Amistades invisibles
En la desierta sala de velaciones reina un silencio sepulcral. La inconsolable viuda no sale de su asombro: tantos amigos que presumía y ninguno ha venido.
Mientras tanto, en su perfil de Facebook, la bandeja de entrada se ha desbordado con los mensajes de despedida de sus incontables amigos virtuales.
Escrito por Miguel Pineda
Mientras tanto, en su perfil de Facebook, la bandeja de entrada se ha desbordado con los mensajes de despedida de sus incontables amigos virtuales.
Triste, de algún modo, pero muy real el caso que nos muestras en tu relato. Estamos más pendientes de lo que, creo, debería ser accesorio que de lo principal: las relaciones humanas. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarInvisible autor, como bien cuentas hoy en día hay muchas amistades virtuales, pero las que cuentan son las de carne y hueso. A tu protagonista le han faltado de las que se pueden abrazar y tocar.
ResponderEliminarAmig@ buen relato, me ha gustado.
Abrazos.
Increíble pero cierto!!! Muy bien contado. Besos
ResponderEliminarUna realidad de gran actualidad. Muy bien contado.
ResponderEliminarTriste realidad. Tenemos incontables amigos en las redes sociales y peligran nuestras amistades de carne y hueso.
ResponderEliminarBuen micro. Un abrazo.
Hoy en día muchos han orientado la mayor parte de su tiempo y energía hacia el «terreno» virtual. Lógico es que al morir se les eche más en falta en ese mundo tan disperso.
ResponderEliminarMuy interesante, anónim@.
saludos.
Al volcarnos en cuidar a nuestros amigos virtuales se nos olvida que los que cuentan y que de verdad valen la pena son los de la vida real y a veces los descuidamos, corriendo el riesgo de perder el contacto con la realidad.
ResponderEliminarMuy buen ejemplo este micro y que nos invita a la reflexión.
Besos
Tanta virtualidad no puede ser buena... Y además alguno puede ser que viva bien cerca!
ResponderEliminarNada, me lo has dejado claro: este agosto miro de quedar con los que hace tiempo que no veo en persona, que esto no puede ser.
Saludos!
Carme.
Este buen micro me recuerda la noticia de un hombre, que falleció completamente solo, cuando tenía miles de amigos en Facebook. Me temo que casos de ese tipo hay y habrá muchos, en el futuro. Felicidades y suerte.
ResponderEliminarAplausos de pie, anónim@. Podré sonar anticuada, pero soy de las que creen que las redes sociales han trivializado y relativizado las relaciones humanas. Nada como el abrazo y la cercanía del amigo de carne y hueso.
ResponderEliminarEs muy triste. Es cierto que se hacen amigos virtuales, y lo son, y hasta acaban conociéndose en la realidad, pero son unos pocos.
ResponderEliminarNo sería de extrañar que muy pronto acudamos a bautizos, bodas y funerales virtuales. Vale, y comuniones también. Todo se andará, eso sí, con unas gafas de realidad aumentada desde el sofá.
ResponderEliminarUn saludo estival y, como no queda otra, virtual (perdón por el pareado).