Proceso de desprincesamiento
1. La princesa rosa es una belleza. Está tan ocupada en sí misma que ha olvidado su belleza interior.
2. La princesa rosa no se siente bien consigo misma, quiere ser libre y cambiar el mundo.
3. La princesa rosa, con mirada de guerrillero, ahora quiere ser un príncipe azul.
2. La princesa rosa no se siente bien consigo misma, quiere ser libre y cambiar el mundo.
3. La princesa rosa, con mirada de guerrillero, ahora quiere ser un príncipe azul.
Creo que la princesa rosa está totalmente equivocada, para cambiar el mundo no hace falta ser príncipe azul, que estos también están tontos y de capa caída.
ResponderEliminarLa princesa rosa debe simplemente ser persona y ver la vida con los ojos del sentido común.
Buen relato Olga, muy reflexivo, por lo menos para mí.
Besos.
La descripción en tres actos de un "proceso de desprincesamiento" (curioso término), que viene a ser una metamorfosis por la que en un personaje tópico se produce un cambio radical, tanto en su actitud ensimismada, que pasa a ser sustituida por otra tan activa que quiere cambiar el mundo, como también en su propia condición de princesa a príncipe, del rosa al azul. Un relato bien estructurado, un verdadero manual de instrucciones para un cambio total.
ResponderEliminarUn saludo, Olga
Se dice que las actitudes machistas no provienen solamente de los hombres, sino también de las otras mujeres, incluso de la misma afectada. Un cambio de mirada siempre ayuda.
ResponderEliminarComo ejemplo, personajes tan célebres como Marilyn Monroe o Brigitte Bardot lucharon siempre, y con provecho creo yo, contra el estereotipo de la 'rubia tonta'.
Buen cincuenta, Olga.
Un abrazo.
Pobre princesa, si logra su objetivo y se convierte en príncipe, que vaya eligiendo su próxima reencarnación, porque el azul tampoco va a satisfacerla por mucho tiempo, me temo. Un besito, Olga.
ResponderEliminarTu princesa rosa quiere cambiar a la otra opción que se le ofrece: ser príncipe azul, pero mucho me temo que ninguna de las dos opciones parece la adecuada... Felicidades, Olga.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
María José
Tu princesa es un tanto veleta, quiere muchas cosas diferentes por lo que ´posiblemente no consiga ninguna.
ResponderEliminarEsta es una forma de interpretarlo. Si no te gusta, tengo otras.
Me gusta tu micro que nos pone a trabajar nuestra imaginación.
Besos, Olga.
La princesa rosa no quiere ser una chica, sino un chico, es lo que entiendo yo. Lo que no sé es a qué se debe el cambio de actitud, porque en el punto uno parecía muy ocupada con su aspecto exterior, descuidando su interior. Algo o alguien la ha hecho cambiar... Me inclino por "alguien".
ResponderEliminarMuy interesante Olga.
Un beso fuerte.
Malu.
Me gusta mucho el título, Olga. Con ese 'palabro', das una sonora patada a los roles preconcebidos dejando claro que no importa el color externo sino el arcoiris interior del que estamos hechos.
ResponderEliminarSeguro que por ahí hay más de un príncipe azul suspirando por poder ser rosa.
Un relato muy ingenioso. Enhorabuena.
Un abrazo.
Olga, tu princesa ha ido sufriendo una transformación, ha pasado de ocuparse solo por su belleza a querer cambiar el mundo. Pero ha decidido ser un principe azul para ello. Tal vez piensa que siendo princesa no se la tomará en serio como si es un principe.
ResponderEliminarCreo que ha descubierto los techos de cristal que se les pone a las mujeres no dejándolas avanzar hasta llegar a lo más alto y que a los hombres les es más facil.
Buen relato, para reflexionar.
Besos
Entre ser una princesa o ser un príncipe azul, media un mercado que crea seres insatisfechos de sí mismos a la búsqueda continua de una identidad difuminada que tanto interesa a los vendedores de sueños fabricados. me gusta la forma original en que has abordado el tema, que obviamente, invita a otras lecturas distintas a la mía, enriqueciendo las perspectivas sobre el tema. Buena manera de hincar el diente al desempeño de los roles de sexo en nuestro tiempo. Saludos.
ResponderEliminar"Las niñas ya no quieren ser princesas…" Algunas bellezas rosas un día se plantean si nacieron para ser rosas y bellas y se dan cuenta de que prefieren cambiar de rol y pasarse al azul del guerrero. Me gusta mucho cómo has planteado el micro, Olga. Muchas felicidades y un besazo.
ResponderEliminarMenos mal que no le ha dado por ser una bruja mala...
ResponderEliminarHecha la broma, Olga, has encontrado una buena manera de tratar el inconformismo y la rebelión contra el destino, unos de los temas fundamentales de la literatura.
Saludos cordiales.
Espero que la princesa encuentra su belleza interior olvidada, "la liberará" y podrá ser lo que ella quiera. Muy bueno, Olga. Besos
ResponderEliminarQuiero pedir disculpas a todos, pero me está siendo prácticamente imposible en estos días poder conectarme a Internet. Siento mucho todos los relatos que me he perdido leer y comentar.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros comentarios a mi relato, espero para el mes que viene poder estar más activa.
Muchos besos a todos y que tengáis feliz verano.