Herencia familiar
Después de limpiar los tres dedos de polvo que cubrían el salón y darle una mano de pintura, coloqué el sillón de orejas de mi abuelo, la suave alfombra de pelo de mi madre y la lámpara de pie de mi hermano.
La policía aún busca sus cadáveres sin resultado.
La policía aún busca sus cadáveres sin resultado.
Hola Margarita, una digna herencia para un asesino tan cocienzudo. Pero habria algo mas que incentivara su imaginacion para hacerlos desaparecer, presumo que la casa sea una gran mansion, que haya mucho dinero por medio. Buen planteamiento de tu micro. Me gusta. Besos.
ResponderEliminarMargarita me parece que este o esta asesin@ ha troceado totalmente los cadaveres solo hay que ir leyendo tu relato para encontrar tres dedos, una mano, orejas, pelo y un pie. Realmente difícil que así la policia encuentre los cadaveres.
ResponderEliminarMuy bue relato Margarita, me ha encantado.
Besos sin trocear.
Sospecho que el heredero es Victor Frankenstein, porque es el único que tiene el estómago para echarse una tarea tan macabra sobre las espaldas. Brillante composición.
ResponderEliminarEn conclusión, Margarita, que no te llegamos ni a los talones. A lo hecho, pecho.
Te mando un saludo, de corazón.
Vicente
El crimen perfecto existe y lo has narrado con gran maestría,Margarita. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarMargarita, uno cree que está leyendo sobre la rehabilitación de una casa antigua y antes deshabitada y de repente, nos das un giro al relato y nos encontramos con un asesin@ múltiple que ha sabido muy bien esconder repartidos los restos de sus víctimas.
ResponderEliminarMaestra, siempre nos sorprendes. Un gran aplauso y mi sonrisa.
Besos
En estos tiempos de austeridad este personaje con vocación de decorador o decoradora es un auténtico genio del reciclaje y, de paso, del camuflaje. Ha encontrado una forma perfecta y discreta de estar junto a sus seres queridos, aunque ellos no quieran. Si algún día tuviera ocasión de entrar al cuarto de baño de tu casa me cuidaría mucho de usar el jabón de manos, a saber de quién serían.
ResponderEliminarMuy simpático y ocurrente, Margarita
Un abrazo
Relato policíaco...¡interesante! No sé por qué pero los asesinos en serie son de lo más cuidadosos, jejeje. ¡Enhorabuena por tu gran relato, Margarita!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muy bueno. Anda que no hay gato encerrado en esa casa y en ese micro!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho
Excelente micro, como siempre, Margarita. El asesino deja las pistas tan a la vista que nadie repararía en ellas. Poe hizo lo mismo en "La carta robada". La policía fue incapaz de encontrarla, aunque sí la halló el sagaz Dupin. Me temo que en esta familia cincuentista hay más de un seguidor suyo que ha descubierto el rastro de los cadáveres magistralmente escondidos.
ResponderEliminarHa sido un placer leerte. Besos.
Muy bueno! No le entendí hasta la segunda lectura! Un beso.
ResponderEliminarUna vez más incrustas con maestría frases hechas como piezas sueltas que no solo adquieren sentido al colocarlas, sino que son el corazón motor del relato. Es complicado componer un cuadro usando imágenes, pero extraordinario conseguir que el resultado final tenga armonía en sí mismo.
ResponderEliminarEsta historia, con una idea de partida muy buena, transmite una sensación agridulce entre el terror y la comedia, pero lo verdaderamente deslumbrante es la ejecución, la técnica del mosaicos con frases 'made in Margarita'.
Otro relato más para disfrutar.
Un abrazo.
Después de la muerte sólo quedan los recuerdos por los que se mata.
ResponderEliminarMuy ingeniosa esa vuelta final del relato.
Besito virtual, Margarita
Que tengan cuidado los vecinos porque aún le falta el televisor...
ResponderEliminarMuy conseguida esa sorpresa final, yo pensaba que era una mujer muy apañada en su casa, y resulta que también se las apaña para hacer desaparecer a las personas con total naturalidad. Para todo hay que valer. Sobre todo para contarlo así de bien. Un beso, Margarita.
¡Uy, da miedito entrar en esa casa! ¿Se atreverán los invitados a entrar en la cocina, se atreverán a comer y después pedirán palillos mondadientes? Grrrrrrrrrrrrr...
ResponderEliminarRelato con sello Margarita del Brezo, felicidades, eres única.
Besos.
Malu.
El psicópata en cuestión quizá sea natural de Argamasilla de Alba y haya cometido sus crímenes en algún pueblo de la Mancha, pero parece más bien extraído de la llamada América profunda. Sería uno de esos que dan tanto juego en las películas estadounidenses por su crueldad extrema y su total falta de empatía con las víctimas. En el caso que nos ocupa, además le veo un tanto vago, pues no se ha molestado para elegir a quienes hacerles un retrato de cuerpo entero, escogiendo a los que tenía más a mano: el abuelo, la madre y el hermano.
