Treguas traicioneras
—¡Bebamos! —ordenó el superior al mando—.
No éramos más de diez, pero la algarabía debía de escucharse tras los muros. ¡Qué manera de celebrar! Parecía que el mundo iba a acabar mañana...
Cuando despertó el alba, sólo estaba yo y mi circunstancia. Atisbando por la tronera del refugio olí muerte.
No éramos más de diez, pero la algarabía debía de escucharse tras los muros. ¡Qué manera de celebrar! Parecía que el mundo iba a acabar mañana...
Cuando despertó el alba, sólo estaba yo y mi circunstancia. Atisbando por la tronera del refugio olí muerte.
Cada cosa a su tiempo, en este caso creo que las celebraciones se han adelantado.
ResponderEliminarBuen micro, Rafael.
Saludos.
Vaya panorama, el resultado puede imaginarse.
ResponderEliminarBuen relato, mejor no encender las luces.
Saludos.
En una guerra lo que menos impera es la caballerosidad, unas mínimas reglas del juego y el respeto. Sólo cuenta la aniquilación del adversario. El cómo se obtenga es lo de menos. El factor sorpresa siempre es un recurso.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Rafael en una guerra no hay que fiarse de nadie y aquí veo que esta supuesta tregua la ha aprovechado el enemigo.
ResponderEliminarBuen relato Rafael.
Un abrazo.
No se puede celebrar la "victoria" en una guerra, porque no existe tal victoria, en una guerra todo pierden. Es una celebración temprana de algo tremendo.
ResponderEliminarTu protagonista ha sido más listo y ha permanecido en la tronera.
Buen relato. Besos
Un relato muy visual. Me han surgido todas las imágenes de la barbarie: la del brindis y la del infierno.
ResponderEliminarMe gustó.
Pablo.
Rafael, en esta guerra no se ha respetado la tregua sino todo lo contrario, la han aprovechado para atacar a traición.
ResponderEliminarLa última frase es brutal.
Enhorabuena!
Besos
Por lo menos, tuvieron una última noche en paz.
ResponderEliminarMuy buen relato, Rafael
Por eso se llama tregua, porque después viene algo peor...
ResponderEliminarEs bueno, Rafa. Un beso.
Malu.
Pues me confunde el título y el término "celebrar", pero me inclino a pensar en unos pobres desgraciados que viven el momento sin pensar en el mañana incierto. No parece claro dónde está la traición ni el ataque sorpresa, ni si el protagonista mira de de tronera para adentro o de tronera para afuera. Es un gran micro, un excelente micro. Mejor si cambiáramos esa palabra, la manida frase hecha de "las circunstancias", el gerundio final para dar más fuerza al verbo "oler" y la última barra de diálogo del primer párrafo. Me ha encantado. Es un gran micro.
ResponderEliminarSuerte.
Ha hecho bien el protagonista, se ha quedado en la tronera, pero me gustaría saber su sensación al llegar la luz. Un beso.
ResponderEliminarGracias. Un honor ser objetivo de vuestra atención. Tomo nota de todas las sugerencias. Luis, la idea era plasmar un momento de alegría entremedias del horror de la barbarie. Una tregua mentirosa, en la que sólo un afortunado protagonista vive para contarlo.
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