Ambigüedad
Fui a cerrar el grifo, cuando una hilera de gotas rebotadas comenzó a salpicar mi blusa. Apreté la manivela, forcé la goma, aplaqué tal impulso con mis manos y traté de frenar la explosión que se desbordaba. Luego, prendí un cigarrillo y me acosté sobre la colcha aún húmeda... acalorada.
«Ambigüedad»... de interpretaciones, Mª Belén. Me gusta el detalle con que describes una situación tan cotidiana. En tu relato podemos encontrar desde un guión naturalista hasta, perdón, un cuento erótico.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un saludo afectuoso.
Vicente
Nada que perdonar, la imaginación es poderosa, la creatividad un lujo para quien la posee. Naturalidad siempre.
EliminarGracias Vicente, intuyo que tú tienes mucha percepción y naturalidad, eso es fantático.
Un abrazo.
Has explicado de una manera muy sensual el trabajo, sea cual sea, de esta acalorada fontanera. Un beso, Mª Belén.
ResponderEliminarTodo trabajo de fontanería es complicado, acalora cuando más humedad hay...
EliminarGracias preciosa Juana.
Un beso.
Ambigüedad, buen título Belen, ya que se supone que tu protagonista ha quedado mojada por el agua que se escapa de forma bastante impetuosa, y sin embargo acaba acalorada. Aunque también le veo un transfondo sexual a tu relato, tiene una segunda lectura que me gusta, sobre todo por ese cigarrillo de después....
ResponderEliminarBuen relato Belen, me ha gustado.
Besos.
Esa es la esencia del relato y de la ambigüedad. Una lectura sencilla con un trasfondo acalorado. Un después, que procura una vez solucionado, ser aquello que deseas leer.
EliminarGracias Javier, siempre atento y puntual, es grato leerte.
Un abrazo.
Muy bueno, Belén, este sugerente juego de sensaciones que propones, de escapes y humedades, en el que precisamente esa contradicción o ambigüedad del final nos obliga a una segunda lectura.
ResponderEliminar¡Qué bien sienta ese cigarrillo!
Enhorabuena y un abrazo.
Perdón, no quisiera incitar al consumo del tabaco; precisamente yo ya hace tiempo que lo dejé.
EliminarNada que perdonar. Nunca lo vería como una incitación a fumar, la lectura va más allá.
EliminarSugerencia en un juego de palabras que permite un doble sentido...par, impar o sensualidad.
Gracias Enrique.
un beso.
Me parece un relato excelente que sugiere más de lo que cuenta. Me encanta ese trasfondo erótico que le das. Dice Vargas Llosa que no hay nada más bello que un relato erótico bien contado. Parece que ha leído tu micro para decir esto porque es muy bello.
ResponderEliminarGracias por escribirlo.
Un beso.
Pablo.
Grande Vargas Llosa, yo pequeñita siempre, con humildad y aprendiendo cada día.
EliminarUn fondo erótico entre tuberías, humedades y naturalidad.
Gracias Pablo, tu opinión siempre es muy apreciada.
Un beso grande.
Me imagino que el escape debía ser de agua caliente. Suerte que la protagonista está hecha una manitas.
ResponderEliminarRelato provocador...de sensaciones.
Muy bien, María Belén.
Un escape de agua caliente para quien desea cerrar el grifo de sus sensaciones.
EliminarProvocar...jajjjaa. Sólo a veces entre 50 palabras. Más de cien sería demasiado.
Gracias Carles por comentar.
Un beso.
No todo es blanco o negro como tendemos a pensar, entre el calor y el frío existen muchos grados y son posibles todos a la vez. Somos una suma de contradicciones enfrentadas. Más que lo que sucede, el cómo se expresa. La maestría de contar sin decir de forma explícita, el ser y no ser. Hacer de un suceso aparentemente nimio y cotidiano un arte, extraer poesía hasta de una piedra. Combinar palabras con estilo propio para que parezca sencillo lo que no lo es. Narrar con belleza y precisión. Eso y más en cincuenta palabras en las que se abre y cierra un episodio sugerente que empuja a la relectura.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, María Belén
Siempre generoso, sensible y abierto a la lectura. Un todo en uno encuentro siempre en tus certeros comentarios.
EliminarLa maestría la pones tú en cada palabra y combinas las sensaciones con las letras, la poesía con la belleza.
Gracias Ángel, en cada lectura ensalzas la belleza que quiere ser reflejada.
Un beso en gratitud.
