Esquina, bajan
Era despiadado con sus víctimas. Sanguinario. Cruel.
Hoy viajó como cualquier usuario de transporte público.
Se acomodó cercano al timbre.
En su mente competía con los que solicitaban que el autobús parase.
A todos vencía, apretaba la chicharra antes.
Hasta que aquella vieja ganó ser otra estrangulada desollada en ciernes.
Hasta que aquella vieja ganó ser otra estrangulada desollada en ciernes.
Parece ser que tu protagonista juega el juego macabro de ver quien toca antes el botón de solicitud de parada y quien le gana mal acaba.
ResponderEliminarUn relato tenebroso Josué, he ido a Wikipedia y descubro que tu título hace referencia a una película mejicana dobre líneas de autobuses, muy buen traído.
Un abrazo.
Pues si que parece terrorífico el jueguecito que se trae entre manos nuestro villano. Dan ganas de ir caminando a todos los sitios y no coger el autobús durante una buena temporada. O esto o bajarnos en cualquier parada cuando algún incauto pulse el aviso de parada. Suerte y saludos.
ResponderEliminarDesafortunadamente, este tipo de casos están cada vez más presentes en los diarios. No es por demás estar siempre alertas.
ResponderEliminarBuen micro, Cristopher.
Saludos.
P.D. Respecto a lo que menciona Javier, la película «¡Esquina bajan!» es bastante conocida entre los cinéfilos mexicanos, yo soy uno. No obstante, creo que el título se refiere a la manera clásica de indicarle al conductor del autobús que hemos llegado a nuestro destino.
Por si acaso, mañana no voy a ser el primero al que le dé por tocar el botón de parada, la chicharra, como nombra tu micro. Espeluznante pensar que andan seres de dos patas poniendo mientes a semejantes escaramuzas. Piel de gallina. buena suerte.
ResponderEliminarCristopher, para elegir sus víctimas el protagonista deja que el azar decida, en función de quién se adelanta a tocar el timbre de parada del autobús antes que él.
ResponderEliminarNunva volveré a tocar el timbre la primera...
Muy buen relato.
Besos
Qué peligro tienen los autobuses. Tras leer tu micro, miraré aterrorizada al resto de viajeros y solo bajaré si alguien ha pulsado antes.
ResponderEliminarMuy bueno, Cristopher. Un abrazo.
Este viajero especial del bus es el prototipo de ser sanguinario, por antonomasia, puesto que no se deja llevar por un odio soterrado, como tantos criminales, sino por el mero azar. ¡Terrible!
ResponderEliminarBien contado, Cristopher. Un abrazo.
Caray, solo con pararse a pensar que realmente hay mentes tan perturbadas como la de tu protagonista, hace que tu micro ponga los pelos de punta. Muy bueno, Cristopher. Un abrazo.
ResponderEliminarAy, las prisas...
ResponderEliminarMenudo psicópata nos has dejado, Cristopher.
Saludos cordiales
Siempre es mejor dejar pasar delante a los demás al salir del bus, por si las moscas.
ResponderEliminar¡Vaya tipo, Cristopher!
Un saludo.
Pablo
Pues yo soy de las rapidillas que toca la siguiente parada...
ResponderEliminarAy, qué miedito...
Un beso.
Malu.