ResponderEliminarClaro está que aquí las atrocidades cometidas por el angelito en cuestión quedan en un segundo plano, y es cada lector el que debe imaginárselas, en el relato no hay nada de “gore” y ni siquiera de Clinton.
Me lo imagino como a ese tipo de personajes que cuando se descubren los horrendos crímenes que han cometido, sus vecinos y conocidos dicen de ellos que eran personas amables, simpáticas y buenos ciudadanos; lo malo es que suelen tener algún fusible fundido dentro del coco y, un día, les da por hacer alguna atrocidad como quien prepara un plato de espaguetis con tomate, lo del tomate va por la sangre, aunque quizá decidió envenenarlos.
En fin, un imaginativo relato con tintes policíacos y toques de humor negro, donde el horror queda diluido en la fantasía y uno, al final, no sabe si espantarse o reírse a carcajadas. Yo he optado por lo último.
Mis aplausos, Margarita por tus extraordinarios microcuentos. Saludos cordiales.
Ay mamá que miedo da esa casa!!! Enhorabuena maga de las palabras. Una vez más reverencio su creatividad... Abrazos de osa, son pelos de nadie Jajajajajaj
ResponderEliminarSeguro que le has echado un ojo a la sopa de codillo, y las criadillas ya no están ni en la cocina. Pero no invites a una cerveza de la nevera al inspector, no vaya a servirse él mismo. Me emociona el sentido del camuflaje, cómo dan juego las pobres víctimas. Un beso.
ResponderEliminarPero que apañada eres, Margarita. Cómo le has sacado provecho a la familia. Yo he mirado por el ojo de la cerradura y he visto unos brazos de gitano y unas lenguas de gato muy apetecibles en la cocina. Puedes invitar a los detectives, que parece que andan un poco despistados.
ResponderEliminarUn beso.
Dicen que es muy difícil deshacerse de un cadáver, pero al parecer, tú sádico protagonista ha sabido descuartizar a tres y buscarles el sitio perfecto para pasar desapercibidos camuflados como decorativos y apreciados recuerdos de familia. Me ha gustado mucho este micro tan gore que nos regalas este mes, Margarita. Un besote.
ResponderEliminarCreo que esa tarea de limpieza con que inicias el micro, ya nos sugiere que había más que polvo en esa casa. Y pintarla, hacer casa nueva, a estrenar, con los recuerdos de la familia, puede que nos informe del psicópata que no recuerda sus crímenes y regresa, tal vez, al lugar donde los cometió (tal vez un Antoni Perkins, que se reserva un cadáver en el sotano, o un asesino del que no sabemos que ha hecho en el jardín de casa, como tantos, en la América profunda, como dicen mis compañeros. Pero puede que sea un asesino made in spain, y tu relato tiene tintes de Solana, García Berlanga y hasta de Almodóvar. Felicidades por tu micro, y dime qué pasteles te gustan antes de invitarme a esa casa. Besos.
ResponderEliminarEstoy seguro que a tu alrededor existen milis de palabras que te piden encarecidamente formar parte de tus ingeniosos relatos, Margarita. Si yo fuese palabra, te perseguiría hasta conseguir mi sitio en uno de tus relatos en que la magia siempre aparece.
ResponderEliminarMaravilloso juego el que has vuelto regalarnos.
Un besazo.
Pablo.
No sé si en ese salón se acabarán acumulando moscas y malos olores, pero para ocasiones futuras, le recomendaría al protagonista que se sacara la tarjeta Family del IKEA.
ResponderEliminarVeo que también te mueves bien en los dominios del terror, Margarita.
Besos.
Tus palabras esperan camufladas en el relato, al igual que todo ese despiece humano de la casa, a ser descubiertas, convirtiendo tu nueva propuesta, ademas de en una historia bellamente escrita y de placentera lectura, en un pasatiempo de tebeo. Perfecto trabajo como siempre, Margarita: una ideal genial llevada a cabo con enorme maestría.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Hola a todos.
ResponderEliminarSabéis que me gusta responder personalmente a todos los comentarios, pero no consigo ajustar el tiempo y, de momento, no he conseguido partirlo en trocitos como ha hecho el heredero de esta historia.
Os pido disculpas, y también por no poder participar en los comentarios de vuestros relatos como os merecéis.
No prometo nada a corto plazo, pero amenazo con volver.
¡Gracias a todos y cada uno de vosotros!
Besos y abrazos.
El tiempo es un tirano implacable y desconoce lo que es la elasticidad. Así que nada de aquello de "puedo prometer y prometo", porque luego viene Cronos y lo deja todo como un bebedero de patos. Recibida la parte de besos y abrazos que me toca. Lo mismo en sentido inverso.
EliminarCumple la amenaza y vuelve, el relato es una gozada. Besos
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