La larga y penosa espera
Quedan quince minutos, cuarenta segundos y tres milésimas. Parece solo un rato pero se me está haciendo eterno. Hace tiempo hubiera deseado estar en este preciso momento, ahora sé que la ansiedad permanecerá hasta rebasar la última milésima. Para entonces habrán sido, exactamente, veintidós años y un día de espera.
Rafa parece que a este preso se le van a hacer más largos los últimos 15 minutos de condena que los 22 años que ha pasado en prisión.
ResponderEliminarAl leer tu relato transmites la sensación de ansiedad por la que está pasando el protagonista.
Buen relato Rafa.
Un abrazo.
Para un momento tan esperado la sensación debe ser de que el tiempo se ha detenido. Gracias, Javier.
EliminarAbrazo.
Cuando se dice que el tiempo es relativo... es la pura verdad. Hay momentos que son siglos y eternidad que se transforma en instante.
ResponderEliminar¡¡Felicidades, Rafa!!
Un fuerte abrazo.
María José
Tan relativo que para medirlo hay que tener en cuenta el factor ansiedad.
EliminarGracias, María José. Besos.
Qué relativo es el tiempo... Muy buen contado ese momento de ansiedad ante la espera...
ResponderEliminarUn sufrimiento añadido a la pena de prisión.
EliminarGracias, Carmen, por comentar.
Besos.
Que bien has mantenido la tensión de esa larga y penosa espera pero, no me asombra ya ese pulso narrativo que tienes después de leer tantos relatos tuyos cuya calidad es sanamente envidiable.
ResponderEliminarMuy requetebueno, Rafa.
Un abrazo.
Pablo.
Tu buena pluma hace que lleves la ficción y la exageración hasta los mismos comentarios. Verbigracia.
EliminarAbrazote.
Lo relativo del tiempo hace que los últimos momentos, nos parezcan interminables y si miramos atrás nos puede parecer una eternidad de la que nos admiramos el haberla recorrido.
ResponderEliminarTú en tu línea: Buenísimo o quizás yo no sea objetivo. Ya sabes que los lazos familiares pueden desvirtuar... bla, bla bla.
Magnífico relato, padrino.
Abrazaco
Tu condición de ahijado mediatiza tus generosos comentarios.
EliminarAbrazo grande.
Las esperas son más largas cuando la ansiada recompensa, en este caso parece ser la libertad y/o el encuentro con un ser amado, es grande.
ResponderEliminarEn un tono más jocoso, habrá que recordar una de las Leyes de Murphy sobre la relatividad temporal:
«La duración de un minuto, depende del lado de la puerta del baño en que te encuentres».
Buen micro, Rafa.
Un abrazo.
Muy exacta, sin duda, esa ley de Murphy.
EliminarGracias, Vicente. Un abrazo.
Rafa, qué ansiado debe ser el momento de recuperar la libertad, el tiempo en prisión debe ser eterno...
ResponderEliminarBuen micro.
Enhorabuena.
Besos
Uns espera interminable, sin duda.
EliminarGracias, Pilar. Besos.
El tiempo no transcurre a la misma velocidad en unos momentos que en otros, aunque siempre vendrá algún listillo recordando esa tontería de que objetivamente sucede de la misma forma y es medible en horas, minutos, segundos y más cosas. Un breve trayecto en una montaña rusa pueden ser eterno. Unas horas de reunión de vecinos, peor que la larga condena de tu personaje. Así que le entendemos perfectamente y nos identificamos con él, algo a lo que también debe de contribuir el prestigioso narrador (puedes llamarme exagerado, pero ese adjetivo, aunque esté mal que yo lo diga, está muy bien puesto).
ResponderEliminarUn abrazo fuerte de verano, Rafa
Amigo Ángel, todo lo que escribes está bien puesto aunque con frecuencia, tu natural bonhomía te altera la justa percepción de méritos. Pero se agradece.
EliminarAbrazos. Que disfrutes.
Hace años que tengo la sensación de que me engañaron en clase de física cuando me contaron que el tiempo se relaciona con la velocidad y el espacio; tus historias son un claro ejemplo porque nunca me dijeron que iba a "acelerarme" tanto cuando te leo.
ResponderEliminarGenial como siempre, Rafa.
Un saludo
Si te aceleras te pasará como al que ganó la carrera de relojes porque adelantaba, que también aquí ganarás.
EliminarBesos, Margarita.
Supongo que después de tanto y tanto esperar uno no se acaba de creer que solo falten quince minutos para recuperar la libertad. Se tiene que sentir terror a que algo ocurra en el último momento y la puerta siga cerrada. Así que entiendo perfectamente al protagonista de tu relato, para el que el tiempo parece no transcurrir. Muy bien plasmada esa "larga y penosa espera", Rafa. Un abrazo.
ResponderEliminarSegún en qué circunstancias, el transcurrir del tiempo puede ser una tortura proporcional al ansia por su conclusión.
EliminarGracias, Juana. Un abrazo.
Un tipo torturado, sin duda, el que nos has dejado este final de mes tan propicio, por otro lado, a contar días que faltan.
ResponderEliminarAbrazo, Rafa.
Sea para terminar, sea para comenzar las vacaciones. Actitud bien distinta para medir el mismo tiempo.
EliminarBones vacances, Carles.
Cuando faltan dos días para que te hagan una colonoscopia pasan como el rayo.
ResponderEliminarUn abrazote
jajaja, esos plazos siempre son demasiado cortos.
EliminarAbrazo, Javier.
La cabeza juega muy malas pasadas, pero es que hay situaciones en las que cuesta mucho evadirse...
ResponderEliminarUn abrazo, Rafa.
El ritmo del paso del tiempo, por lento o por rápido, es algo que permanentemente taladra nuestra mente.
EliminarGracias, Enrique.
Abrazo.
¿No será que después de tantos años de cautiverio , le falta valor para enfrentarse a la Libertad, porque es preso de sí mismo?.
ResponderEliminarPara reflexionar, Rafa.
Sin duda, el desasosiego que embarga al que espera puede tener muchas componentes y el miedo a enfrentarse a la libertad es una de ellas.
EliminarGracias, María Jesús.
Besos.
De cómo el momento y las circunstancias pueden hacernos experimentar de un modo tan distinto algo tan relativo como el tiempo. Es un poco como las perspectivas del micro de María Belén. Como siempre, una excelente narración. Un beso, Rafa.
ResponderEliminarGracias, Inma. La sujetividad siempre en las percepciones.
EliminarUn beso.
El tiempo es relativo y una eternidad puede durar unos simples segundos (quién no ha tenido largos sueños que solo duraron segundos?). Tu bello texto es un claro ejemplo de ellos. Felicitaciones Rafa.
ResponderEliminarGracias, Jean.
EliminarAbrazos.