El mapa del tesoro
No todos pueden decirlo de pequeños. Yo sí podía, pero crecí y cambié sus cuentos de aventuras por mis citas clandestinas en el portal. Hoy, al recoger sus cosas, he encontrado un sobre escondido que me ha hecho desplegar las velas, porque he recordado... ¡que soy hija de una pirata!
¡Aplausos, Patricia! Las historias de piratas son siempre fascinantes: lo confidencial del "oficio", las aventuras constantes, el hambre de riquezas y libertad. Has incorporado además el llamado de la sangre.
ResponderEliminarSi no tuviera este parche en el ojo derecho habría devorado este relato en la mitad del tiempo.
¡Genial!
Un fuerte abrazo (cuidado con el garfio).
Muchas gracias, Vicente, por ayudarme a encontrar el tesoro.
EliminarUn brindis por la Jolly Roger, como manda el Código.
Y un abrazo, a riesgo de acabar arañada.
El paso de la niñez a la adolescencia todo lo transforma. Pero haber tenido un padre o madre que haya deleitado los primeros años con buenas historias es todo un tesoro, tanto, que ese "recoger sus cosas", que podría ser muy triste, se convierte en una recordatorio de orgullo por el legado recibido.
ResponderEliminarUn abrazote (decente y sentido)
O me das un abrazo de los indecentes, que te dejan sin sentido, o saltas por la quilla. Y te advierto que los tiburones parecen hambrientos.
EliminarDejemos que los fantasmas nos cuiden y naveguemos rumbo a Tortuga.
Abrazos de los de verdad, Ángel.
Recuerdos al Capitán, si el mar lo permite y encuentras una pausa en la búsqueda del tesoro, podemos largar un trago de ron en la Taberna del Irlandés errante. Abrazo.
ResponderEliminarVenga ese trago rebosante de pólvora, Pepe Silver el Largo. Y brindemos por la Cofradía de la Pata de Palo.
EliminarBesotes.
Desplegar las velas para recordar que eres la hija de una pirata y la nieta de Bajel el temido. Y una de las brillantes reinas del arte de hacer magia con cincuenta palabras. ¡Muy grande, otra vez, Mrs Ritcmond!
ResponderEliminarUn beso y un brindis.
Pablo.
Brindemos por los piratas beodos, que no es un crimen, según el Código.
EliminarAbrazos para el capitán y un beso para el grumete.
Si descubres de mayor que los cuentos que te contaba tu padre de pequeña no eran cuentos, que era su verdadera vida es para sentirse orgullosa de ser hija de un pirata.
ResponderEliminarPreciosa historia de piratas Patricia, me ha encantado.
Te mando besos de los de verdad y una botella de ron.
Ron, ron, la botella de ron... En cuanto consiga bajar del palo mayor, te devuelvo los besos.
EliminarAbrazo, Javier.
Magnífico, Patricia. Desplegar las velas de tus palabras es encontrar el tesoro. Convertida en hija de pirata, te seguiremos el rumbo hasta la isla.
ResponderEliminarUn efusivo aplauso y un beso.
¿Cómo? ¿Que el tesoro está escondido entre las velas? Te dejo que esta tripulación de rufianes no es nada de fiar y son capaces de quedárselo y dejarme a dos velas.
EliminarAbracicos, Carmen.
Las historias de piratas son de mis favoritas. Me ha encantado la tuya. Un beso enorme. Piratas siempre ser...
ResponderEliminar¡Al abordaje, Geyna! Estoy reclutando tripulación, pásate por la taberna de Morgan, allí en Tortuga, y hablamos.
EliminarBesos.
No hace falta mas que creer.
ResponderEliminarBuen relato. Muy navegable.
Saludos.
¡Gracias, José Juan! Te dejo que estoy cruzando el Mar de los Sargazos y requiere concentración.
EliminarUn abrazo.
Ahora lo entiendo, la imaginación te viene de familia. Todas esas historias contadas cayeron en tierra fértil y no la pudieron contener ni los botines de los abordajes en el portal.
ResponderEliminarCómo no vas a desplegar las velas si el sobre contenía el mapa de un tesoro donde la X eres tú.
Precioso relato. Me quito el garfio para darte una abrazo bien apretao.
¡Ay, qué bonito lo que me dices, mi capitán! Te has ganado el abrazo hasta con garfio. Voy a repulir la pata de palo y te espero donde Morgan para brindar por las X de los mapas.
Eliminar¡Besos!
Toda aventura de pirata esconde un tesoro, todas tus letras son ese caudal de fortuna que deseamos encontrar para enriquecernos y disfrutarlo.
