Sin título
Todavía no sabía si era asesino o superhéroe, si se enamoraría de una princesa o recorrería los mares en un barco pirata. Sentado, esperando, sin nombre, se esbozaba unas veces y otras se perdía, durante meses, en la bruma de una historia incipiente; en la mente de algún torpe autor.
No tengas prisa, personaje. Tu torpe autor pisa ya tan fuerte que, cuando menos te lo esperes, te mirará a los ojos y sabrás que ha llegado el momento de guiarle por el laberinto de las historias geniales. Y, juntos, conseguiréis que nos pongamos todos de pie para aplaudiros.
ResponderEliminarYo ya lo estoy haciendo (y sin estar beoda).
Un abrazo, Miguel.
Creo que con un autor tan bueno como tú, Miguel, este personaje pronto tendrá nombre y sabrá lo que tiene que hacer y por supuesto este sin titulo lo encontrará.
ResponderEliminarBuen relato Miguel, me ha gustado.
Un abrazo.
Me ha encantado la visión del proceso de creación literaria desde el punto de vista de este personaje aún sin nombre que espera su momento para actuar. A veces solo hace falta soltarse y darle una voz, una motivación y dejarlo fluir.
ResponderEliminarUn beso, Miguel.
Muy original tu propuesta para este mes, Miguel. El personaje será grande y nos traerá una buena historia, de eso estoy segura. Y el autor, no creo que sea torpe, solo necesita su tiempo.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
El bloqueo del escritor narrado por el más "afectado": el personaje. Paladín, criminal o enamorado estoy seguro de que este ser en gestación nos sorprenderá a todos cuando vea la luz.
ResponderEliminarMuy bueno, Miguel.
Un abrazo.
No sabemos que destino le espera a este personaje, pero está claro que él ya tiene consciencia de su existencia, aunque sin oficio ni nombre. Como tarde mucho el autor en gestarlo del todo, me da que es capaz de levantarse y desaparecer envuelto en esa bruma de esa historia todavía sin contar. Muy imaginativo y sugerente, Miguel. Saludos
ResponderEliminarReflejas muy bien, Miguel, el complicado proceso de creación por parte del escritor y te doy la enhorabuena por ello. Los que aquí escribimos sabemos de lo complicado que es crear y ajustar lo imaginado a tan solo cincuenta palabras...¡Tú lo has hecho genial!
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel, cuentas a la perfección el proceso de ese personaje que quiere nacer, pero que a veces, cuando ve la luz del folio y la tinta recargada para dejar su historia imborrable en el mismo, se vuelve a disipar debido a esas brumas que asolan y destruyen al ingenio del autor.
ResponderEliminarEstá claro que no es un relato autobiográfico porque, aunque eres autor, torpe no. Muy al contrario, eres una bocanada de aire fresco con una maestría inusual para una persona de tu edad, que ya quisiera yo.
Punto y aparte: el título. Una genialidad.
Un fuerte abrazo y a seguir sacando historias, genio.
Pablo.
¡Qué bueno! Cuántos sin nombres crecen y menguan vagando entre las brumas creadoras de autores que comienzan a esbozarlos de la nada. Me ha encantado, Miguel. Un beso grande.
ResponderEliminarPues tiene una pinta estupenda la historia incipinente, porque ya el feto o su proyecto la tiene, sea lo que sea al final, salga lo que salga.
ResponderEliminarLa creación, ese proceso tan misterioso, que no se sabe muy bien cómo surge, menos aún de qué manera terminará. La historia, una vez concluida, parece tener siempre una rara vida propia, además de dejar de pertenecer a su autor para formar parte de todo aquel que quiera leerla. Antes de ello, habrá sido esa bruma indefinida en la que se centra tu relato, campo de pruebas hasta encontrar su andamiaje preciso. Lógicamente, aún no tiene título, eso suele ser lo último.
ResponderEliminarHas incidido en algo que les sucede a muchos, pero no todos se detienen pensar en ello y contarlo, tú sí, artista.
Un abrazo fuerte, Miguel
Miguel, es lo que tiene ser un personaje, depende totalmente del autor y su vida está en su pluma.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
No está ese personaje, pero ya me gusta. Un beso.
ResponderEliminarEsa bruma incipiente es maravillosa, y nunca me cansaré de leer sobre ella.
ResponderEliminarUn saludo,
¡Qué bueno! Seguro que en algún momento hemos pensado algo que vamos cambiando y modelando, sin pensar en cómo se siente ese personaje indefinido!!! Y es que las posibilidades son infinitas. Como la imaginación demostrada para escribir micros como este ;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
El autor está buscando el esbozo de un protagonista. Puede ser cualquier cosa que cree su imaginación.Me gusta. Un beso.
ResponderEliminarLo que no sabía el protopersonaje era que un día, gracias a una suerte de soplo divino, nacería y acabaría por imponerse a su autor, y terminaría por ser lo que él quisiera ser.
ResponderEliminarUna historia existencial, pero muy simpática, Miguel.
Abrazo.
Muy buena historia y mejor contada. Después de las dos frases introductorias, la última es sencillamente espectacular; por ritmo y por contenido. Una retahíla de destellos que al terminar se quedan enganchados.
ResponderEliminarMuy bueno, Miguel. Enhorabuena.
Qué hermoso relato sobre la creación literaria. El incipiente personaje en esbozo o perdido en la bruma tiene tantas posibilidades, que seguro que en tus letras encontrará su mejor destino, Miguel.
ResponderEliminarMe ha encantado. Besos.
En cierto modo los personajes que creamos nos pertenecen, aunque pienso que eso no nos da derecho a hacer con ellos lo que queramos si no hay una causa que lo justifique. Tu relato los humaniza (valga la expresión), y a mí en concreto me ayuda a reafirmarme en ese planteamiento, pero además lo hace de una manera muy bella. Veo en tu modo de escribir un gran estilo, algo que en mi opinión se puede desarrollar, aunque no adquirir si no se tiene.
ResponderEliminarEnhorabuena, Miguel. Tengo la impresión de que en tu mente bullen un sinfín de historias y personajes, cada vez más definidos, con los que nos irás haciendo disfrutar.
Un abrazo.