La mascota
Acertó al regalar a su esposa aquel animalillo sonrosado de dos patas, pero parecía muy desdichado. El marido introdujo una pantalla en su habitáculo. En ella, otros individuos semejantes perseguían una esfera. La criatura, feliz desde entonces, emitía un curioso sonido: "¡Gol!". El matrimonio extraterrestre fue la envidia del vecindario.
Ángel muy original relato en donde los humanos somos las mascotas de los extraterrestres. Y esa idea de ponerle una tele para que vea el fútbol muy buena, menos mal que era aficionado que sino seguiría triste.
ResponderEliminarAngel muy buen relato, con ese extraño sonido del gol y en el cual al aparecer la palabra extraterrestre das un giro total al mismo.
Un abrazo enorme.
Angel!!!!!! Que antes lo olvidé, felicidades por eso 30 relatos de 50palabras, nunca 1500 palabras nos dieron tanto y tan bello, aquí no se cumple el dicho "vale más una imagen que mil palabras" porque tus nos has dado infinitas imágenes.
EliminarUn abrazo.
Seguramente, si en lugar de fútbol le hubieran puesto algún programa cultural, esta criatura no hubiera manifestado tanta actividad emocional ni esos sonidos guturales, que es lo que parece hacer gracias a los alienígenas. Por ti acabo de enterarme de que yo son 30 los relatos que he tenido la suerte de publicar en 50 Palabras. No sabría calificar las mías, sí sé que disfruto creándolas y leyendo las de los demás, incluidas, por supuesto, las tuyas.
EliminarOtro abrazo enorme para ti, Javier
Angel, nos has convertido de repente en mascotas de unos extraterrestres. La palabra "gol" nos desvela de repente quién era la mascota. Además con ver el partido ya se entretiene...
ResponderEliminarOriginal micro.
Besos
Felicidades y gracias por esos maravillos 30 relatoz de 50palabras! Un aplauso!
EliminarNos creemos seres muy complejos y evolucionados, y al final nos entretenemos y emocionamos con cosas aparentemente simples. Visto desde fuer, tiene que resultar una conducta curiosa, digna de estudio y observación. Muchas gracias, Pilar, por tu amable comentario y por esas 50 palabras que mes a mes nos regalas.
EliminarBesos también para ti.
Ingenio y originalidad. Pobre ser humano que se contenta con el baboso ejercicio de corretear la esfera. Que nada malo tiene de juego, pues yo mismo lo considero entretenido e intenso, según que momentos, pero la mitad de la humanidad vive sumida en dirimir la justicia universal de un fuera de juego o un penalti en el último minuto. Así nos va en términos.
ResponderEliminarTu relato da un giro sorprendente, además, al situarnos en un plano diferente y hacernos sentir como meros animalitos simplificados, vistos desde el prisma de otra civilización, se supone que esta más evolucionada y que ha superado ya su dependencia egotista del juego infantil de la pelota.
Como siempre, tu mirada destaca por su singularidad y por la atractiva disección que hace de nuestras formas de vivir y relacionarnos. Un abrazo, ángel.
Tu comentario sí que es una buena disección de lo que puede desprenderse de estas humildes cincuenta palabras. Como bien dices, nada malo tiene el fútbol, el problema es cuando se le presta más atención de la debida, si tenemos en cuenta tantas iniciativas y necesidades olvidadas que la requerirían. Que el ser humano necesita evolucionar de una forma más integral y completa es un hecho evidente que nadie puede cuestionar. La atención desmedida a un simple juego puede ser un signo de esta realidad.
EliminarMuchas gracias, Manuel. Un abrazo
¡Felicidades, treintañero! Muy buena tu distopía, que, si no nos viene un cataclismo universal, acabará cumpliéndose. Lo más triste es que el animalillo no debe echar nada de menos.
ResponderEliminarAbrazo de crujido.
Como bien sabes, hubo una filosofía o estrategia que se aplicó para tener a las masas tranquilas y satisfechas, resumida en el lema: "Pan y toros". Intercambiar la opción taurina, últimamente tan cuestionada, por la práctica del balompié, hace el eslógan perfectamente aplicable a nuestros días. Aparte de este análisis de dudosa profundidad por mi parte, quiero que sepas que lo de "treinteañero" me ha gustado, será que me hace más joven.
EliminarMuchas gracias y te mando otro abrazo de los que descolocan vértebras.
Felicidades por esas 30 delicias que nos has estado regalando. Este último es una maravilla, desde luego es un futuro que merece esa humanidad tan descarnada que nos retratas. Un abrazo y corona de laureles, maestro.
ResponderEliminarLlama "maestro" alguien que tiene mucho que enseñar a alguien que tiene todo por aprender, que la tiene a ella como uno de los buenos ejemplos de los que nutrirse. Tuya es esa corona, yo te la coloco, si quieres. El abrazo sí que te lo acepto y encantado, como también te mando uno mío.
