Eva y el Arcángel
Tengo frío, un frío intenso, desde que nos dejó el Arcángel en las puertas de la ciudad prohibida, por más ropa que me ponga encima. Abrázame, esposo mío, el camino es muy largo hasta las estrellas. Los animales, cuyo lenguaje comprendíamos, rehúyen nuestra presencia. Intuyen quizá que necesitamos botas nuevas.
Una vívida reconstrucción de la expulsión del Paraíso, Pepe. Me ha gustado mucho el detalle del rechazo de los animales, simbolizando la ruptura entre éstos y los hombres. La libertad de elegir entre el bien y el mal tiene su precio.
ResponderEliminarTe saludo con afecto.
Muy buena narración.
Gracias Vicente por tu aportación, creo que debemos buscar en nosotros mismos cuál es la causa del alejamiento de ese árbol del conocimiento, del bien y del mal, huérfanos de Dios. Un fuerte abrazo.
EliminarA mí, que soy un poco víbora, también me ha dado repelús la insinuación sobre las botas nuevas.
ResponderEliminarTe dejo, no me vaya a llevar la culpa de algo, como mi amiga la serpiente.
Muy bueno, Pepe.
Bah, no creo que seas ni tan siquiera un poco como dices, que del dragón ya se encargó Apolo, alias Jorge o Miguel, pero si que me ha salido un poco ácido el cuento. Un beso Patricia.
EliminarEl castigo por desobedecer o, como también podría decirse, sacar los pies del tiesto, tuvo unas consecuencias tremendas, definitivas y hereditarias, y no sólo para los causantes (no sé por qué, me ha recordado el cacareado 'Brexit'). Pasar del paraíso a la intemperie, de estar en comunión con naturaleza y animales a la pura supervivencia, ha de suponer un contraste importante.
ResponderEliminarEs curioso que, sin que los autores se pongan de acuerdo, algunos temas y detalles coincidan. No es habitual que aparezca un arcángel y sin embargo ya es el segundo este mes, tras el de Vicente. La creatividad es así de caprichosa e interesante.
Bien reflejado el momento, a través de las sensaciones, en que el Génesis deja de ser una narración idílica.
Un saludo, Pepe
Muy oportuno tu símil, con la Arkángela Merkel expulsando de la paradisíaca Europa a los britanos, o más bien fueron ellos los que se cansaron de sostener las arcas de la alianza. Todo muy simbólico, la historia de la humanidad se sustenta en fábulas que podrían añadir un poco de colorido a esta realidad gris.
EliminarUn saludo muy cordial Ángel.
Pepe das una versión actualizada de la biblia de una forma admirable.
ResponderEliminarBuen relato Pepe.
Un abrazo.
Gracias don Javier, en esta biblia particular, de bolsillo casi, hay muchos capítulos hermosos, entre ellos el Cantar de los Cantares o el Eclesiastés, son como perlas que brillan en la noche estrellada a través del espejo mágico del tiempo.
EliminarUn abrazo.
Leyendo tu micro me ha parecido presenciar a la primera pareja desahuciada de la historia. En la calle, padeciendo hambre y frío, se ven forzados a perseguir a los animales, sus hasta ahora cordiales vecinos. Muy interesante esta expulsión del Paraíso que nos traes, Pepe. Saludos.
ResponderEliminarEs curioso, en la biblia hay un montón de capítulos de expulsiones, por ejemplo Lot y su familia, deshauciados de la ciudad de Sodoma, donde también intervienen los ángeles con su espada flamígera. La realidad es mucho peor, quizá por eso fantaseemos tanto.
EliminarUn enorme saludo juana.
Se acabó la vida en comunión con la naturaleza. Expulsada del Paraíso, esta primera pareja bíblica descubre su debilidad y desamparo. Y así estamos desde entonces, luchando para sobrevivir, aunque algunos lo tienen mucho peor que otros.
ResponderEliminarUn gran relato, Pepe. Un abrazo.
