Pluriempleo
Terminado su trabajo, Mateo se encaminó a la Casa de Campo con la esperanza de terminar la noche sin sobresaltos y con algún dinero. Pero, como tantas veces, Lady Lune, la secreta personalidad del pulcro electricista, no encontró compañía y decidió no ponerse nunca más sus viejos zapatos de charol.
Deambular por las selvas de la vida.
ResponderEliminarOriginal relato.
Saludos.
Gracias, Juan José, así es el camino
EliminarUna segunda actividad, distinta y clandestina respecto a la profesión oficial. A este punto puede llevar la crisis si se quiere obtener un sobresueldo. Puede que sólo haya sido una mala noche, pero el escaso éxito quizá obligue al protagonista a probar suerte en otros sectores laborales. Si me permites el chiste fácil, este electricista tan peculiar tiene su chispa.
ResponderEliminarUn saludo
Esperemos que sea así, Ángel, y que nuestro electricista siga echando chispas.
EliminarCrispin en el fondo me da un poco de pena el electricista ya que pienso que lo que a él verdaderamente le gusta o gustaba era su personalidad secreta, Lady Lune.
ResponderEliminarBuen relato Crispin, me ha gustado.
Un abrazo.
Puede ser así, Javier, todos os trabajos tienen sus frustaciones y sus alegrías.
EliminarCrispín, tu protagonísta vive una doble vida. Opino como Javier, que su vida clandestina es la que de verdad le gusta, ya que a pesar de no encontrar compañía insiste en ello. Esta vez parece que ha sido la última.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Nunca senpuede decir que es la última vez, quizás, a la vuelta de la esquina...
EliminarHay entre las vidas secretas algunas más genuinas que las públicas.
ResponderEliminarBuen micro, Crispín.
Genuínas o no pueden ser una frustación si no pueden ser públicas.
EliminarSi con la crisis es difícil tener un trabajo, imagínate dos! Pero que piense que una mala racha la tiene cualquiera y si le gusta calzarse los zapatos de charol o las botas con plataforma o el rouge cereza... duro con ello y que no se rinda.
ResponderEliminar(¡Como si quiere enfundarse en Capitán Trueno!)
Me gusta tu relato Crispín.
Un abrazaco.
Gracias Isidro. Le trasmito tu ánimo y tu idea.
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