Celestina, funcionaria de Correos
Aunque acabó Sicología, aprobó oposiciones en Correos y reparte la correspondencia en mi zona. Ayer Marcelo, mi vecino del quinto, un apuesto soltero para más señas, y Marina, una viuda solitaria que vive en el siguiente portal, expresaban su desconcierto al recibir, cada vez más a menudo, sus correos cruzados.
Muy ingenioso.Espíritu vocacional más que profesional. O al revés.
ResponderEliminarFelicidades.
Celebro que te parezca ingenioso, Josep. Muchas gracias por comentar. Saludos.
EliminarVaya suerte tienen Marcelo y Marina de tener una cartera sicóloga que ve lo que ellos muestran.
ResponderEliminarQué ingenioso micro. Me ha encantado.
Un beso, Juana.
Sí, parece que han tenido suerte esta pareja, que aunque nunca se habían escrito les ha unido la correspondencia. Me encanta que te encante Pablo. Muchas gracias y otro beso para ti.
EliminarSimpática historia, Juana. Ojalá puedan sellar pronto su amor.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Gracias, Carles, por tus palabras. Si sé más de ellos, te pondré al corriente. Saludos afectuosos.
EliminarQué bueno!!! Me encantó. Bonito detalle el de Celestina. Fiel a su carrera y a su nombre Jejeje. Besitos
ResponderEliminarMil gracias, Carmen, por tus expresivas y generosas palabras. Besos también para ti.
EliminarCreo que Celestina fue una gran psicóloga y que empleaba esos grandes conocimientos que tenía del alma humana para sobrevivir en unos tiempos difíciles, aunque, al final, ni esos grandes conocimientos le sirvieron para salvar la vida, pues las cartas que lleva el destino siempre nos son desconocidas.
ResponderEliminarLa protagonista de tu microcuento no creo que corra esos peligros, a pesar de sus errores en el reparto de la correspondencia, aunque, quizá, todo se deba a que esté haciendo un estudio para alguna tesis sobre las relaciones amorosas, o a cualquier otra veleidad que se le haya metido en la cabeza; creo el haber estudiado sicología no le exime de caer en los caprichos y las insensateces inherentes al comportamiento humano.
Sean cuales sean sus móviles, lo cierto es que esa viuda solitaria y esa apuesto soltero deben de estar bastante mosqueados, o perplejos, o ambas cosas a la vez y, quizá, alguno de ellos o ambos se pongan a fantasear sobre posibles aventuras amorosas en las que podría estar incluida también la psicóloga.
Así que ahí queda abierta la historia y pidiendo una continuación que cada cual tendrá que inventarse.
Muy original y sutil el microcuento Juana, mi enhorabuena y un abrazo.
Mira, pues no se me había ocurrido lo del menage à trois, también podría ser una opción a tener en cuenta, jejeje; aunque creo que la intención de la cartera es aprovechar su puesto para sacar la sicóloga que lleva dentro. Mil gracias, Enrique, como siempre por tu didáctico e interesante comentario. Otro abrazo de gratitud para ti.
Eliminar¡Me encanta! Muchas gracias por compartirlo, Juana.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te encante, dipandra. Compartir nuestras letras en esta página es todo un lujo para algunos de los que andamos por aquí. Saludos cordiales.
EliminarJuana, tu Celestina actualizada, no puede dejar de hacer honor a su nombre. Hay nombres que marcan... es precioso que haga uso de sus conocimientos como psicóloga para emparejar a personas que lo necesitan. Su estrategia es muy buena.
ResponderEliminarOriginal relato Juana, me ha gustado mucho!
Besos
Sí, la verdad es que esta Celestina parece en principio bienintencionada. No sé cómo acabarán sus tejemanejes con las cartas...
EliminarAgradezco mucho tus generosas palabras, Pilar. Besos también para ti.
Un nombre que le viene a medida, una formación apropiada para conocer a las personas y una profesión que le permite ciertos juegos disfrazados de presuntos errores. La combinación de todo ello en una sola persona configura un original relato, en el que unos modernos Calixto y Melibea tendrán mucho que agradecer a esa mediadora vocacional. Ya sólo hay que pedir que no termine en drama. El título, un acierto.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte, Juana
La verdad es que primero pensé en las miles de historias que habrá detrás de la profesión de cartero, y luego me acordé de La Celestina, así que dulcificar este personaje poniéndola a repartir cartas, pero continuando haciendo de las suyas,me pareció una idea atractiva. Lo del drama, ella lo dirá, quién sabe. Mil gracias y otro abrazo para ti, Ángel.