Es cierto Carmen la Naturaleza que tiene sus mecanismos propios para sobrevivir seguramente no cuenta con la especie humana para el futuro y seguirá su camino hasta el final de los tiempos.
EliminarUn abrazo.
Pepe, con la expulsión del Paraiso, se dejó a la humanidad en total desamparo, desde entonces no hemos aprendido y vamos de mal en peor. Si es que no se nos puede dejar solos...
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Pilar nos lo merecemos, no quiero ser amargo, pero esa es la cara que vemos en el espejo la que nos hemos forjado nosotros mismos. Por lo menos tenemos los 50 para saborear destellos del alma. Un beso.
EliminarQuerido Pepe, vaya "relatazo" (si se me permite la expresión) que nos dejas. Este extracto bíblico bien puede ser aplicado y entendido en escenarios y situaciones de nuestros tiempos, como apunta Ángel con el tema del Brexit, o incluso un desahucio (esto último es lo que me ha venido a la mente a mí).
ResponderEliminarEnhorabuena, la narración y el tema son de lo mejor.
Un beso, Pepe.
Malu.
Gracias Malú, eres un cielo. Yo me pregunto, si el hombre desde que tenemos constancia de ello, ha mirado hacia las estrellas, dibujando escenas de sus mitos y animales favoritos como el oso, el perro, la ballena, por qué no están Adán y Eva y sí la serpiente. Tal vez porque el camino es muy largo.
EliminarUn besazo.
Una vez expulsados de la despreocupada existencia en el paraíso, al ser humano no le queda otra que pasar penurias y buscarse la vida hasta volver a ser aceptados. Hasta entonces la vida era compartida con el resto de seres vivos, pero tras la expulsión, las cosas van a ser distintas para todos. Muy buen micro, Pepe. Un beso.
ResponderEliminarGracias Matrioska, aunque creo que la vida está llena de pequeñas expulsiones, la primera cuando naces, desde ahí tienes que hacerte un hueco para decidir vivir, lo peor es cuando te expulsan de ti mismo.
EliminarUn beso.
Como decía una canción de mi juventud, ya nada será igual. Muy bueno y bello este relato del "día después".
ResponderEliminarSaludos, Pepe.
Un placer don Enrique, creo que en este episodio mañanero de la humanidad, en los que tan pocos días habían transcurrido desde el Fiat umbra, Adán y Eva se dedicaron a ponerle nombre a todos los animales, los cuales seguramente también fueron expulsados. El paraíso es un lugar donde moran muy pocos escogidos, y casi seguro que están enchufados.
EliminarUn saludo.
Bien dicho, Pepe. Me ha gustado mucho la imagen gráfica del escenario de la perdida de la inocencia, y las ventajas de vivir en ella. Un gusto siempre leerte. Muy buen micro en sólo cincuenta palabras.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Karen. Dónde estás que no publicas, anímate que solo son cincuenta.
EliminarUn beso transoceánico muy fuerte.
Con gran belleza has mostrado ese momento bíblico tan conocido, Pepe. Te felicito por ello y me ha gustado también el detalle de las botas nuevas, tan necesarias para caminar...
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo.
María José
Después de la maldición bíblica, aquella de parirás con dolor etc, etc, luego le regalaron unas botas nuevas para pisotear a las serpientes y otros bichos, que se camuflaban en la vegetación tan abundante. Gracias Mª José.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo.
Hace mucho tiempo que me pregunto qué sucedió en la noche mil dos, pero nunca me había parado a pensar en el día posterior a la expulsión del Paraíso. Solo la idea de tu relato ya me parece para nota. El título me interpela, ¿por qué Eva y el Arcángel? La creación de esta pareja "titular" es sugerente y siendo tú el artífice, no hay que obviarla. La historia es toda una alegoría: el frío metido hasta la médula, el camino hasta las estrellas, largo, desconocido y demasiado gaseoso, la incomprensión de un nuevo lenguaje, el rechazo de los de siempre. Y el final, incisivo.
ResponderEliminar¿Se puede pedir más? Sí, que sigas contando.
