Zoótropo
...seguiré cabalgando por este camino eterno en pos de la yegua que me acompañaba en cada giro y que escapó, llevándose las riendas de mi corazón. Sé que nunca la encontraré en este tiovivo sin final, pero el amor no sabe de imposibles. Nunca pararé. Aunque me flaqueen las fuerzas...
Escrito por Pablo Núñez - Twitter
Pero si te flaquean las fuerzas puedes volver a coger impulso y seguir girando, aunque como tú narras es un giro sin fin, pero el amor puede lograr lo imposible.
ResponderEliminarBuen relato amig@, me ha gustado.
Abrazos.
Gracias, Javier.
EliminarEl destino del caballo es seguir cabalgando en el zoótropo, donde no hay principio no final. Como el relato, el final vuelve a enlazar con el principio y hasta que no lo paren, o no dejéis de leer, el zoótropo seguirá funcionando, o mejor dicho, girando.
Os dejo un vídeo que me gustó y me inspiró el relato.
Zoótropo: vida que gira
https://youtu.be/4l4lCgEa69A
Quise decir: donde no hay principio ni* final.
EliminarMe gusta mucho me gusta mucho me gusta...
ResponderEliminarY a mi me gusta mucho que te guste mucho.
EliminarUn saludo, Enrique.
Un relato circular de lo más original.
ResponderEliminarUn saludo
Mira quien fue a hablar de originalidad.
EliminarGracias, mi admirada Margarita.
Un beso.
Muy conseguido el efecto de vaivén y, también, de la imposibilidad de que tu protagonista pueda alterar su destino. Me ha gustado mucho. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEs un honor que te haya gustado mucho. Y también que te parezca conseguido ese efecto de vaivén.
EliminarGracias, Jesús.
Todos nos subimos al tiovivo (a los «caballitos», decimos en México) alguna vez y no deseábamos que la experiencia terminara. Este pobre equino tiene además otras razones para seguir girando.
ResponderEliminarBuen micro.
Saludos.
Gracias, Vicente. Un placer que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
...tan original, que nos cuenta la experiencia de un dibujo atrapado en un zoótropo (que sabía lo que era, pero no que se llamase así). Realmente no es un micro de 50 palabras, sino de 100, 150, 200, 250..., o las que quiera el lector. Has conseguido escribir el micro más largo de la historia de 50 palabras ;-). En resumidas cuentas, me ha gustado mucho, con ese título tan acertado. El único pero, es que no se me haya ocurrido a mí este micro...
ResponderEliminarMuchas gracias, Pablo. Veo que me has hecho un comentario circular. A mí me costó mucho cuadrar el círculo de este relato. A ti seguro que te salió del tirón.
EliminarMuy amable tus palabras. Recuerdos al superhéroe.
Un saludo.
Me ha gustado mucho el micro. La idea del continuo giro, como metáfora de la vida misma. Por otra parte, existen amores inalcanzables, a pesar del empeño en conseguirlos y quizás se deba bajar uno del tiovivo antes de estar completamente mareado y desnortado. Saludos y felicidades.
ResponderEliminarHay comentarios que realzan un micro y el tuyo es de eso. Me encanta cómo has analizado todo.
EliminarMuchas gracias, M. José.
Un beso.
Poesía, me ha parecido poesía, muy bueno.
ResponderEliminarMaite, tu comentario me ha llegado. Que lo consideres poesía es de los mayores halagos que me pueden decir.
EliminarUn beso.
Muy bueno. Inspira mucha el pobre caballo que seguirá eternamente buscando su objetivo, sin comprender que nunca podrá alcanzarlo.
ResponderEliminarUn saludo, anónim@.
Inspira mucha ternura, quería decir.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, ml admirada sevillana.
EliminarUn beso.
Tengo que reconocer que el título no me había llamado la atención, pero al leerlo... me quedo maravillada, pura poesía. Me encanta lo del tiovivo sin final.
ResponderEliminarEnhorabuena, es un relato circular perfecto, más redondo, imposible, un beso.
Malu.
No sabes lo importante que es para mí tú comentario.
ResponderEliminarDe hecho, hoy vuelvo de vacaciones pero al ver tus palabras me iré con una sonrisa y es que es un gusto que me dejes esa generosa opinión.
Muchas gracias por hacerme más llevadero día, ml querida Malu.
Un beso bien grande.
Genial en su forma y bello, muy bello y poético en su fondo. Acaso algunos caballos de las calesitas (que así las llamamos en Argentina) en las que jugábamos de niños hayan sufrido esta pena de amor... Saludos y felicitaciones, anónim@.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Silvina. Me alegra mucho tu comentario. El caballo gira y gira sabiendo que nunca llegará a su meta.
EliminarMe encanta la lectura que has hecho.
Un beso.
Qué decirte, anónimo poeta, que no te hayan dicho ya. Me encanta la triste historia del caballito infatigable.
ResponderEliminarMucha suerte y un abrazo.
Muchas gracias, querida M. Jesús. Ya me gustaría a mí ser poeta o poetisa.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado la historia de este caballo que gira, gira, gira...
Un beso.
Original relato circular que no tiene principio ni final. Solo el amor puede lograr que alguién corra sin importarle que la carrera nunca termine.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
Gracias, Pilar. El amor hace que persigamos lo imposible a veces, y otras nos hace los más felices del mundo. Es mágico, traicionero y curativo. Depende de tantas cosas...
EliminarMe alegran tus palabras.
Un beso.