Sin palabras
Cuando llegan a casa, él redacta largos informes del ministerio en el portátil mientras habla por teléfono y ella atiende interminablemente a sus contactos en Facebook, Twitter e Instagram. Cuando están juntos, tras la cena frente al televisor, agotadas ya todas sus palabras, permanecen siempre en silencio, sin decirse nada.
Flor Belmonte
Sin palabras me has dejado, que bueno, plasmas la realidad de muchas parejas en la actualidad, ya no quedan pañabras para ellos, a lo mejor si lo hacen a través del móvil logran comunicarse entre ellos. Pero lo ideal seria hablar.
ResponderEliminarBuen relato amig@, me ha gustado.
Abrazos.
Uno de los temas recurrentes de Cincuenta Palabras es nuestra dependencia excesiva de la tecnología, lo cual indica cuán preocupante es esta situación. Muchos son esclavos y lo ignoran.
ResponderEliminarSaludos, anónim@.
Un silencio que dice más que mil palabras.
ResponderEliminarComo tú, que con solo cincuenta, resumes a la perfección todo un estudio sociológico.
Un saludo estival.
Gran realidad y virtual.
ResponderEliminarA veces pienso que hay parejas que sólo podrían comunicarse por whatsapp a pesar de estar uni al lado del otro.
Me ha gustado.
Un saludo.
Pablo
Gran realidad y virtual.
ResponderEliminarA veces pienso que hay parejas que sólo podrían comunicarse por whatsapp a pesar de estar uni al lado del otro.
Me ha gustado.
Un saludo.
Pablo
La vida misma en la actualidad, perfectamente reflejada. ¿Qué más decir? Enhorabuena y suerte. Un saludo.
ResponderEliminarLa tecnología en lugar de la comunicación verbal. Lo has expuesto con mucho realismo, tal cual.
ResponderEliminarSuerte
Nos expones la incomunicación entre una pareja. Se da con demasiada frecuencia, que se habla con personas que están lejos olvidando hablar con los que tienen al lado.
ResponderEliminarMe ha encantado la frase de ... agotadas ya todas sus palabras...
Enhorabuena,
Besos
Tema de rabiosa actualidad, que diría un periodista cursi, cuya expresión más extrema es el fenómeno de los hikikomori en Japón, en un principio, y ahora ya extendiéndose por el resto del mundo. O sea, esos jóvenes que, entre otras posibles patologías, tienen fobia social, no quieren salir de su cuarto y se pasan el día pegados a sus dispositivos electrónicos.
ResponderEliminarLas tertulias y charlas familiares de antaño fueron interrumpidas, primero por la radio, aunque a ese aparato se le podía considerar uno más de la familia, pero luego vino la televisión, que se coló en todas los hogares como un invitado de piedra y empezó a multiplicarse, de tal forma, que casi cada miembro de la familia tenía su propia aparato para ver los programas que más le interesasen.
Después fue viniendo lo que todos sabemos, lo que, de una forma o de otra ha cambiado nuestras vidas, en parte, porque nos enganchamos a cualquier cosa y en vez de usarla abusamos de ella, mal endémico de los seres humanos.
¿Hasta dónde llegaremos? ¿Iremos todos con un dispositivo electrónico en nuestra cabeza que cree una realidad virtual y nos desconecte del mundo real? Dejo el tema para los escritores de ciencia ficción.
Enhorabuena por el relato y un saludo.
!Qué pena!
ResponderEliminarEl silencio confirma que el amor se ha acabado en la pareja protagonistas. Pienso que, a pesar de tanta técnologia, siempre hay un momento para el amor.