Ambigüedad, poca, María Belén!! jajaja
ResponderEliminarExcelente!
Un saludo! ;)
Jajajjajaa... A veces me vuelvo malosa, pero siempre desde la inocencia...
EliminarGracias Marca, un beso.
Muy bien elegido el título, María Belén. Narras un pequeño problema de fontanería y todos nos quedamos con la historia sugerida. El valor connotativo de los términos utilizados nos sumergen en un relato erótico hábilmente contado.
ResponderEliminarMagnífico. Un abrazo.
El erotismo puede esconderse en cada tubería,en cada sensación al leer cualquier texto. Sólo hay que sugerir o pretender hacerlo y que lectores como tú sepan leer entre líneas.
EliminarGracias preciosa carmen. Un beso.
Tu micro es como esas imágenes que engañan al cerebro creando una ilusión óptica. Lo bueno es que tenemos un dos por uno, para mí ambas interpretaciones son estimulantes, aunque, claro está, una más que la otra. ;-) Me ha gustado muchísimo, María Belén. Un beso grande.
ResponderEliminarJajajajaj.. creo que la misma estimulación tenemos. Unas imágenes cotidianas que van más allá de una simple tubería. La mente es sabia y por ello selecciona cada sensación que podemos percibir y deseamos hacerlo sin maldad alguna.
EliminarGracias flor.
Un beso de los grandes, ya lo sabes. :)
¡Hija de mi vida! Menos mal que el sombrero de plumas también me sirve para abanicarme.
ResponderEliminarTe has tenido que partir de risa escribiéndolo, lo que demuestra que pocas cosas mejores hay en la vida que pasar un rato escribiendo... y arreglando grifos.
Un besico.
Abanica, abanica...que los calores no se pasan, jajjajaja... es cierto que me divertí escribiendo este 50, sólo pensarlo ya me esbozó una sonrisa, lo demás dejarme llevar por la fontanería.
EliminarGracias Patricia, besos y besicos.
Sugerente e intrigante, con una pizca de frescura acalorada. Tu relato tiene todos los ingredientes de una receta magistral. Bravo por ti, querida tocaya, siempre sorprendente y delicada. Muchos besos.
ResponderEliminarTodo calor implica inquietud. Los ingredientes los ponen los ävidos lectores que saben interpretar entre líneas.
EliminarTú eres magistral en ello Tocaya, todo lo creas o percibes es certero.
Gracias mi bombón.
Mil besos Belén.
Un relato erótico en toda regla, Mª Belén. De una sensualidad electrizante (a pesar de ser fontanera) y de una lectura tan excitante que, al terminar de leerlo, dan ganas de recostarse sobre el respaldo de la silla y encenderse un cigarrillo junto a tu protagonista (y eso que no fumo).
ResponderEliminarCon esa retahíla de verbos en pasado has conseguido transmitir perfectamente la apasionada interacción entre la acalorada fontanera y su desbordado grifo.
Un micro nada fácil que has conseguido narrar admirablemente. Enhorabuena.
Un abrazo.
Toda una fontanería de comentario. Has captado la fuga y la electrizante sensación de desear dominarlo. Erotismo sencillo bajo unas palabras que siendo 50 podrían haber sido 150 y no haber controlado el escape.
EliminarGracias Javier, siempre acertado, tienes una varita que detecta lo que queremos dejar en las letras. Humeante micro para quien escribe y lee...creo que voy a abrir la ventana y que se airee.
Un beso.
Magnífico el juego en tu relato M. Belén. Yo también he vuelto a leerlo tras el cigarrillo Jejeje. Un beso
ResponderEliminarjjajjjaja.. y yo humeando a todos... nooooo... sólo saber que a esencia la has captado y que el escape ha servido para una relectura.
EliminarGracias Carmen.
Un beso, o dos. :)
No sé si la protagonista del microcuento sabe que los grifos son animales fabulosos, con todo lo que ello conlleva, y a éste que aparece por aquí lo veo desbordarse en gotas, lanzar chorros y resistirse a que se corte en seco su caudal, vamos que, como suele decirse comúnmente, está que lo vierte.
ResponderEliminarAsí que hasta podría ser un relato mitológico, sobre todo uno de esos en los que Zeus siempre anda zascandileando por ahí con toda fémina que le atraiga, con lo cual, pone de los nervios a su esposa Hera, que es que la pobre ya tiene bastante con aguantar la rijosidad excesiva del padre de los dioses.
