De repente
De repente abandoné la costumbre de ir al cine, a los bares para ver el fútbol, al dispensario a por recetas, incluso a jugar al chamelo en el hogar del jubilado.
Desde aquel día estoy otra vez con Elvira, mi mujer; nunca sospeché que la muerte nos volvería a reunir.
Desde aquel día estoy otra vez con Elvira, mi mujer; nunca sospeché que la muerte nos volvería a reunir.
No parece muy contento.
ResponderEliminarMe ha gustado el giro que le has dado. Muy bueno.
Besos.
Ojalá supiéramos que ocurre después de la muerte, pero si es como tu narras, volverse a encontrar con la gente amada, ese paso no será tan doloroso.
ResponderEliminarBuen relato Rafa, bien contado.
Un abrazo.
Lo invisible de nuestras vidas. Saludos.
ResponderEliminarA veces los cambios son así de repentinos, sin apenas transición entre una vida tranquila y cotidiana y el tránsito a un plano distinto. Tal vez sea mejor así en el caso de la muerte, ya que pensar en ello sólo produce angustia. El protagonista ha vuelto a encontrar a su mujer, alguien importante en una parte de su existencia que ya creía liquidada, lo que no sabemos es si ello le produce satisfacción o todo lo contrario, puede que ahí radique uno de los méritos de este relato, además de una estructura perfectamente dividida en dos mitades diferentes, que se complementan con la sorpresa final.
ResponderEliminarUn saludo
Rafa, me ha encantado como nos cuentas la historia, guardando la sorpresa de que el señor ha fallecido hasta el final.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
La muerte siempre sorprende, incluso cuando se la está esperando.
ResponderEliminarUn beso Rafa.
Malu.
Sin duda la muerte supone un cambio muy drástico (y a veces repentino) en nuestras costumbres. No había caído en la posibilidad de que retomar la compañia de su esposa pudiera no ser placentera. Gran acierto tuyo y de Ángel al percatarse.
ResponderEliminarEnhorabuena, Rafa, y un abrazo.
!Que buen relato!
ResponderEliminarA veces el amor supera a la fantasia-
Gemial
Saludos de los dos.
Está claro que fue una muerte repentina. Aunque ese reencuentro inesperado sospecho que también ha resultado "mortal". Muy imaginativo y bien contado, Rafa. Saludos.
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