Batir de alas
El estado de ánimo de su pareja no debía seguir condicionando su alegría. Mas un día, como otro, descubrió que podía ser feliz aunque ella estuviera triste o enojada.
Al fin libre, dueño de su vida, se sintió renacer; cantaba bonito todas las mañanas, le sabía a gloria el alpiste.
Escrito por Miguel Ibáñez
Al fin libre, dueño de su vida, se sintió renacer; cantaba bonito todas las mañanas, le sabía a gloria el alpiste.
Nos muestras que la libertad es el mayor de los dones que podemos recibir o ganar, si nos dejan, con nuestro esfuerzo. Muy chulo tu relato. Suerte y saludos.
ResponderEliminarSolo en soledad podemos ser
ResponderEliminarUn relato que es un canto a la libertad y que, al descubrir que hablas de aves, de un plus a un gran título.
ResponderEliminarQuizá eran unos inseparables y uno de ellos, cansado de vivir triste, decidió batir las alas y ser libre.
Como te ha dicho Jesús, te ha salido un relato muy chulo.
Enhorabuena.
Un saludo.
Pablo.
Como dices al ser dueño de su vida logra ser feliz y parece que él dependía demasiado del estado de ánimo de au pareja.
ResponderEliminarUn relato que aunque tú nos lo haces ver bajo el punto de vista de los pájaros, creo yo que habla claramemte de las personas.
Buen relato amig@.
Abrazos.
Muy bonito título. ¡Vuela, amigo, vuela!
ResponderEliminarEs difícil evadirse de la pena que causa el dolor ajeno. Suerte que tu sorpresivo protagonista lo logró, porque aparte de no poder nada por remediarlo, sino cantar, bastante tenía con estar enjaulado.
ResponderEliminarDe tu relato se desprende una bella melodía.
ResponderEliminarUn saludo
Me sumo a los anteriores comentarios, el título se lleva los aplausos per se. La libertad es un estado mental pero poder batir las alas es un plus incomparable.
ResponderEliminarMuy bonito.
Saludos.
Cuando una pareja está realmente unida la empatía es inevitable, lo que no quiere decir que la negatividad continuada de una de las partes haya de condicionarlo todo. Esperemos que esa alegría reencontrada sea contagiosa y también beneficie a la otra mitad. De no ser así, la relación no resulta sana, sino una carga de la que es mejor liberarse. No sé si sería extrapolable a las relaciones entre aves, en todo caso, se trata de un relato original.
ResponderEliminarUn saludo
Me alegro de que el protagonista de tu 50 haya encontrado la fórmula para disfrutar de la vida sin sentirse influenciado por él negativos no de su pareja. Intuyo que siguen juntos y como dice Ángel el otro se beneficie de ese cambio tan positivo.
ResponderEliminarBuen relato.
Me encanta, desde el título hasta el sabor a gloria del alpiste.
ResponderEliminarMuy bien llevado.
Un beso.
Malu.
Buen micro en el que hasta el final no sabemos que el protagonista es un ave. Qué bien sabe la libertad.
ResponderEliminarBesos