En fin, que la polisemia y la ambigüedad del microcuento pueden llevar a muchas situaciones, desde la inocente en la que una sufrida ama de casa se las ve y se las desea en la pila de su cocina, hasta la tórrida escena erótica de película, un suponer, la de El cartero siempre llama dos veces –versión Jack Nicholson y Jessica Lange-, y que, quizás, si fuese el fontanero igual llamaba hasta tres, dada la fogosidad que tienen en muchos chistes estos sufridos trabajadores.
Así que, una vez leído y releído el microcuento, y como hace ya bastante tiempo que dejé de fumar, lo que haré será tomarme una cerveza y relajarme tras estas ambigüedades erótico-festivas.
Mis felicitaciones, Belén y un abrazo.
Buen jugo le has sacado a mis 50, y cada exprimida es certera. La ambigüedad está servida en forma de grifo. Tu interpretación mitológica es una maravilla, la del ama de casa en esa lucha contra corriente es una buena estampa y la fogosidad de la última provoca un placentero posteriori con una cervecita bien fresquita para aplacar el calor. Nada de humos.
EliminarMuchísimas gracias Enrique por tal comentario que ni una palabra le sobra para hacerlo extraordinario.
Un beso.
Magnifico ritmo narrativo...
ResponderEliminarNo me extraña para nada el acaloramiento.
Muy, muy bueno Maria Belen
Besicos
Ainsss...esos calores tras una maniobra tan intensa.
EliminarGracias preciosa Cabopá. Un beso.
Belén, has conseguido arrancarme una sonrisa picarona.
ResponderEliminarSuerte, con la ambigüedad.
Esas sonrisas son las mejores. Un puntito de picardía hace la vida más divertida.
EliminarGracias María Jesús. Un beso.
Me gustó mucho, Mª Belén. De una situación sencilla y cotidiana has sacado un microrrelato ameno. Creo que lo hace especial el hecho de que puede tener varias explicaciones, el lector queda pensativo, y encierra algo de picardía.
ResponderEliminarLa imaginación es una buena fuente para la interpretación. La sencillez de una situación se puede convertir en algo más picante de lo parece. Todo pensamiento es válido, sólo hay que apostar por aquel que más divierta.
EliminarGracias Óscar. Un abrazo.
Se que tu intención siempre ha sido escribir sobre sexo, hablando de sexo y no de fontanería. Juegas muy bien con esa ambigüedad. Tratar de aplacar el impulso con las manas, es lo que general la explosión...
ResponderEliminarUn buen micro erótico. Un beso.
Fontanerías a parte hablemos de manualidades, jajajjja... que nooo...
EliminarGracias Olga por esta explosión de palabras.
Un beso.
Belén, has jugado muy bien con la ambigüedad. Nos has dejado a todos acalorados y con una sonrisa.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Besos
Esa sonrisa es lo que más cuenta, el calor lo que más divierte. la ambigüedad está servida entre una y otra.
EliminarGracias Pilar. Un beso.
Has jugado y te hemos seguido. Poco más puedo decir después de los comentarios. Una "gozada". Besos
ResponderEliminarUna gozada es que hayas seguido mi juego.
EliminarGracias Maite. Besos.
Si es que... en todos los trabajos se fuma...
ResponderEliminarConseguido con creces lo que me imagino que buscabas, ambigüedad.
Después de llegar tan tarde está todo dicho, así que solo voy a añadir que eres una artista, que le das un toque mágico a tus textos y nos haces volar con tus letras.
Un beso enorme bella María Belén.
Malu.
Pues para estar todo dicho me has dicho maravillas. La magia está en ti siempre y en tu toque especial como persona.
EliminarGracias linda Malu. Volemos juntas por la ambigüedad de las letras.
Un beso grande.
¡Cuánto fuego tratándose de cuestión de aguas! Delicioso.
ResponderEliminarJajajajajjaa... Así es, un fuego que navega entre las aguas más sugerentes y sutiles. Gracias Manuel.
EliminarMe identifico con tu personaje. Cuando los elementos te desbordan, qué mejor que encender un cigarrillo.
ResponderEliminarAnda, veo que no comenté en su día! Nada, eso lo arreglamos ahora.
ResponderEliminarCon la lectura "título en mente" podemos acabar todos bien acalorados! y es que cuando hay humedades, las explosiones suelen ser imposibles de controlar.
Juegas muy bien con las ambiüedades y los dobles significados, y haces que los lectores juguemos contigo.
Un beso mañica.