A la caza de sueños
Un profesor de edad mediana decidió escribir relatos cortos sobre momentos casuales de la vida. "¿Y por qué no una novela?", le preguntaron. "No soy corredor de largo aliento. Prefiero las distancias cortas", respondió. Ahora anda siempre con una libretita "por si las moscas". En sus sienes ya aparecieron canas.
Escrito por Ruperto
Más de uno o una andamos como tu profesor con una libretita a la caza de sueños ya que nunca sabes donde te puede surgir la oportunidad. Y yo al igual que tu protagonista no soy corredor de largas distancias, pero creo que habrá que ir probando carreras de más largo recorrido, dicen que con el tiempo se va ganando resistencia.
ResponderEliminarBuen relato amig@, me ha gustado.
Abrazos.
Siempre hay moscas llenas de historias para llenar esas canas de las mismas y mezclarlas con el ingenio del viejo profesor para escribirlas con las palabras justas.
ResponderEliminarTiene mucho mérito hacer un microrrelato. ¡Bravo por él y por el anónimo escritor de este relato!
Un saludo.
Pablo.
Pues yo, como supongo que le pasará a muchos de nosotros, me veo reflejado en este texto. Tengo canas, soy de mediana edad y, hace algunos años, he ensañado a tocar el laúd, la bandurria y la guitarra a unos cuantos. Lástima de que no tenga el hábito de llevar una libreta conmigo, circunstancia que me ha hecho perder ideas a porrillo. Saludos y suerte.
ResponderEliminarAy, ya nos veo dentro de unos años, haciendo quedadas en Benidorm...
ResponderEliminarBonito y entrañable, como los cincuentistas.
Una buena costumbre.Siempre vienen ideas al vuelo que luego si no se anotan las dejamos escapar. Es un micro muy certero, en lo que viene dentro de unos años cuando nos veamos con canas y escribe que te escribe. Abrazos.
ResponderEliminarEn un excelente símil con el boxeo, Julio Cortázar afirmaba que el cuento debe ganarse por knockout y la novela por decisión. Sin duda, escribir una novela es una proeza que, al menos a mí de momento, me queda lejos. Llenar todas esas líneas paralelas a la principal, los pequeños huecos de un universo narrativo, requiere de tiempo y un gran oficio. Sin embargo, el cuento no debe ser demeritado y me parece extraordinario que este simpático profesor defienda a ultranza las «carreras cortas».
ResponderEliminarEstupenda historia.
Un abrazo.
Ese soy yo, bueno no el autor, pero si el protagonista.
ResponderEliminarSaludos y muy bien retratado.
En las distancias cortas hay que tener mucho cuidado porque se ven mucho más las arrugas. Pero siempre hay valientes que las lucen con desparpajo. Cuantos quisieran.
ResponderEliminarUn saludo
Así vamos algunos cincuentistas, atrapando moscas en nuestras libretas por si de ellas surge algún microcuento.
ResponderEliminarMe veo reflejada. Gracias. Un abrazo.
Mucho que apuntar sobre lo que dice este microrrelato. De entrada, en la literatura pasa como en el atletismo: hay muchas disciplinas y nadie puede servir para todas, y quizá no ya porque no pudiera ser bueno en todas o casi todas un gran escritor, sino porque no hay tiempo para ello.
ResponderEliminarAsí que, si a uno le gusta escribir, pues que elija lo que le apetezca o aquello para lo que crea que está más dotado: novela, teatro, poesía, cuento, filosofía, diario, biografías, historia, crónicas, crítica...
Excepto para quienes se ganan la vida con ello, escribir es una afición, una forma de entender la vida, y ya se sabe que la vida la entiende cada uno a su manera; por tanto, la manera en que responda con la escritura a esa necesidad vital es elección de cada cual.
Se pueden cazar moscas o elefantes, y no por cazar elefantes se es mejor cazador que por cazar moscas. Hay tochos insufribles y hay aforismos, pequeños poemas o cuentos que nos dejan unas sensaciones excelentes.
Enhorabuena y un abrazo.
Vayamos haciendo las reservas en Benidorm, como dice Patricia... Ja, ja, ja...
ResponderEliminarYo no llevo libreta, pero saco las notas del móvil donde haga falta, hasta en los semáforos, oiga.
Un beso.
Malu.
Pues no sé si será un micro autobiográfico... Jeje
ResponderEliminarYo, como Malu, apunto en el móvil, pero en la mesita de noche tengo papel y boli (luego no hay quien entienda nada escrito a oscuras y medio dormida ;-)
Un abrazo, profesor!
Carme.
Ah, y también me apunto para Benidorm en unos años!!
Uno no sabe nunca donde podrá encontrar un sueño y siempre es mejor estar preparado con algo para escribir y no olvidarlo.
ResponderEliminarBuen relato y muy emotivo.
Besos