Asesina
Las lágrimas anegan sus ojos, resbalan libremente por el rostro desprovisto de emoción.
La sangre mana sin cesar, desbordando sus dedos, manchando su camisa mientras, con ojos desesperados, la ve alejarse. Soberbia y altiva es su asesina que, sin volver la vista atrás, se marcha después de arrancarle el corazón.
La sangre mana sin cesar, desbordando sus dedos, manchando su camisa mientras, con ojos desesperados, la ve alejarse. Soberbia y altiva es su asesina que, sin volver la vista atrás, se marcha después de arrancarle el corazón.
José, de forma poética nos traes un bello relato en el que nos confirmas que se puede morir de amor, sobre todo si te arrancan el corazón con un gran desengaño amoroso.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho,
Besos
Morir de amor, sentir que le arrancan el corazón cuando le abandonan, todas estas sensaciones aparecen al leer tu relato José.
ResponderEliminarBuen relato lleno de sensibilidad.
Un abrazo.
Imagen tan bella y poética José Torme. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo
Uf... El amor...
ResponderEliminarMuy buen micro, José, que capta la esencia del desengaño y la desesperación de quien es abandonado.
Un saludo.
Hasta aquí ha salpicado la sangre; qué buena imagen, José.
ResponderEliminarUn saludo
Si sentimentalmente te arrancan el corazón, la muerte es casi literal y se experimenta como tal. Muy buen micro y muy elocuente, José. Un saludo.
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