Vuelve, porfi
Traspasaba los espacios entre líneas sin rozar lo que tanto dolor le causaba de sólo imaginar, de recordar, revivir. Consciente del vacío, intentó meter aire en los pulmones negros de luto. Su amistad era la nicotina del vicioso placer. Ausencias que nunca descansan en paz. Ella y todas las demás.
Me gusta mucho la frase «intentó meter aire en los pulmones negros de luto», y en general la comparación de la añoranza con el deseo, insatisfecho, de fumar.
ResponderEliminarMuy original, Arimike.
Saludos.
Cuesta tanto dejar el tabaco que entiendo mucho el título se tu relato.
ResponderEliminarBuen relato Arimike.
Un abrazo.
Arimike, nos has descrito perfectamente lo que cuesta llenar los espacios libres que deja una adicción cuando se aabandona, en este caso la del tabaco. Aunque lo dejes jamás se olvida y hay que mantener siempre la guardia para no recaer.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos
Un acercamiento poético al vacío de las adicciones, a esas "ausencias que nunca descansan en paz" y que, como anzuelos en el hipotálamo, amarran en corto nuestro albedrío.
ResponderEliminarArimike, has esparcido frases intensas en la descripción de algo que puede llegar a ser más poderoso que la voluntad y con ellas consigues dotar al relato de una gran fuerza expresiva. Te felicito por ello.
Un abrazo
Las adicciones gobiernan nuestra vida, ya sea al tabaco, al juego o incluso a una persona. Y qué difícil resulta dejarlas, no es suficiente con querer, hay que tener mucha fuerza de voluntad.
ResponderEliminarHas dejado frases muy poéticas y el resultado es potente.
Enhorabuena.
Besos.
Malu.