Besos, Pepe
En realidad, Mar, Adán ya no pintaba nada después de comerse la manzana, creo que se atragantó y por eso casi se le olvida al Arcángel echarlo del paraíso. Allí la que pintaba era la mujer, no quiero decir que el Arcángel con su espada flamígera..., no por dios. Eva tenía un antojo, pues eso. Adán, el pobre ya tuvo bastante con la otra, Lilith, la posturitas. En fin que luego dicen que si salió una raza de gigantes. Y ya después con el diluvio. A ver si llueve que con estos calores. Continuará...
ResponderEliminarUn beso.
Es curioso esto del coco, o sea, lo de esa nuez gigantesca que llamamos cerebro y parece que lo controla todo, aunque, en realidad, dentro de ella creo que hay varias entidades –por ponerles nombre- que van cada una a su bola, de ahí que muchas veces hablemos ‘solos’ y hasta nos llevemos la contraria.
ResponderEliminarLo anterior viene a cuento porque tu relato me ha recordado la película 2001, de Kubrick, aunque dicha película, como estaba hecha después de la existencia de Darwin, no empezaba en el Paraíso Terrenal, sino con unos primates luchando ya por el poder, y seguía y acababa con unos astronautas perdidos en el cosmos, tal y como tu Eva y tu Adán, que quieren emprender un largo camino hacia las estrellas, supongo que implicando en ello a todos sus descendientes.
Por otra parte, también me ha venido a la cabeza el fresco de Masaccio que está en la iglesia del Carmine en Florencia –tuve la suerte de verlo-, en el que el pintor italiano representa esa escena con unos Adán y Eva absolutamente destrozados por esa expulsión, detrás de ellos, aparece el famoso ángel de flamígera espada, no sé si esas espadas las venden en Toledo, o sólo las hay marca Jardín del Edén.
O sea, todo lo que ha aparecido en mi mente surrealismo puro. En cuanto a lo de los animales, quizá se estén temiendo ya que Adán quiera hacerse unos zapatos de piel de cocodrilo y que a Eva se le antoje un abrigo de marta, de ahí que hayan decidido poner patas en polvorosa.
En fin, que esa historia seguirá dando mucho que hablar y que pensar.
Felicitaciones por ponerla en el candelero o en el candelabro, Pepe, un abrazo.
Muchas gracias Enrique por tu hermoso comentario. Es cierto que la mente trabaja en diferentes niveles al mismo tiempo. No creo que sea surrealismo, sino una especie de visión como un arquitecto que va proyectando en diferentes planos su forma de ver las cosas. Ahí entramos nosotros para modelar las imágenes con palabras, unas veces con mayor acierto que otras. Creo que la imagen de Adan y Eva de Masaccio la tenemos en el inconsciente colectivo como un arquetipo, es hermosa en su tristeza y te envidio, con una envidia sana, por haberla podido disfrutar. El paraíso como tal, no existe, puesto que no tenemos participación en él, quién queda para disfrutarlo, a no ser que sea una puerta hacia las estrellas, o hacia uno mismo, de donde si a uno lo expulsan ya no queda nada, quizá la consciencia de haber vivido o haber soñado. Un gran abrazo.
ResponderEliminarCuenta una leyenda que Adán fue el primero en darle nombre a los animales. Me gusta el detalle en tu relato de que la hermandan entre el hombre y los animales se rompe cuando el primero piensa en matar al segundo.
ResponderEliminarSaludos y felicitaciones por tan excelente relato.
Hay otra leyenda en la que todos los animales se presentaron en estado de embrión ante el Supremo, y cada uno le pedía: yo quiero garras; yo unos dientes fuertes; yo unas alas para volar, y al final llegó el hombre y no sabía qué pedir, se lo quedó pensando y al final Dios cansado de esperar le dijo: tú tendrás siempre la forma de embrión hasta que decidas lo que quieras ser.
EliminarQue el hombre es un animal hecho de pensamientos, sería el corolario a esta hermosa fábula a la que añado: y de bellas imágenes.
Un placer @Jean_DD.