Desolación
Recorrer caminos salvajes, al borde del vértigo de los abismos, bajo lluvias torrenciales, al límite de las fuerzas, presentir el desastre acelerar el pulso hasta latir en la sien con furor.
Ni entonces fue capaz de sentir apego.
No funcionó, la apatía continuaba allí, no se despeñó por ningún barranco.
No funcionó, la apatía continuaba allí, no se despeñó por ningún barranco.
Sophia a tu protagonista le gustan la emociones fuertes, las grandes aventuras, pero aun así no puede vencer esa apatía, tendrá que ir a esas aventuras que preparan de riesgo extremo, a lo mejor así encuentra solución.
ResponderEliminarBuen relato y bien contado Sophia.
Un abrazo.
No tengo claro si jugando con el peligro lo que quiere el protagonista es poder saborear más y mejor la vida o lo contrario, al no atreverse a quitársela voluntariamente. Me ha gustado mucho. Suerte y saludos.
ResponderEliminarBienvenida, Sophia. Tu protagonista se expone a perder la vida en situaciones límite. Quizá la apatía le impide cumplir con su objetivo.
ResponderEliminarInteresante micro. Un abrazo.
El antídoto contra la apatía que es pura inacción interior, está contenida en la actitud positiva ante la vida, en la reacción natural ante los estímulos que nos proporciona el vivir y no en la mecánica artificial creada entorno a que vivir más es hacer y actuar como si fuésemos poco más que actores de un circo. La banalidad nos cerca y nos convierte en seres apáticos que en vez de alimentar el fuego interior, nos encerramos en las cuerdas trenzadas del convencionalismo social y sus modas. Y así acabamos, recorriendo el mundo entero detrás de una sombra. La sombra de nosotros mismos. Buen tema has tocado para hacernos filosofar, Sophia. Sabia que eres. Saludos.
ResponderEliminarSophía, bienvenida a la familia! Me parece que tu protagonista vive su vida siempre al borde del abismo buscando encontrar zu muerte, harto de no sentir nada.
ResponderEliminarBesos.
La apatía paraliza las ansias de experimentar emociones fuertes y de riesgo, a tu protagonista. Interesante planteamiento. ¡Bienvenida, por cierto!
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Gracias por vuestra acogida. Un saludo
ResponderEliminarPor mucho que uno corra, es difícil huir de si mismo.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Sophia, y bienvenida.
A veces uno se convierte en su propio enemigo y tú lo has contado de manera impecable.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu estreno. Me parece un relato muy poético, Sophia.
¡Bienvenida!
ES cierto que el mayor enemigo es uno mismo, esa apatía que tiene tu protagonista es quien manda en su vida, difícil lo tiene.
ResponderEliminarBienvenida Sophía.
Besos.
Malu.