Calle del Gato, s/n
—¡Pim, pam, pum! Respeto a la autoridad —patalea con sus ancas de rana el capitán.
Rebotan, contra los ciudadanos congregados, las pelota de goma.
—No me afeen la ciudad —rabia la rubia chulapa con sus ojillos de rata.
—¡Mi casa, mis recuerdos, mi vida toda! —llora deshecha la anciana señora.
Rebotan, contra los ciudadanos congregados, las pelota de goma.
—No me afeen la ciudad —rabia la rubia chulapa con sus ojillos de rata.
—¡Mi casa, mis recuerdos, mi vida toda! —llora deshecha la anciana señora.
Anda que no tiene guasa cañí ni ná tu relato. Aunque en el fondo es tremendo.
ResponderEliminarMuy bueno, Carmen.
Patricia, si te he hecho sonreír, me doy por satisfecha. Se trataba de eso, de reírnos de algunos personajes sin quitarle seriedad al asunto.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Carmen cuentas la historia de un desahucio con un lenguaje que a mi me parece que esté leyendo las viñetas de un cómic, y eso que el tema es muy serio.
ResponderEliminarLuego no sé, esa rubia chulapa con ojos de rata me da que la conozco, pero me no diré su identidad por si acaso me lee.
Buen relato Carmen, me ha gustado.
Besos.
El tono tragicómico es premeditado. Quien apareció sin previo aviso fue la rubia chulapa que tú y yo, al menos, hemos reconocido. Tampoco yo diré su nombre.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Javier. Besos.
Carmen, al leer tu micro parece un sainete, pero al final te rompe el corazón al saber que se trata del desahucio de una anciana.
ResponderEliminarOriginal forma de plantear el tema en 50 palabras.
Enhorabuena amiga. Me ha gustado.
Besos
El tono es burlesco, desde luego, Pilar. Y el final, trágico. Los personajes que representan el "orden" están degradados, pero no la anciana ni los ciudadanos que protestan por el desahucio.
EliminarMe alegra que te haya gustado y te agradezco tus palabras. Besos.
Hola Carmen, has sabido darle un toque genial de ironía al tema de los desahucios. El dinamismo de las escena que propones mantiene un ritmo muy vivo, disparatado, como si estuviese sucediendo en Alicia en el País de las Maravillas. Ese capitán rana y esa alcaldesa rata están de rechupete pintados como caricaturas a las que hasta se les podría poner nombre a día de hoy. La plañidera anciana, remata un cuadro esperpéntico pero, tristemente, demasiado frecuente en nuestra sociedad actual. Me ha encantado la propuesta. Del 10 que dicen por tierras de Córdoba. Felicidades. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. Has captado la animalización de personajes y la estética del esperpento de Valle-Inclán en la que me he basado para relatar el desahucio. Decía Máx Estrella en Luces de Bohemia que la tragedia española estaba deformada por los espejos cóncavos del Callejón del Gato en el Madrid de su época. Y parece ser que la situación no ha cambiado demasiado desde entonces.
EliminarMuchas gracias por tu generosidad al valorar el micro. Un abrazo.
Lo merece. El guiño literario está también marcado que crea un compás binario de marcha pachanguera orquesta en torno a la comparecencia de la autoridad plenipotenciaria y sus prebostes, que ganas me están dando, y muchas, de releer, para mi deleite, Luces de Bohemia por enésima vez. Eso también lo apunto en el haber de tu relato. Quien se las ve con Valle y sale airosa del trance, bien sabe de su hacienda y de su hacer. Lo dicho, cabal.
Eliminar...tan bien...(sorry)
EliminarUna manera caricaturesca de representar un drama. Podría resultar cómico, sin embargo, el efecto creado es el contrario, lleva mucha carga humanitaria. Felicidades, Carmen. Un beso.
ResponderEliminarCaricatura y degradación de las autoridades; conmiseración por la injusticia que sufre la anciana.
EliminarGracias, Matrioska, por tu comentario. Besos.
No se trata de un cómic divertido, ni de un ágil guión de dibujos animados aunque pueda parecerlo. Es el reflejo de una realidad muy cruda, que en modo alguno pierde dramatismo por esta manera tan ocurrente de contarlo, sino al contrario, de ahí su mérito.
ResponderEliminarLa verdad es que sorprende
Un abrazo, Carmen
Muchas gracias, Ángel. El tema del micro es serio y trágico. Es una realidad preocupante. Aunque me he válido del humor al retratar a algunos personajes.
EliminarUn gran abrazo.
Original e insólita forma de contar, y tan llena de ritmo, ruido y contrastes que no sé si reír o llorar. De lo que no tengo duda es de aplaudir.
ResponderEliminarMuy bueno, Carmen.
Un beso
Gracias, Margarita. Me complace que puedas reír y llorar a un tiempo. La situación de la anciana y la actuación de las fuerzas del orden no son para menos.
EliminarMe siento muy halagada si te ha gustado. Besos.
No sé si esa Calle del Gato s/n colinda con la 13 Rue del Percebe, aquella genial y enorme viñeta creada por el ínclito Francisco Ibáñez, y que daba cuenta de lo que sucedía en una estrambótica comunidad de vecinos. ¿Y en qué comunidad de vecinos no cuecen habas?
ResponderEliminarSea como fuere, la historia que cuentas, en clave de tebeo –prefiero esta expresión a la de cómic, será porque ya soy un tanto carrozón- bien podría haber sucedido en aquella famosa rue, aunque la denuncia de tal situación, dado que era la época de la dictadura, quizá no la hubiesen consentido; pero, por otra parte, como han contado en muchas ocasiones creadores de aquel entonces, los censores solían ser muy cuadriculados y, a veces, se las metían dobladas, así que podría haber colado.
