El hijo de la mujer gigante
No va a alcanzar la altura de su madre, aunque ya ha adelantado al hombre jirafa y su agilidad y complexión son comparables a las del gran gorila. Sus primeros ensayos bajo la carpa empiezan a despertar el asombro y la admiración de todos, para orgullo de Goliat, el enano.
Escrito por Enrique Mochón Romera - Twitter
Este tipo de relatos es de los que más me gustan.
ResponderEliminarEl título es indispensable. Esbozas una historia en pocas palabras descrita a la perfección y, para finalizar, finalizas con un final redondo dejando en ese orgullo de Goliat lo que realmente explica las características circenses del protagonista. Todo con la gran virtud de sugerir, para que el lector construya el árbol genealógico de tan singular familia.
De diez, amig@.
Enhorabuena.
Saludos.
Pablo.
He dicho alguna vez final o finalizar? Ya sabes, anonim@, cosas de escribir con el móvil desde la playa.
EliminarMuy amable, Pablo.
EliminarMuchas gracias y saludos.
Pues sí que tiene gracia el asunto si Goliat es el enano. Muy chulo el relato. Suerte y saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jesús. Me alegro de que te guste.
EliminarSaludos.
Pues si el enano de ese circo es Goliat, menudo circo de personajes de altura. Relato muy fotográfico que nos hace ver las dimensiones del personaje.
ResponderEliminarBuen relato amig@.
Abrazos.
Me alegra tu opinión, Javier.
EliminarMuchas gracias.
Saludos.
¡Cóme me gusta!!!! Es fantástico, nunca mejor dicho.
ResponderEliminarEnhorabuena, Anónim@.
¡Qué bien, Patricia! Muchas gracias.
EliminarSaludos.
El verdadero protagonista de este relato, y ahí creo que radica uno de sus méritos, no es quien se nos presenta y describe, sino quien queda apuntado al final, un hombre de escasa estatura física, pero que no ha debido de amilanarse nunca por ello, de hecho, tiene el nombre de un fuerte gigante, pues grande es sin duda el alma de quien lucha, junto con su mujer, para sacar adelante a ese hijo del que se siente lógicamente orgulloso, pese a que le supere ampliamente en altura, o precisamente también por ello.
ResponderEliminarUn saludo
Gran análisis, maestro.
EliminarMuchas gracias.
Saludos.
Un circo con personajes de gran altura sin duda.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Casi como la de tus letras.
EliminarMuchas gracias, Malu.
Saludos.
Por muy estrambótica que sea, la familia es la familia. Un padre siempre será un padre.
ResponderEliminarEstupendo, un cañonazo de imaginación, con hombre bala de por medio.
Saludos, anónim@.
Excelente observación, Viente.
EliminarMuchas gracias.
Saludos.
Este circo no necesita payasos para arrancarnos una sonrisa. Presiento que ya se ha quedado sin entradas.
ResponderEliminarYo aplaudo antes de tomar asiento.
Un saludo.
¡Venga, Margarita, que empieza la función!
EliminarMuchas gracias.
Saludos
Caramba con el enano (sus padres un rato cachondos escogiendo el nombre, no?), se buscó una pareja de altura. No es raro que de esa mezcla salga un hijo con grandes cualidades que encajará a la perfección en ese circo.
ResponderEliminarSaludos!
Carme.
Pues sí, y más con eso que se dice de que la mezcla nos hace mejores.
EliminarMuchas gracias, Carme.
Saludos.
Aunque los circos me parecen deprimentes, este circo tuyo me ha sacado una sonrisa. Un aplauso para el hijo de Goliat, que hoy debuta en nuestra carpa de 50.
ResponderEliminarUn saludo.
Una reverencia de parte de toda la familia, y muchas gracias de la mía, Asun.
EliminarSaludos.
Los personajes del micro rivalizan en altura, ¡como para meterse con ellos! Muy simpático.
ResponderEliminarEnhorabuena. Saludos.
No te preocupes, Mª José; apostaría a que saben encajar las bromas.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Saludos.
Este circo tan especial me ha encantado y sobre todo por ser un sitio donde parece que todos son seres especiales y sin complejos. Me ha encantado la imagen de Goliat el enano, mirando con amor de padre orgulloso los progresos de su pequeño gran hijo.
ResponderEliminarMuy bueno. Enhorabuena!
Besos
Muchas gracias, Pilar. Me alegra que encuentres ese rasgo humano en estos personajes tan singulares.
EliminarUn abrazo.