Un día de caza
Amanecía cuando se adentró en el bosque y vio lo que jamás en su larga vida de cazador había visto. Una liebre dormitaba apoyada en un árbol.
De manera silenciosa cargó el arma.
Cuando dio un paso para tenerla a tiro, tropezó con la tortuga y se desnucó allí mismo.
Cuando dio un paso para tenerla a tiro, tropezó con la tortuga y se desnucó allí mismo.
Mal hizo el cazador en meterse en medio de la fabula de la liebre y la tortuga, y ya puede dar gracias la tortuga a la liebre.
ResponderEliminarBuen relato Josep.
Un abrazo.
Original adaptación de la fábula, Josep. La tortuga juega limpio con la liebre, la alcanza y le salva la vida. Quien estaba errado era el cazador, dispuesto a empuñar el arma. Y, como en toda fábula, tiene su merecido final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Josep, le has dado la vuelta a la fábula, resultando el cazador cazado. Los tiempos cambian y la liebre y la tortuga han aprendido que trabajando en equipo se llega más lejos.
ResponderEliminarBuen relato con moraleja final.
Besos
Moraleja: No te fíes de lo que es demasiado fácil. No minusvalores tampoco a las tortugas, aunque sean pequeñas y lentas. Hay actividades mejores para divertirse que eliminar seres indefensos. Aunque este cazador poco puede aprender ya.
ResponderEliminarUn saludo
El cazador cazado... me ha gustado tu micro, Josep. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno, me ha gustado mucho el cierre que le has dado. La vida es cíclica y los papeles se intercambian cuando menos lo esperas. Saludos.
ResponderEliminarBuena versión de una historia que conocemos todos. Supongo que la tortuga iba con prisas y no pudo poner el intermitente, claro
ResponderEliminarNunca le he encontrado la gracia a eso de madrugar para ir de caza, la verdad.
ResponderEliminarUna vuelta de tuerca a la fábula de la liebre y la tortuga en la que también hay moraleja como bien dice Ángel.
Un beso.
Malu.
El cazador se las prometía muy felices pensando que iba a llenar la olla con el mínimo esfuerzo. Pero por ir de listillo como la liebre, le ha salido el tiro por la culata. Ahora con tu aportación sí que está completa la fábula, Josep. Un saludo.
ResponderEliminarAh, bravo, Josep. Eso de atacar a traición, por más liebre perezosa que sea la víctima, está pero que muy feo.
ResponderEliminarSaludos cordiales.