Cambio climático
Bajo el sol implacable, Tobías apenas puede caminar ni concentrarse en sus pensamientos. Pero, mientras le recorren gotas gordas de sudor, llega a una sabia conclusión: no va a permanecer, ni un día más, en Alaska. Su próximo destino: Punta Cana. Ya siente el hielo fresquito sobre su cuerpo ardiente.
Hola Mª José, el cambio climático desafía el sentido común de una humanidad desbocada y responsable de un cambio sin precedentes que amenaza, ni más ni menos, que al futuro inmediato. Traes con muy buen tino, con un relato fresco un tema de completa y dramática actualidad al que la mayoría de gobiernos presta oídos sordos, a pesar del gran tratamiento mediático que tiene. Tórrida Alaska y helada Punta Cana. Lo que nos quedará por ver. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias,Manuel por tu tempranero comentario. Mi intención al escribir el micro era muy clara: denunciar las salvajadas que todos cometemos contra el medio ambiente, consciente o inconscientemente.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
De forma gráfica y humorística nos muestras, María José, a lo que podríamos llegar en un futuro cercano si seguimos tratando tan mal a lo que la naturaleza nos presta. Muy bien. Saludos
ResponderEliminarGracias, Jesús. He pretendido "quitar hierro" al asunto, enfocándolo con humor. Me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tal como está el mundo y el planeta, o sea, al revés, no parece tan extraño que pudiera darse esta situación. Mientras tanto, nuestros gobernantes, sin capacidad ni la visión de futuro suficiente para solucionar este problema que nos afecta a todos y, lo que es peor, a las nuevas generaciones.
ResponderEliminarUn abrazo, María José
Gracias, Ángel. A veces lo que parece un disparate, se convierte en una realidad, lamentablemente.
EliminarUn fuerte abrazo.
María Jose, me encanta la frescura con la que has dado visibilidad al problema del cambio climático.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
Muchas gracias, Pilar. Un placer, siempre, recibir tus comentarios.
EliminarUn fuerte abrazo.
María José pues menudo futuro nos espera si al Alaska se mueren de calor y en Punta Cana hace frío.
ResponderEliminarBuen relato para denunciar un futuro que ya está aquí, y además escrito de una forma desenfadada pero que hace pensar.
Buen relato María José, me ha gustado.
Aprovecho la ocasión para felicitarte por tu relato gabador en el concurso de Radio Castellón, enhorabuena.
Besos.
Muchas gracias, Javier, tanto por tu comentario como por tu felicitación. Soy yo la que tenía que haberte felicitado, puesto que el anterior ganador del concurso de Radio Castellón has sido tú. Los dos estamos de enhorabuena, sin duda.
EliminarUn fuerte abrazo.
GENIAL con mayúsculas. Espléndido relato en el que el título forma una parte indispensable del mismo, como debe ser.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo.
Un beso.
Pablo.
Amigo Pablo, eres una persona cargada de generosidad en tus comentarios y no veas cómo me hacen sentir... MUCHÍSIMAS GRACIAS.
EliminarUn abrazote muy grande.
María José
Vete a saber...cualquier día nos encontramos que has tenido una premonición. Tiene un toque de ironía. Un beso
ResponderEliminarY tanta, jajaja. La ironía es un arma muy útil para afrontar cualquier tipo de problema, sin salir "escaldado"...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Maite.
Tan real es el escenario que planteas en este micro, que los trastornos del clima ya nos afectan, María José. Te lo digo yo, que nunca había sentido tanto calor como ahora en mi ciudad.
ResponderEliminarUn relato que, indirectamente, quiere crear conciencia sobre un problema gigantesco.
Un abrazo.
Muchas gracias, Vicente, por acercarte a comentar. Lo de no saber qué ponerse por las mañanas es algo cada vez más complicado, sea en la estación que sea...
EliminarUn fuerte abrazo.
Como ya te ha dicho Pablo, un relato redondo, con ese título poniendo la temperatura adecuada.