ResponderEliminarLas citas clandestinas también hay que vivirlas, jajajjaja...
Un beso grande preciosa.
Gracias, Mª Belén. Aquí estoy quedando con los chicos, pero muy clandestino no es esto, no. Apúntate, que esta noche partimos hacia la Martinica.
EliminarAbracicos.
Me pondré una pata de palo, un parche en el ojo, un garfio en la mano y si es preciso haré un renting para alquilar un barco pirata y así no pasar inadvertido ante tí, reclamando un saludo tuyo y otro micro de piratas.
ResponderEliminarTe mando un abrazo junto con dos tibiaas y una calavera.
Capitán Isidro, le falta el mono en el hombro. Un loro también luce piratesco. A su elección lo dejo. Pero no se preocupe, que por las tibias y la calavera le reconoceré y le saludaré con una salva de cañonazos, como sólo usted se merece.
EliminarUn sobre escondido que insufla de nuevo las velas...los verdaderos tesoros son así, guardan el poder de su fuerza y nos transfieren de nuevo la identidad perdida en los avatares del tiempo. Una historia de piratas reales para señalar en el mapa de los micros. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. Aprovechemos el viento, despleguemos las velas y crucemos los siete mares.
EliminarUn saludo pirata.
Patricia, ya me imaginaba tus orígenes piratas, por tu habilidad para no mostrar tu rostro. Hubiese sido demasiado fácil al ver tu parche en el ojo, tu pata de palo y tu garfio. Ahora que has confesado ya puedes navegar por los siete mares sin miedo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho ver la bandera pirata ondeando en el palo mayor de este 50.
Besos con sabor a ron.
Toda prudencia es poca, Pilar. No conviene mostrar mucho el rostro, que te pueden delatar y acabar ahorcado mientras un cuervo se lleva tu ojo de cristal donde corresponde para que el traidor pague por sus crímenes. Sí, es el argumento del micro del mes pasado. Ese me llevó a éste...
EliminarTe dejo que voy a planchar la Jolly Roger, que la tengo recién lavada.
Besos piratescos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue bueno es ser pirata viento en popa, y haber vivido en la mar, aunque a veces haya que recoger velas y surjan los recuerdos. Com ellos se construye una flota y viento en popa, a imaginar. Imaginar relatos como este que te hacen volver a vivir. Genial, vaya un nos gusta de los dos.
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos por vuestro bonito comentario. Me gusta haber descubierto que somos una gran tripulación de piratas, camuflados de escritorzuelos. ¡Qué alegría más grande!
EliminarChoquemos las jarras y entonemos canciones sobre tesoros.
Dicen que los piratas siempre intentan alcanzar la fortuna en sus aventuras. Así que tú, Patricia, eres en verdad una buena pirata, y también una pirata buena; harto difícil conseguir las dos cosas en una. Creo que "Cincuenta Palabras" es un mapa con muchos tesoros, pero a ti podríamos nombrarte "el tesoro del mapa". Un beso.
ResponderEliminarDoña Juana, no disimule, que se le ve la vena piratesca. Estoy por plantearle a Álex que la portada del próximo libro sea el plano de ese tesoro que todos guardamos dentro.
EliminarUn abrazo marino.
Patri: ¡Olé por la hija del pirata, su mundo y la imaginación de la autora.
ResponderEliminarBesito virtual
Muchas gracias, María Jesús. Creo que tú también eres de la panda... Esta noche quedada en la taberna del Loro Cojo, que lo sepas.
EliminarUn besazo.
Tomada nota. Me estoy haciendo un pañuelo-venda, chulísimo para mi "no ojo" Vais a flipar, y la pata de palo, de pura caoba.
EliminarToda una envidia para el personal asistente.
Docenas de besitos virtuales.
Y va el capitán pirata,
ResponderEliminarcantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul.
Y en nuestra retina tus historias y tu buen hacer (¿quién dijo que los piratas eran malos?).
Brava Patricia, un beso enorme.
Malu.
Bueeenoooo, si pudiera, alguna oreja que otra caería en mis abordajes. Me conformo con asaltar el barco cincuentista cada mes y llenarme el corazón con el tesoro de vuestros comentarios.
EliminarBesos rebozados de doblones para ti.
Qué importante es que de niño te alimenten la mente y el espíritu, y qué mejor que sean tus propios padres los que desplieguen las velas con las que poder surcar la vida en busca de grandes tesoros. Un micro precioso lleno de magia y gratitud. Me ha encantado, Patricia. Un beso grande.
