El juego
He tenido que castigar al rincón al palo de fregona por haberme hincado una astilla en la carne. Sospecho que sabe robar caricias para luego lanzar su zarpazo. Que burla la ley natural para mimetizarse con las terminaciones nerviosas bajo la piel. No pretendía herirme, sólo jugaba a estar vivo.
Sí,sí, los objetos cotidianos son muy tendenciosos. Has hecho bien en castigar al palo de fregona. Que sirva de ejemplo. No quiero pensar qué ocurriría si el resto de enseres de la casa copian su actitud y deciden rebelarse. Sobre todo, me aterrorizan los cuchillos. Buen micro.
ResponderEliminarYa que no hablan, de alguna forma tienen que manifestarse, llamar nuestra atención, demostrar que no son simples objetos destinados a un uso limitado. El problema es que todos hagan algo parecido a la vez, que la tostadora chamusque los dedos, que el rollo de papel de la cocina se enrosque peligrosamente en el cuello, que la lavadora engulla. Las tareas domésticas convertidas en actividades de riesgo, a algunos sólo les faltaba eso como excusa. Un relato ocurrente y un tanto inquietante, cuya chispa creativa quizá surgió de un detalle cotidiano.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Belén
Comprendo al palo de fregona, jugar a estar vivo tiene sus riesgos. Aunque tampoco debe de ser fácil jugar a ser palo de fregona. Muy imaginativo e ilustrativo. Un abrazo, Belén.
ResponderEliminarBelen me encanta esa personalidad que le has dado al palo de la fregona y es cierto tienen vida, cuantas tardes de viernes ha sido mi única compañía y alguien con quien hablar, o quien no lo ha utilizado para echarse un baile.
ResponderEliminarGenial relato Belen, me ha gustado.
Besos.
Exquisita forma de, mediante la ficción y tu excelente firma de escribir, dar vida a lo que creemos inanimado. Bravo, Belén.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo.
Belen, en tu micro das vida al palo de la fregona y lo haces protagonista.
ResponderEliminarMe parece que la persona que lo cuenta se siente muy sola y llena su soledad hablando e imaginando que tienen vida objetos cotidianos que acompañan su día a día...
Me ha gustado cómo lo has contado.
Bssos
Me agradan los relatos sobre los seres inanimados porque le pueden dar otro color a las historias tanto originales como manidas.
ResponderEliminarMe gusta. Y lo sabes.
Un beso.
Te diré algo, Belén, de los autores que por aquí andamos tu imaginación es una de las más potentes. Original y bien logrado este cincuenta.
ResponderEliminarSaludos.
Cuando los objetos inanimados cobrar vida son juguetones, enredadores y a veces traicioneros. Tu has logrado con tu fantástica imaginación que veamos a ese palo con vida propia. Yo desde luego a partir de ahora me andaré con mucho cuidado de no lastimar su corazoncito de madera.
ResponderEliminarEres de lo más preciosa tocaya.
Ingenioso y creativo.
Un beso enorme.
Cuando los objetos inanimados cobrar vida son juguetones, enredadores y a veces traicioneros. Tu has logrado con tu fantástica imaginación que veamos a ese palo con vida propia. Yo desde luego a partir de ahora me andaré con mucho cuidado de no lastimar su corazoncito de madera.
ResponderEliminarEres de lo más preciosa tocaya.
Ingenioso y creativo.
Un beso enorme.
Muchas gracias a todos, es un lujo ver el relato propio a través de vuestros ojos y aprender con ello. Besos y abrazos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Pilar en que esta persona sufre de soledad. Y por lo tanto ese juego apuntado en el título podría ser el suyo, el de alguien que juega de manera más o menos consciente a no estar solo. Por lo demás, aunque te lo he dicho las últimas veces, no me importa repetir que tu literatura va a más en cada relato que escribes, tanto por la forma como por su profundo contenido.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo, Belén.
Si no me gusta fregar, menos me gusta que el palo de la fregona me clave una astilla... ¡Será atrevido! Ja, ja, ja...
ResponderEliminarBromas aparte, querida Belén, tienes una imaginación que va más allá de la de el resto de los mortales. Ahora bien, estoy de acuerdo con lo que apuntan Pilar y Enrique sobre que esta persona está más sola que la una y necesita dar vida a objetos que no la tienen para sentirse acompañada. Es más, ¿será verdad que se clavó una astilla o es una artimaña para quién sabe qué?
Un beso grande, querida.
Malu.
Un micro que destila imaginación al dar vida a un objeto inanimado. Cuidado con palos de fregona, cuchillos y otros enseres puntiagudos.
ResponderEliminarUn beso enorme, Belén.
Pues yo a ese palo de fregona no le veo buenas intenciones, ni me parece tampoco que el juego sea inocente.
ResponderEliminarLa mayoría de acciones que aparecen en el relato causan dolor (castigar, hincar, robar, lanzar zarpazo, burlar, herir).
Más vale no ser muy condescendiente con ese palo. Por si acaso.
Besón, Belén.
Impresionante la vida y personalidad que le has dado a un simple palo de fregona. Nunca antes se me hubiese pasado por la cabeza algo así, castigarlos. Yo directamente lo que hago es sacarles todo su potencial hasta que ellos solos se tronchan. ;-) Muy, muy original tu micro, belén. Un beso grande.
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