El peso de la paternidad
Se despidió después de conocerme. Dijo que no quería saber nada de mí, aunque hacía tiempo que me buscaba.
Y, cuando al fin me encontró, la responsabilidad le pudo. Al verme tan insegura, tan frágil, tan necesitada, sintió vértigo y optó por huir.
Yo sólo pude escribir: "Papá, te espero".
Y, cuando al fin me encontró, la responsabilidad le pudo. Al verme tan insegura, tan frágil, tan necesitada, sintió vértigo y optó por huir.
Yo sólo pude escribir: "Papá, te espero".
Un padre cobarde y poco responsable, ella una hija con un gran corazón.
ResponderEliminarGloria buen relato del cual a lo mejor en un futuro nos escribes una segunda parte.
Besos
Hay padres que no son capaces de asumir su responsabilidad y este es uno de ellos. Gracias por comentar. Un abrazo. Gloria
EliminarTriste relato, pero estos indecisos procreadores, deberían tomar medicamentos "anti-vértigos" o anti-conceptivos. Si no están preparados o no saben... que vayan a la escuela!
ResponderEliminar(Es que me cabrean los irresponsables)
Muy buen relato. Te envío un beso y un me gusta, amiga Gloria.
Entiendo tus sentimientos aunque por desgracia personas como estas hay unas cuantas por el mundo. Un saludo muy afectuoso. Gloria
EliminarDe cobardes está el mundo lleno, aunque no le arriendo la ganancia a este mal padre, pues por muy descerebrado que sea, y por muy despreocupado que quiera vivir, el remordimiento de no haber hecho lo correcto le acompañará siempre. Tiene una hija que no se merece, que, pese a todo, le espera.
ResponderEliminarUn abrazo, Gloria
Si, y yo tampoco se la arriendo. Como dices antes o después se arrepentirá de no aceptar su responsabilidad, y probablemente lo hará cuando esté solo y necesite ayuda y compañía. De nuevo enhorabuena por tus continuas alegrías en forma de premios. Un fuerte abrazo. Gloria
EliminarPocas espaldas tiene este padre para llevar tan dulce peso. No todo el mundo está preparado, pero la vida enseña.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Gloria. Un beso.
Pues espero, Carmen que lo haga pronto pues su hija le sigue esperando con los brazos abiertos. Pero como bien dices hay muchos que no son capaces de cargar con ese hermoso peso. un fuerte abrazo de Gloria
EliminarGloria, hay padres que no merecen serlo.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Sí, muchos más de los que sería deseable, y dejan a su paso un terrible sufrimiento. Pilar, gracias por sus comentarios. Un saludo. Gloria
EliminarGloria, has retratado una realidad, que por desgracia existe y mucho.
ResponderEliminarBuen giro final, aunque el título lo descubre con antelación.
Me ha parecido un estupendo relato.
Suerte
Gracias María Jesús. la verdad es que no soy buena en los giros finales. La verdad hay muchos elementos como este pululando por el mundo y haciendo mucho daño a su paso. Un abrazo. Gloria
EliminarHay muchos padres que no saben lo que se pierden. Ese "papá, te espero", suele durar solo un tiempo. Luego, en la mayoría de los casos, suele ser demasiado tarde. De todas formas, como la madurez biológica y la mental en muchas personas no suelen ir a un tiempo, seguiremos viendo muchos ejemplos de quienes no pueden soportar ese "peso de la paternidad" que nos cuentas, Gloria. Buen micro para la reflexión. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Juana. La verdad hay muchos inmaduros que ante ese peso solo saben escapar. Lo malo es que no saben lo que se pierden, pero la verdad tampoco se merecen disfrutar de las mieles de la paternidad. recibe un fuerte beso de Gloria
EliminarEs lo que tiene la fuerza de la gravedad, que pesa, y algunas personas pasan por la vida levitando y sin dejar huella.
ResponderEliminarUn saludo, Gloria
Sí, y lo peor es que no quieren hacerlo. Y huir de su propia realidad, de su paternidad, ignorándola, es la mejor manera que encuentran para hacerlo. Margarita, gracias por leerme y por comentar. Un abrazo fuerte. Gloria
EliminarDefinitivamente no es un padre, solo un progenitor sin escrúpulos, ni corazón. La huida física quizá sea lo más fácil, pero hay remordimientos de los que por mucho que se huya, nunca desaparecen.
ResponderEliminarUn beso Gloria.
Malu.
Y yo me imagino que le perseguirán hasta la tumba, y ahí si que ya no podrá escapara a esa realidad y a esa hermosa hija, que por supuesto, no se merece. Un fuerte abrazo. Gloria
EliminarSer padre es ejercer de ello y tu protagonista nunca lo fue. Y en cuanto a esa hija abandonada, llegará el día en que deje de esperar. Buen micro, Gloria. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Matrioska. La verdad ese "padre" no se merece la hija que tiene y que no sabe apreciar. Un beso. Gloria
ResponderEliminarCuando un padre no asume que lo es, en mi opinión, es mejor que no aparezca en la vida de la hija. Quizás resulte duro decirlo pero, por el mero hecho de acceder a ser considerado el padre de alguien, sin desear haberlo sido, simplemente por "poner la semilla", no debiera bastarle a la hija.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
María José
No, pero quizás crea que con la convivencia y el amor que ella pueda entregarle es posible que pueda conmoverlo y convertirlo en un verdadero padre.
EliminarMuchas gracias por comentar María José. Un beso. Gloria
Hay cosas que cuesta perdonar, aunque veo que tu personaje está dispuesto a ello, al menos en principio.
ResponderEliminarHistoria abierta y muy bien contada, Gloria.
Un abrazo.
Gracias Enrique. Y espero que lo haga para volver a encontrarse con su padre cuando este recobre el valor y el sentido común. Un fuerte abrazo. Gloria
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