Miguel. También te mando mi enhorabuena por este fantástico relato contado de manera tan elegante.
Un abrazo.
Una lucha en la frontera de la muerte donde un susurro le recuerda que su tiempo aún no se ha acabado. Muy bueno, Miguel, un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracías, Vicente. Y también por el hilo musical que le pones. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Ángel. Como dices, el superviviente elegiría otro final, pero tal vez así me ha quedado más poético. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Antonio Bolant. Has interpretado perfectamente, aunque esa mujer extraña puede ser también su acompañante, que se despide de él en la frontera de la vida y la muerte. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu atinado comentario, Malu. Un beso.
ResponderEliminarMargarita, gracias por tus palabras, ese tono delicado quería darle a un asunto tan espinoso como un accidente de tráfico. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen, por tus palabras. Besos.
ResponderEliminarGracias, Carmen H., en efecto, quise hacer eso, una representación poética del momento de frontera entre la vida y la muerte, el sueño y la vigilia. Un abrazo.
ResponderEliminarAurora, muchas gracias por tus palabras, sólo por un comentario así, como el del resto de compañeros, merece la pena escribir micros en esta web. Un beso.
ResponderEliminarEnrique, gracias, es un honor recibir de una gran escritor de micros como tú tan elogiosas palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarMatrioska, muchas gracias por tu comentario. Bueno, la intención era ir creando esa espera poética hasta la revelación final. Besos.
ResponderEliminarJosé Antonio, gracias por tus palabras, me alegro mucho de que te haya gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarSalvador, muchas gracias por decir en una frase lo que yo en cincuenta palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy buenas noches, Miguel. Es un momento impresionante el que describes en tu relato, lo considero satisfactorio por completo. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Oscar, me alegro que te haya gustado. Saludos.
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