EliminarMuchas veces he pensado en el poder que hay encerrado en las sacas de correo... por eso me ha encantado tu relato, Juana. ¡Enhorabuena! Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEn lo del poder que encierran las sacas de correo, coincidimos. También lo había pensando en otras ocasiones, pero hasta ahora Celestina no había llamado a mi puerta. Me ilusiona que te haya encantado el micro, María José. Otro fuerte abrazo agradecido para ti.
EliminarEnhorabuena por tu relato, Juana. Celestina sigue uniendo parejas desde el siglo XV, pero ha tenido que actualizarse y vivir de un oficio honesto. Lo suyo es vocacional y no mero interés. Esperemos que los nuevos amantes no caigan en manos de un trágico destino.
ResponderEliminarMuchos besos.
Ese es el riesgo que corren el soltero y la viuda, que empujados por esta aparentemente bienintencionada Celestina, su vida cambie a peor. Confiemos en que sea una sicóloga brillante, aunque no viva de ello. Gracias, Carmen, por tu generoso comentario y besos igualmente para ti.
EliminarCelestina trabajará ahora de funcionaría de correos pero no deja de actuar haciendo honor a su nombre.
ResponderEliminarOriginal y buen relato Juana.
Besos.
Sí, ella sigue siendo Celestina, pero claro habiendo estudiado Sicología tiene otra visión de las cosas. Además, si quiere de momento mantener su puesto de funcionaria, tiene que tener mucha mano izquierda con lo que hace. Muchas gracias por comentar, Javier, Besos también para ti.
EliminarSólo espero que Marcelo tenga cuidado al bajar las escaleras.
ResponderEliminarGenial, Juana. Sospecho que esta funcionaria de Correos es mucho mejor persona que la original. Debería manejar una sección especializada en alguna revista del corazón.
Un abrazo.
Vicente
Sí, como he dicho por ahí arriba, es una Celestina dulcificada y bien formada por lo menos eso es lo que aparenta, aunque nunca se sabe. Lo de la revista es buena idea, a ver si se lo propone alguna. Otro abrazo para ti, Vicente. Y muchas gracias por comentar.
EliminarMás que al antiguo personaje, creo ver en tu protagonista esa inquietud natural de mucha gente por emparejar a los demás, característica que en este caso está perfectamente complementada por su preparación académica y su trabajo.
ResponderEliminarUn a historia redonda, Juana. Enhorabuena.
Un abrazo.
Es verdad, muchos sentimos en ocasiones esa inquietud e inclinación por unir a personas que están solas. He conocido casos que han sido todo un acierto, pero también alguno muy desafortunado. Gracias por tu generosa valoración, Enrique. Otro abrazo para ti.
EliminarNe ha encantado tu relato, Juana. Le has dado un giro muy original al personaje de La Celestina. Te felicito.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya encantado, Alma. Gracias por tus amables palabras y felicitación. Un saludo afectuoso.
EliminarUn cúmulo de “casualidades” que no dejan lugar a otro escenario que el que narras. Me ha parecido un micro original y con mucho encanto, Juana. Felicidades. Un beso.
ResponderEliminarValoro mucho que tú califiques este micro de "original y con mucho encanto", Matrioska. Gracias por comentar y otro beso para ti.
EliminarEncantadora historia, con un título muy adecuado, como el nombre de la cartera. ¡Enhorabuena, Juana!
ResponderEliminarCelebro que te parezca encantadora la microhistoria, Rafa. Muchas gracias por pasarte y comentar. Un abrazo.
EliminarPero qué bonito, Juana. Esto es empezar el mes pisando fuerte y con redoble de tambor. Si no fuera porque ya no quedan, te mandaba a las majorettes para que acompañen a tu Celestina a repartir el correo.
ResponderEliminarAbrazotes.
Tampoco es eso, Patricia. No mandes a las majorettes que como las vea Celestina igual empieza a maquinar historias a tutiplén. Gracias por tus sonriseras palabras, Patricia. Abracicos también para ti, mañica.
Eliminar¿Es celestina una funcionaria desmotivada, encarcelada en un puesto de repartidora de correos, cuando en realidad sueña despierta con su vocación de psicóloga, y no da pie con bola?
ResponderEliminarO acaso... ¿La psicóloga- funcionaria de correos, quiere usar su ojo clínico y su mano como repartidora de correspondencia para unir a esos dos vecinos??
Muy interesante tu apuesta para Mayo.
Un saludo,
Me encantan los interrogantes que te ha creado esta Celestina, Raquel. Gracias por lo de muy interesante. Saludos.
