El sótano
Impulsado por un súbito ramalazo de bravuconería nunca antes visto en él, y enarbolando la bandera de la temeridad que confiere el alcohol, bajó de dos en dos los escalones del sótano donde yacían sus más profundos temores. Fue muy valiente. Hasta que escuchó cerrarse la puerta tras de sí.
José Ramón, me ha pasado como a tu protagonista, tengo la duda de saber si la puerta se ha cerrado sola o la ha cerrado alguien, alguno de esos temores.¿Será demasiado tarde para volver atrás?
ResponderEliminarBuen relato, me ha gustado.
Un abrazo José Ramón
Posiblemente todo esté en la cabeza del protagonista, a veces somos nuestro peor enemigo. La imaginación, un instrumento prodigioso, de lo mejor del ser humano, puede volverse en nuestra contra. También es posible que esos temores tuvieran un fundamento cierto, que haya un segundo actor al que no vemos, una posibilidad que hace que la inquietud del protagonista nos contagie. Realmente pueden ocurrir muchas cosas en un simple sótano.
ResponderEliminarUn saludo, José Ramón
Creas tensión y muchas ganas de saber lo que pasa a continuación. Ese sótano lo pintas como un monstruo de fauces abiertas que se traga a tu protagonista sin masticar. Muy bueno. Un besito.
ResponderEliminarSe me olvidó comentarte lo acertado que me parece el título. Al ponerlo dejas claro quién es el que juega el principal papel en la historia.
ResponderEliminarLo malo es que el alcohol te hace ver doble y, en según qué circunstancias, no es muy aconsejable. ¡Ahora se le han duplicado los temores!
ResponderEliminarMe voy a reflexionar sobre tu excelente relato, a ver si se me pasa la resaca.
Este cincuenta me ha recordado el cuento clásico de Edgar Allan Poe «El barril de amontillado». La ebriedad, aunque tenga fama de dar valor, no es buena compañera del peligro.
ResponderEliminarSaludos, José Ramón.
Un suspenso muy bien creado!!!! Esa escalear invita a regresar antes que la puerta se cierre...
ResponderEliminarSaludos.
Estremecedor. Has conseguido algo muy difícil y genial: que el lector continúe la historia. ¡Bravo! Me han encantado tus 52 palabras, título incluido.
ResponderEliminarUn abrazo, José Ramón.
Pablo.
El sótano, con todos sus monstruos, se ha tragado al protagonista. Vaya tensión que has creado en tu micro, José Ramón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Realmente generas suspense. Como amante del terror, he disfrutado mucho tu micro. Al fin y al cabo, ¿quien no tiene demonios en su sótano?
ResponderEliminarUn abrazo
¡Glup! Yo también necesitaría estar ebria para bajar al sótano.
ResponderEliminar¡Qué tensión!
Un beso José Ramón.
Malu.
Gran micro, José Ramón. Estoy de acuerdo con María José, el título apunta el suspense a una sola dirección y nos dirige al meollo de la cuestión. Muy lograda también la tensión. Enhorabuena y un saludo.
ResponderEliminarNo ha elegido al mejor aliado el protagonista para enfrentarse a sus miedos en el sótano. El alcohol es un bravucón que, al final, acaba dejándote en la estacada. Espero que al menos la luz se haya quedado encendida.
ResponderEliminarReflejas muy bien ese estado en que alguna vez nos hemos visto todos. Ese envalentonamiento súbito que se apodera de nuestra actitud cobarde ante alguna situación y, decididos, nos decimos, juramos y perjuramos que lo vamos a solucionar. Hasta que, como en el relato, la puerta se cierra tras nosotros.
Y empieza el suspense...¡muy bueno! Saludos
Me da que tras quedarse encerrado, el efecto del alcohol le habrá durado poco. No sabemos si esos temores que yacían en ese sótano, se habrán desvanecido tras el cierre de la puerta y el verdadero motivo del miedo esté en no ser capaz de salir. Has conseguido envolvernos en esa atmósfera de intriga, José Ramón. Saludos
ResponderEliminarJose Ramón,el alcohol le ha dado fuerzas para enfrentarse a sus terrores, pero al cerrarse la puerta se le ha esfumado ese falso coraje.
ResponderEliminarHas ceeado una atmósfera inquietante con tu frase final.
Enhorabuena!
Besos
Ese sótano nos genera a todos algo de mal rollo, y ese final abierto con la puerta que se cierra... Buena atmósfera creada!
ResponderEliminarSaludos.
Carme.
Guau, qué modo de provocar tensión....
ResponderEliminarBien hecho, José Ramón.
Uff, huele a humedad.
ResponderEliminarMe gusta.
Saludos, José Ramón.
Eso de enfrentarse cara a cara, y solo, contra los miedos, en todo caso, mejor sereno.
ResponderEliminarUn relato que transcurre 'in crescendo' hasta el portazo final, con el que la valentía se desarma y el miedo vuelve a tomar el mando.
Un relato muy bien estructurado. Enhorabuena, José Ramón.
Un saludo
Muchas gracias a todos por los comentarios!!
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