Desorden gramatical
Nominativo era un sujeto insubordinado que no concordaba con su entorno. Sus amigos circunstanciales lo instaron a apropiarse de objetos ajenos.
Acusativa, su mujer, suspendió sus juegos copulativos. Pero persistió y los agentes lo redujeron.
Al concederle la condicional, se volvió un rebelde sin causa. Su vida carecía de finalidad.
Escrito por Carmen Cano - Twitter
Acusativa, su mujer, suspendió sus juegos copulativos. Pero persistió y los agentes lo redujeron.
Al concederle la condicional, se volvió un rebelde sin causa. Su vida carecía de finalidad.
¡Olé!
ResponderEliminarUna lección de gramática e imaginación.
ResponderEliminarMuy bueno.
Pablo.
Buenísimo!!! Olé y olé. Besos
ResponderEliminarEste desorden gramatical con la historia de Nominativo y Acusativa me gusta, ese juego de las palabras y su uso gramtical está muy bien hecho.
ResponderEliminarBuen relato amig@,
Abrazos.
¡¡Jope!! ¡¡Que bueno!! Me encanta el juego de palabras que has creado con la gramática. Un beso.
ResponderEliminarPues a mí, no me parece tanto el desorden. Al contrario, creo que está muy bien ordenado en su sonoridad y sentido. Enhorabuena y suerte. Un saludo.
ResponderEliminarAsí deberían dar las lecciones los profesores. Seguro que ningún alumno lo olvidaría.
ResponderEliminarGenial.
Saludos, amig@.
Ese desorden gramatical me parece de lo más ingenioso, precisamente, para imponer el orden gramatical. Si nos hubiesen enseñado la gramática de una forma similar a la de este microcuento otro gallo nos cantaría en lo que al conocimiento de la lengua se refiere, pero, por lo que sé, esa enseñanza no sólo no mejoró con el paso del tiempo, sino que empeoró, con unas terminologías y unos embrollos que no había por dónde cogerlos, de muestra un botón: a las esdrújulas de toda la vida –palabra que me encanta- a algún o algunos lumbreras se le ocurrió o se les ocurrió llamarlas proparoxítonas.
ResponderEliminarPero como dijo Stendhal: “Sólo un alma grande se atreve a tener un estilo simple”. Y sólo las almas grandes gustan de lo lúdico, lo irónico y lo imaginativo, añado, que es el caso de este microcuento.
Gracias por este balón de oxígeno. Un abrazo.
¡Qué bueno, me encanta!
ResponderEliminarSaludos.
Esto merece un aplauso, por activa, por pasiva y por original.
ResponderEliminarUn saludo.
Imperativa la ovación de los lectores!
ResponderEliminarFantástica gramática :-))
Un beso.
Carme.
Simplemente genial. Nada más que añadir. Enhorabuena, anónim@, seas quien seas.
ResponderEliminarAnónimo menudo verbo más prodigioso- sentenció, felicitando a aquel desconocido/a entre líneas.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gramaticalmente implacable.
ResponderEliminarTienes una mente muy creativa, Anónimo.
ResponderEliminarBien, por tu aportación.
Besito virtual.
Una sola palabra...
ResponderEliminar¡Bravo!
Hay que tener mucha imaginación y maestría para construir una historia con este desorden gramatical.
ResponderEliminarMuy original!
Besos
Muy imaginativo tu micro. Sin duda. Y, encima, nos haces pensar acerca de arbitrariedad (o no)de la colocación de las palabras en el discurso gramatical.
ResponderEliminarTe felicito. Saludos.
Excelente lección de gramática. Muy original.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muy bueno, Carmen!, ya sea indicativo o subjuntivo, muy bueno.
ResponderEliminarAunque tarde, decirte que tu relato me parece todo un despliegue de ingenio e imaginación. Muy merecida su nominación. ¡Felicidades, Carmen! Un abrazo.
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