EliminarMe ha encantado tu relato Juana. ¡Que gran micro para empezar mayo! Me parece muy ingeniosa la manera que ha encontrado tu funcionaria de sobreponerse a un trabajo que alimenta su cuerpo pero no su vocación. Gracias a su formación, ha calado el potencial amoroso entre esos vecinos que sin su ayuda probablemente seguirían con sus solitarias vidas.
ResponderEliminarMagnífico. Enhorabuena.
Un abrazo.
Sí, parece ser que al no poder vivir de la Sicología intenta ejercerla de alguna manera trabajando de cartera. Hay un refrán que dice "Si no puedes hacer lo que te gusta, haz que te guste lo que haces". Así ha pensado esta Celestina, eso sí contanto con hacerse la despistada en muchas ocasiones. Muchas gracias, Antonio, por tu generoso e interesante comentario. Un abrazo.
EliminarMe ha gustado mucho tu relato. Una Celestina muy humana que, como psicóloga sabe lo que hace. Enhorabuena.
ResponderEliminarCelebro que te haya gustado, Mª Luisa. Muchas gracias por leer y comentar. Un afectuoso saludo.
EliminarQue liante el celestino o la Celestina, que ¿quien sabe?
ResponderEliminarUn buen relato, Juana, me gusta. Pero me gustaria saber como acabaron las cosas en tu comunidad de vecinos.
Mantennos informados.
Un abrazo de los dos.
Intentaré enterarme de qué ha pasado con esa pareja. Igual están indignados y presentan una queja por los excesivos despistes de Celestina. También puede ser que ya tengan fecha de boda y Celestina haga de madrina. Gracias por comentar y otro abrazo para ambos.
EliminarMuy entretenido el microrrelato, Juana. Un gran enredo el que está provocando Celestina por insistir en trabajar con los correos o, posiblemente, lo hace por divertirse.
ResponderEliminarPosiblemente lo haga por las dos cosas. Así mata dos pájaros de un tiro. Agradezco mucho tu comentario, Óscar. Saludos cordiales.
EliminarUna cartera, psicóloga y Celestina. Seguro que los intenta unir muy acertadamente. Muy entretenido tu micro. Un beso.
ResponderEliminarEso es exactamente lo que hace, Olga, mientras aparenta sufrir unos continuos despistes al repartir el correo. Gracias por tus palabras y otro beso para ti.
EliminarEspero que ese papel de Celestina del que se ha apropiado dé buenos resultados. Un beso.
ResponderEliminarConfiemos en que sí, aunque puede que alguno se queje de sus reiterados despistes y se le complique un poco la vida. Nunca se sabe. Gracias por comentar, Maite. Otro beso para ti.
EliminarUna moderna Celestina que hace honor a su nombre. Ese cruce de cartas seguro que consigue unir a los personas que quizás sin esta clandestina ayuda terminarían sus vidas en solitario.
ResponderEliminarBuen y romántico, a su manera, 50.
un beso Juana.
Creo que su intención es buena, y si acierta con sus tejemanejes uniendo felizmente a personas solitarias, seguro que su trabajo de repartidora de cartas le resultará más gratificante. También la puede liar y acabar con alguna sanción. Gracias, Mª Belén, por tus amables palabras. Otro beso para ti.
EliminarAdmiro a Celestina, reconozco que soy una psicóloga frustrada, me he dado cuenta de que me equivoqué de profesión y creo que voy a empezar a hacer como tu protagonista. Ya te contaré los resultados.
ResponderEliminarY por otro lado, también la entiendo, ser funcionaria de correos al final debe cansar un poquito y qué mejor que innovar dando un poquito de romanticismo en el día a día.
Besos Juana.
Malu.
Bien, Malu, si te decides nos lo vas contando, si puede ser de cincuenta en cincuenta, mejor, así matas dos pájaros de un tiro jejeje.
ResponderEliminarYo también la entiendo, hay muchos trabajos rutinarios que si no te inventas algo para que resulten más atractivos te pueden resultar muy cuesta arriba. Besos también para ti.
Hola Juana, tu relato me ha traído recuerdos de juventud, cuando me tocó hacer de Celestina alguna vez, aunque lo de cruzar el correo no se me había ocurrido. Lo apunto para proximas ocasiones.
ResponderEliminarO estaré atento, por si alguien cruza mi correo con el de otra persona.
Suerte y saludos.
Muchas gracias, José Ramón, por tus amables palabras. Suerte también para ti y saludos.
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