Mantis religiosa
A éste lo encontró en las páginas de sucesos. Siete años por violación. Esperó pacientemente a su primer permiso carcelario. Seducirlo fue fácil. Como los doce anteriores, una vez dentro de ella eran más vulnerables que nunca. Una cuchillada fue suficiente. De vuelta al convento rezó trece avemarías como penitencia.
Escrito por Stbn
Tu personaje casi me parece el brazo ejecutor de la justicia divina, ya que la de los hombres, da la impresión, que no le satisface enteramente. Muy bien armado y escrito. ¡Y con final sorpresivo!, ¿qué más se puede pedir? Enhorabuena y suerte. Un saludo.
ResponderEliminarUna monja vengadora y justiciera que engaña a los hombres y cuando los ha seducido los asesina. Ya dice el dicho que el hábito no hace al monje, en este caso monja.
ResponderEliminarBuen relato, muy bien narrado, me ha gustado.
Abrazos amig@,
Guauuuuuuu. Muy bueno y bien contado!!! Me gusta esta religiosa. Jeje
ResponderEliminarAhora que están tan de moda las películas de superhéroes este relato bien podría inspirar una. Me gustaría verla.
ResponderEliminarMuy ingenioso.
Saludos, anónim@.
Me hubiera gustado saber dónde le dió la cuchillada. El brazo armado de Dios no da sablazos torcidos.
ResponderEliminarLa monja asesina. Muy buena tapadera, si señor. La justicia divina que dicen.
ResponderEliminarUn saludo
Un brazo vengador en toda regla. Muy bien contado y muy bien elegido el título.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta monja se toma la justicia por su mano y luego vuelve a su mundo tras rezar para ser absuelta de su pecado. Con tan pequeña penitencia no le importa repetir.
ResponderEliminarQue se preparen los malos!
Enhorabuena.
Besos
Supongo que cuelga los hábitos mientras ejerce de mujer araña. ¡Qué bueno!
ResponderEliminarUn saludo estival
Amante y religiosa, una combinación mortal.
ResponderEliminar¡Suerte!
Me gustó esta vengadora religiosa. No sé por qué me da que lleva la penitencia de por vida.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Vaya con la religiosa! ya es buena mantis... ;-)
ResponderEliminarSaludos!
Carme.
Relato redondo contado con gran fuerza y maestría.
ResponderEliminarSaludos.
Impactante final. Ella no cree en la justicia humana y por si acaso se la toma por su mano. Besos
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