ResponderEliminarPues sí, Matri, tienes toda la razón. Lo malo es que aquí, aunque tenemos el Ebro, no es que sea muy navegable y se me queda el barco atrancado cada dos por tres. Pero vamos, que las velas las despliego al cierzo y, a veces, llego hasta los anillos de Saturno.
EliminarUn besote.
Doy fe de que el cierzo sopla con ganas!
ResponderEliminarComo las que se nos contagias con tu micro de ir en busca de aventuras...
La tristeza de "recoger sus cosas" se ve compensada con ese desplegar de las velas, que tanto si es real como imaginario, llevará a la protagonista muy lejos.
Patricia, aparta el loro del hombro que te doy dos besos :-)
Carme.
Muchas gracias, Carme. Aprovecha la tramontana y ven a buscarnos. Estamos al final del mar, donde acaba el horizonte y empieza la ruta hacia el mundo mágico.
Eliminar¡Al abordaje!
Me encantaría ir en tu barco. Precioso, Patricia. Un beso.
ResponderEliminarSólo necesitas un parche y una pata de palo. ¡Corre, que Tortuga no espera!
EliminarUn choque de garfios.
Estupendo relato Patricia, ahora mismo lo copio y lo subo a mi cuenta de Pirate Bay esperando por imprimirlo y venderlo en alguna vereda junto con la música y las películas pirateadas.
ResponderEliminarUn gran abrazo Paty!
Ja, ja, esas tenemos, eh. Pirateando a una pobrecita pirata de secano. Pues vale, mis cañones ya están deseando saludarte.
EliminarYo también, pero con un beso, a ver si consigo reblandecer esa cara tan dura. ¡Abrazotes!
"Las velas se hincharán
ResponderEliminary el barco avanzará
como un caballo salvaje
al galope".
Este es el estribillo del "Himno de los Piratas" del musical "Mar y Cielo", de la compañía teatral Dagoll Dagom, basado en una obra homónima de Àngel Guimerà, y que lleva representándose en Catalunya desde 1988. Adjunto enlace de la interpretación, en catalán, de la última versión. Lo más notable del montaje es que el barco pirata es el protagonista principal. Al final de la función, saluda al público y todo. No te digo más.
En fin, no me enrollo más, querida Patricia.
Besos corsarios.
https://www.youtube.com/watch?v=t87gLXtez-I
¡Halaaaa!!! Qué pasadaaaaa.¡Precioso! Vamos a cantar todos juntos, subidos al barco de las 50 Palabras, navegando rumbo a mares cargados de aventuras, para enterrarlas en el cofre del tesoro de nuestro capitán, en el que espero que siga habiendo sitio para muchas, muchas más.
EliminarLas velas se hincharáaannn...
Besos bajo el palo mayor, mi pirata.
Ay qué bonito!!! La piel de gallina. Yo también quiero ser hija de un pirata!!! Me encantó Patricia. Besitos
ResponderEliminar¡Admitida en la tripulación, capitana Martagón! Tráete balas de cañón, que con tanta salva de bienvenida, hemos hecho corto.
EliminarAbrazos y besos.
A menudo pensamos que casi todo lo que intentamos inculcar a los hijos, directa o indirectamente, cae en saco roto, pero rara vez es así. Cuántas semillas hay en cada uno de nosotros desde la niñez dispuestas a germinar en cualquier momento.
ResponderEliminarFantástico relato en todos los sentidos, Patricia, con ese sentido de lo asombroso latiendo siempre en lo que escribes, infinitamente mejor que la realidad, esa en la que montones de niños comprueban cada día que sus padres son unos piratas y no se atreven ni a ir al colegio.
Enhorabuena y un beso.
Muchas gracias, Enrique. Qué razón tienes, mejor unos padres percebeiros que de sangre principesca. La vida a veces te obliga a enrolarte en barcos que no te gustan, pero gracias a unos buenos padres piratas, la caza de la ballena se puede transformar en un viaje a Nunca Jamás.
EliminarUn surtido de besos. (Dale algunos a tu amigo Pablo, a ver si me perdona el descaro).
Mi querida Patricia: ¿Perdonarte el qué? ¿Qué seas un aire fresco con tus comentarios en cincuenta? ¿Esa espontaneidad que me hacen ir allá dónde esté tu nombre? ¿demostrarme la confianza que tienes en mí al decir lo que piensas?... Patricia, si algún día cambias, entonces sí que tendrás que pedir disculpas. Espero que eso nunca ocurra. Sigue siendo así porque así es como nos gustas. Como me gustas.
EliminarUn beso enorme.
Pablo.