Lo que sí queda demostrado es que el humor es una cosa muy seria y que la aparente liviandad de la historia esconde una realidad amarga: la amarga realidad de los desheredados de siempre, de los perdedores de siempre, se esté en el país en el que se esté, y se viva en la época en que se viva.
No sé si es porque el calor me tiene un tanto obnubilado el cerebro, pero he creído ver entre los personajes de la historia a un personaje real de esos que, como decía Cecilia en su canción, querría ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.
En fin, malos tiempos para la lírica, ¿los hubo buenos alguna vez? Volveremos de nuevo a preguntarnos con Bob Dylan aquello de: “¿Cuántos años puede la gente existir antes de que les sea permitida la libertad?”
La respuesta está en el viento, nos dijo el eximio cantante y poeta, pero no dijo en cuál de ellos, yo ando buscándola en el cierzo que sopla de vez en cuando en la meseta.
Un abrazo, Carmen, y que tengas un buen verano.
Muy divertida la comparación con la famosa Rue del Percebe que leíamos en los tebeos. Esta calle del Gato tiene raíces más antiguas, aunque igualmente caricaturescas. Son los espejos cóncavos del Callejón del Gato por donde se paseaban los héroes clásicos. La verdad es que en 50 palabras no he podido dar más pistas.
ResponderEliminarEn cuanto a la dama de la canción de Cecilia, has acertado. Se coló sin avisar.
Y el tema de fondo es, como bien dices, la dura realidad de los desheredados.
Muy hermosos los versos de Bob Dylan. Siempre encuentras asociaciones que hacen especiales tus comentarios.
Muchas gracias, Enrique. Un gran abrazo y felices vacaciones.
Hola, Carmen,
ResponderEliminarComo ya te han dicho y además has explicado (siete husos horarios menos no me ayudan), la historia que has compuesto está llena de musicalidad y de una fina crítica social. Estás hecha una trovadora.
Abrazos.
Gracias, Vicente, por tu aportación. Es cierto que hay rimas internas en el texto. Pero lo de trovar... bueno, lo tomaré como un cumplido.
EliminarMuchas gracias de nuevo y un abrazo.
Tu micro es un magnífico ejemplo de cómo se puede combinar el humor con la denuncia social y que ambos salgan ganando.
ResponderEliminarComo dice Vicente, la diferencia de husos horarios hace que a veces se pierda algún detalle.
No me queda claro si el capitán tiene esas patas porque, como el resto, le salió rana, o es que quedó así después de que la chulapa lo atropellara cuando él iba en moto.
Me encantó, Carmen, lo has hecho fantástico.
Un abrazo.
George, muchas gracias por tu valoración. Las patas de rana del capitán quedan muy bien explicadas con lo del atropello. Lo acabas de redondear.
EliminarUn gran abrazo.
Me encanta Carmen. Muy buenos esos tres momentos que van de la risa al llanto. Enhorabuena amiga!!! Besitos
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Carmen. Muchas gracias. Besos.
EliminarDesde el título hasta la última palabra ha escrito un micro digno de ser estudiado en las mejores academias de relatos. Dices tanto en cincuenta palabras que me ha parecido un grandioso micro. Y de una dificultad extrema que has sabido regataear con gran maestría.
ResponderEliminarMuy bueno, Carmen.
Un beso.
Pablo
Uf. Qué grandes palabras viniendo de un maestro del relato como tú, Pablo.
EliminarSólo puedo darte las gracias y sentirme feliz sabiendo que te ha gustado.
Un beso.
Desahucio en toda regla.
ResponderEliminarMe encantó esta tragicomedia.
Un beso grande Carmen.
Malu.
Muchas gracias, Malu. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso enorme.
Has sabido reflejar con nitidez, dibujando esos personajes tan bien caricaturizados, el triste desahucio de esa pobre anciana. Felicidades, Carmen. No es nada sencillo lo que has logrado. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana, por tus amables palabras. Por desgracia, son situaciones demasiado frecuentes.
EliminarBesos.
Muy buen retrato de algo que por cotidiano, no deja de ser extremadamente doloroso. A ritmo de sainete has retratado dos personalidades tan opuestas como las dos mitades de nuestra realidad. Me ha gustado mucho. Un besito.
ResponderEliminarEl asunto es muy doloroso, como bien dices. Por eso le he puesto un poco de humor, para poder digerirlo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, María José. Besos.
Alta literatura la de tu relato, Carmen. Confieso no haber leído a Valle-Inclán, pero tengo la impresión, en virtud de lo bien que cuentas la escena, de que has sabido captar perfectamente el espíritu de su narrativa, poniéndolo al servicio de una gran causa. Gran propuesta. Mucha suerte con ella.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias por tus palabras, Enrique. Celebro que te haya gustado.
ResponderEliminarUn beso.
ResponderEliminarUna anciana, gatos. Una calle cualquiera, sin numero. Una rata, rubia, insensible, prepotente. Una casa, una vida. Rebotadas, deshechas.
Tremendo, gráfico, original, magistral.
Enhorabuena Carmen. Lo he disfrutado mucho.
Un abrazo.
Gracias, Antonio, por tu comentario. Me alegro de que te hayas divertido.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Curioso efecto el que consigues al mezclar el tono sainetero-tebeístico con el drama social. Una tragicomedia en forma y fondo en toda regla. Una brillante muestra de que cincuenta palabras es un fondo inagotable de recursos literarios.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Carmen.
Muchas gracias por tu generoso comentario, Carles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Original enfoque para mostrar un deshaucio... Cuando empiezas a leerlo parece una comedia con onomatopeyas incluidas, pero acaba en un buen drama.
ResponderEliminarAdemás con diferentes guiños: calle del gato, aparece la rata,.. Muy trabajado.
Un beso tocaya.
Carme.