Ha sido la primavera
Me dejó en el suelo y corrió a cerrar el riego. Volvió con el bebé envuelto en su camisa. Estaba feo, manchado de barro. Con los labios azules y los ojos muy abiertos. Lloraba mucho, mi papá, mientras le contaba cómo salvé a las hormigas mientras se inundaba su casita.
Me ha gustado, Belén, tu micro. El niño, en su inconsciencia natural, está a punto de morir por salvar a las hormiguitas... Cualquiera se puede poner en la piel del padre.
ResponderEliminar¡Felicidades!
Un abrazo fuerte.
Pues sí Belén, los niños nunca ven el peligro. Se dice a menudo que un ángel los protege. Muchas cosas se evitan por suerte o una buena casualidad. Me imagino el susto del padre. Qué padre o madre no ha pasado alguna vez por algún mal trago. En su inocencia los niños se exponen cada día y no tenemos los suficientes ojos y manos para protegerlos. Muy buen micro. Abrazos.
ResponderEliminarLos niños son así, naturales, actúan por instinto y nunca vez el peligro, les da igual salvar a unas hormigas y casi ahogarse en el intento o salir corriendo detrás de una pelota sin fijarse por donde van.
ResponderEliminarBuen relato Belén.
Besos.
¡Qué bien lo has contado, Belén!
ResponderEliminarBesicos
Real y duro como la vida.... me sigues sorprendiendo mi querida Osita.
ResponderEliminarLa condición infantil está asociada a hacer alguna "picia", algo incluido en un contrato invisible y que difícilmente puede evitarse. Después se cuenta y recuerda como anécdota entrañable, que casi se convierte en leyenda, que suaviza no pocas veces un susto justificado y un peligro cierto.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Belén
A mí me parece que ese bebé oculta un gran misterio. No sé, pero yo veo una historia más siniestra. Y el título también me hace pensarlo.
ResponderEliminarUn gran micro, Belén.
Abrazotes.
Cuanta historia esconde tu 50. La imagen de ese bebé azulado y embarrado. Terrible realidad para un padre que llora desconsolado ante la inocencia de su hijo mayor, al querer salvar unas hormigas y no ver a quien tenía a su lado. Por otra parte un título que bien podría significar una excusa.
ResponderEliminarFantástico Belén. Cuanto misterio nos has dejado.
Un beso enorme bonita.
Un gran susto pero una historia entrañable que nos dice que en los niños la heroicidad es algo espontáneo. Es una pena que el tiempo y la edad apacigüen esos instintos. Muy bueno, Belén. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Ha sido la primavera? Pues a mí me ha debido de afectar porque mi lectura es diferente y no veo inocencia por ningún lado. Yo creo que han sido los celos los que han empujado al niño a inventarse un salvamento de hormigas para acabar con su hermano y volver a ocupar el trono que nunca quiso abandonar. ¡Tremenda papeleta para los padres!
ResponderEliminarMuy conseguido el tono infantil en el relato.
Un beso, Belén
Nota al margen: Estoy contigo, Margarita, mi lectura es la misma.
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Belén, tus relatos nunca pasan desapercibidos y está vez no es la excepción. A mí me ha recordado un poquillo a «The good son», película protagonizada por Macaulay Culkin y Elijah Wood.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí también me parece una historia de celos entre hermanos tremendamente dura, precisamente por el conseguidísimo contraste entre lo atroz del hecho y la inocencia con que el protagonista lo cuenta.
ResponderEliminarUn relato que sacude no tanto por la historia en sí sino por cómo está narrada, lo cual es muy difícil.
Enhorabuena, Belén.
Un abrazo.
Me llega una imagen terrible de tu prota, nada inocente y con celos y manía hacia su hermano.
ResponderEliminarQuizás es lo que has querido. Un personaje poliédrico., y lo has conseguido , Belén.
Cada vez te superas
Besito virtual
Hola a todos y gracias por vuestra visita. Sí, mi intención al escribir el relato era reflejar una terrible tragedia a causa de los celos y la inocencia de los niños que aún no saben medir las consecuencias de sus actos. Un beso y hasta pronto.
ResponderEliminar¡Ay los celos entre hermanos! Dan para mucho...
ResponderEliminarSi yo te contara lo que he visto... y no solo entre hermanos, sino primos, amigos, vecinos... todos ellos niños muy pequeños y entre tú y yo, nada inocentes.
Extraordinario Belén.
Un beso grande.
Malu.
Sí, claramente hay una historia dura detrás, de niños que no saben y no miden ni sus fuerzas ni las consecuencias de sus actos; pero que... saben mentir.
ResponderEliminarDa un poquito de miedo, la verdad; no parece que vaya a solucionarse fácilmente con una riña o un cachete. No.
Muy bueno, Belen.
Terrible la imagen del bebé con los ojos muy abiertos y terrible la desolación del padre llorando su pérdida. Los celos y el desconocimiento de consecuencias de los actos pueden dar resultados trágicos.
ResponderEliminarMuy bien contado, Belén.
Un beso.
El modo en que está escrito obliga a repetidas lecturas, pero sobre todo te advierte de que lo que cuenta es más complejo de lo que en principio pueda parecer.
ResponderEliminar¡Bravo, Belén! Estupendo relato, inteligente modo de narrar.
Un abrazo.
Nos dejas un escenario complejo, Belén. Yo al poco de nacer también fui “víctima” de mi hermana, mientras estaba en la cuna me vació un bote de polvos de talco en la cara y salió corriendo la muy puñetera. Nunca se lo he tenido en cuenta, pero eso sí, en cuanto la pille… :D Me gusta mucho cómo lo has contado. Un beso.
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