El regalo sorpresa
Lo compré después de haberlo pensado concienzudamente. Era ideal para ella.
Cuando llegó su cumpleaños le dije:
—Toma es tu regalo.
—¡Un dron!
—Es tu regalo de cumpleaños, con mando a distancia. Ahora podrás mandarle que haga todo lo que me mandas. Adiós.
Rompió el dron, pero aún sigue esperándome.
Cuando llegó su cumpleaños le dije:
—Toma es tu regalo.
—¡Un dron!
—Es tu regalo de cumpleaños, con mando a distancia. Ahora podrás mandarle que haga todo lo que me mandas. Adiós.
Rompió el dron, pero aún sigue esperándome.
Parece ser que estaba harto de que ella le mandase, pero bueno por lo menos antes de dejarla le dio su regalo de cumpleaños.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Has dado en la diana. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarDivertido relato. Ni la mejor tecnología puede sustituir al ser que se ama.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Un abrazo a los dos.
Muchas gracias `pr tus palabras. Un abrazo de os dos.
EliminarUn regalo envenenado que tanto le sirve como reproche, como para un; “ahí te quedas”. Buen micro. Un beso.
ResponderEliminarY ahi se quedó. Podria haber sido real, pero todavia no.
EliminarEl cielo puede esperar.
Un beso de los dos.
Todo tiene su límite y equilibrio. El típico marido impresentable que se niega a contribuir a cualquier tarea no se puede aceptar, pero tampoco una actitud de sumisión total y constante para tener la fiesta en paz. En este segundo caso, el regalo robótico está más que justificado; seguro que ha hecho reflexionar a esa mujer. Si él vuelve, sabrá valorarle de otra manera.
ResponderEliminarOs envío un abrazo para cada uno lleno de afecto
Gracias Angel, la fiesta se termina o se queda en paz, cuando se acaba la batalla y se olvidan los efectos.
EliminarTus comentarios como siempre constructivos y geniales.
Un abrazo de los dos.
Una estupenda actualización del «Francamente, querida, me importa un bledo» de «Lo que el viento se llevó», con dron incluido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu comentario casi podria ser un relato genial. muchas graciapor tus palabras. Un abrazo de os dos.
EliminarNo se puede ser tan "marimandona", que luego pasa lo que pasa. Y además esta chica es muy exigente, así que el regalo lo manda bien lejos ya que no cumple sus expectativas. Lo que yo creo que no se esperaba la cumpleañera es que la sorpresa en sí era la marcha del cansado marido (o pareja). Para mí que no vuelve...
ResponderEliminarUn beso grande Jose Mari, me alegra leerte. También otro beso enorme para Dori.
Malu.
Es que a veces mandan tanto que hasta estimulan el ingenio.
ResponderEliminarBueno que voy a seguir leyendo. Ah por cierto tus relatos son mejores que tusd tortillas y estas son geniales... Pero no te hemos visto por el círculo ni por el faceboce. Ahora estoy explorando eso. Voy con retraso en las tecnologias, pero da igual. Besos de los dos.r
Me ha sido imposible ir al círculo, pero ahora mismo os busco en facebook.
EliminarElla será una mandona, pero él es un "mandrón". Hizo mal en romper el dron. Lo podía haber vendido en una de esas tiendas de segunda mano... Muy divertido, José María. Un abrazo.
ResponderEliminarHace mucho tiempo que no entro en las ciencuenta, casi un mes. Bueno gracias por tu comentario, sabes que me gusta leerte. Saludos de los dos.
Eliminar¡Ay, Ay! Cuándo en una relación sólo queda el hartazgo y el único medio de comunicación es el sarcasmo, mal asunto.
ResponderEliminarBien contado, José María. Abrazos y besos a ti y a tu otro yo.
Dese hace casi un mes que no entro en las cincuenta. Pero no me he olvidado ni de vosotros ni de escribir.Gracias por tus palabras. A veces es el sarcasmo lo unico que les queda a los personajes cuando se agota el guión.
EliminarUn abrazo de los dos.