ResponderEliminarUn abrazo, María José.
Muchas gracias, Margarita. Me alegro de que te haya gustado tanto. A mí también me encanta todo lo que tú escribes.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Tobías es un personaje bíblico a quien ayuda el arcángel Rafael, así que si el Tobías de tu microcuento tiene alguna ayuda de ese tipo no debe temer nada por el cambio climático, pues seguro que el arcángel le protegerá ya sea en Punta Cana o en Roquetas de Mar.
ResponderEliminarTras este comentario un tanto ligero, el cambio climático, que algunos aún siguen negando, es un asunto serio y que traerá grandes calamidades a nuestra calamitosa humanidad, incapaz, tantas veces, de ver más allá de sus narices.
Por otra parte, has rebajado bastante la angustia que podría acuciarnos al cambiar los pronósticos: no será en el ecuador y en los trópicos donde se sentirán los rigores del cambio climático, sino en los polos, o sea, tendremos más lugares donde vivir que si fuese al revés.
Y en esa presentación de los sucesos hay una gran ironía, pues das a entender que las predicciones pueden ser erróneas, que sobre los grandes asuntos no sabemos tanto como creemos, y que, en definitiva, será la naturaleza la que juegue sus bazas y nos gane la partida si seguimos siendo tan necios y codiciosos como para obviarla y agredirla.
Mi enhorabuena, María José por poner el dedo en esa llaga. Un abrazo.
Enrique, te agradezco mucho el detallado comentario que has dedicado a mi micro. He intentado aportar mi pequeño granito de arena para denunciar un hecho patente y que muchos quieren ocultar o minimizar utilizando el arma infalible del humor.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muy bien tocado el tema del cambio climático, pues aplicando el toque de humor, se obvian y no son necesarias las argumentaciones científicas y mucho menos en 50 palabras. Has hecho una caricatura perfecta con cuatro trazos pero con gran mensaje y que todo el mundo puede entender.
ResponderEliminarEnhorabuena Srta. Viz por su gran relato.
Un beso.
Muchas gracias, Don Isidro (jejeje). Me alegra mucho que te haya gustado (permíteme que te tutee) y que hayas visto que la opción humorística es válida para cualquier tipo de temas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pues más o menos hasta que lleguemos a esos extremos, será cuando algunos se den cuenta de que, verdaderamente, algo está pasando en nuestro planeta. Muy bueno, María José. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Matrioska. Tienes razón, no se toman medidas hasta que ya es demasiado tarde para que surtan efecto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No hacen falta tratados técnicos para demostrar las consecuencias del cambio climático, con cincuenta palabras, un toque irónico y una sonrisa nos lo has explicado perfectamente. Un abrazo, María José.
ResponderEliminarMuchas gracias, Salvador. Me alegro de que te haya gustado el tratamiento que he hecho de un tema tan dramático y serio.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Desde luego, que es bien posible esto que nos cuentas en tu micro. Al paso que vamos, nos cargamos el planeta antes de que acabe el siglo XXI. Ni los ciudadanos, ni los gobiernos, hacemos nada para solucionarlo. Triste y real y perfectamente contado.
ResponderEliminarUn beso.
Malu.
Muchas gracias, Malu. El caso es que todos sabemos lo que está mal pero, o no sabemos cómo actuar, o no nos saben explicar lo que se debe hacer. Si no hay unas políticas claras, poco podemos hacer "los de a pie", al respecto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un modo gratificante y desenfadado de tocar el tema, cosa que no le quita en absoluto, quizá al contrario, poder de concienciación. Diría que has inventado el concepto de "intercambio climático".
ResponderEliminarEnhorabuena, María José.
Un abrazo.
Muchas gracias, Enrique. Sea cierto, o no, me gusta eso de haber inventado un nuevo concepto, jajaja.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Si el sáhara fue hace 6000 años un vergel, no es de extrañar que punta cana cambie las playas por glaciares y las palmeras por pingüinos.
ResponderEliminarBuen relato, María.
Un abrazo.