EliminarGracias, Belén
Lo más curioso de este relato es que, a pesar de camuflarse de ciencia ficción, dice más de nuestra naturaleza que muchos otros textos de corte realista. Con todo lo bueno que tienen, el futbol y otros deportes generan fanatismos socialmente aceptados y fomentados. Aunque lo ignoremos, puede que ya seamos mascotas, mascotas felices después de todo.
ResponderEliminarEstupendo, Ángel. Lo festejo como un gol.
Un abrazo transatlántico.
Es triste que algo en teoría positivo, por cuanto tiene de deporte, entretenimiento y hasta espectáculo, termine por ser caldo de cultivo de lo peor de nosotros mismos, además ser utilizado como pantalla aturdidora de otras realidades a las que tendríamos que prestar mayor atención.
EliminarMuchas gracias, Vicente.
De continente a continente, ahí te mando otro abrazo
La simpleza de los humanos... Una pantalla, un gol y se convierten en las mascotas del universo.
ResponderEliminarFantástico 50, en el que tras los treinta escritos (muchas felicidades) sigues cambiado los registros y sorprendiéndonos cada mes.
Gran hacedor de historias. Un abrazo tan grande como campo de football Ángel.
Seguro que la pasión que se suscita y todo lo que se mueve alrededor de dar patadas a una bola hinchada sería difícil de comprender por otras civilizaciones, tanto que hasta descartarían considerarnos inteligentes. Dicho sea con el respeto debido hacia el deporte en general, y el que nos ocupa en particular.
EliminarTus letras, Belén, son las que siempre sorprenden y gratamente.
Yo te mando un abrazo como el Maracaná, que es el más grande.
Irónica la crítica del comportamiento humano a través de esta mascota feliz con su fútbol televisado. Si esto es lo único que sabe hacer por sí misma cuando caigamos en manos de seres más inteligentes, es que no tenemos solución como especie. Me ha gustado mucho el punto de vista que has elegido.
ResponderEliminarCrítico y divertido micro. Enhorabuena por las 30 publicaciones con que nos deleitas y nos enseñas en esta página. Un par de besos, Ángel.
Tengamos esperanza y pensemos que escogieron a un individuo poco apropiado, que otros de su misma especie son capaces de grandes cosas, hasta de escribir un relato de cincuenta palabras como el que tú hiciste el mes anterior.
EliminarMuchas gracias, Carmen. Un beso doble para ti también
Esperemos que nuestros cansados ojos, entre otras cosas, por tanta televisión que les hacemos tragar a espuertas, no alcancen siquiera a atisbar de muy lejos semejante ¿mundo? intimidante que tan bien recreas con tu historia. Enhorabuena y suerte. Saludos.
ResponderEliminarSomos curiosos y a través del sentido de la vista absorbemos una gran cantidad de información, ésta puede enriquecernos y completarnos, incluso a través del televisor, que es, desde luego, un gran instrumento, como también el fútbol puede ser un gran deporte. El problema es cuando todo degenera, por el mal uso y el abuso.
EliminarGracias, Jesús. Saludos
Oiga joven, así que ¿treinta? Por su experiencia y saber hacer yo diría que son algunos más, pero me fiaré de usted.
ResponderEliminar¿Qué te puedo decir del micro? Es original, inteligente, futurista (qué miedito...).
Enhorabuena, querido Ángel, gracias por estos treinta regalos en Cincuenta palabras.
Un beso enorme.
Malu.
Me pasa como cuando cumplo años, Malu, que me cuesta asumir las cantidades. Si es que uno es de letras, no sirve darle vueltas.
EliminarHablando de letras, el regalo son las tuyas y tus comentarios.
Otro beso grande para ti
Ángel, la tuya es una típica historia en la que se cambian las tornas, y me ha recordado la película El planeta de los simios, en la que ocurre exactamente eso: los seres civilizados son los simios y los cuasianimales los seres humanos. Claro está que allí aparece Charlton Heston para intentar demostrar lo contrario.
ResponderEliminarEl microcuento, con sus dosis de ironía, que suele ser una de las mejores pomadas para curar las heridas de la existencia, denuncia también el abuso que los seres humanos hacemos de los animales, olvidándonos en nuestra desfachatez que ese mismo comportamiento podría tenerlo con nosotros una raza superior que viniese de otro mundo.
Por suerte, los extraterrestes de tu microcuento parecen más bien unos burgueses de clase media, de vida tranquila y costumbres apacibles, a los que puede que hasta les acabe gustando el fútbol y acaben también gritando al unísono con su mascota: “¡Gol!”
Y ya veremos lo que ocurre con ese vecindario que siente envidia, es probable que acaben todos comprándose una mascota similar, con su correspondiente pantalla y hasta puede que contraten algún paquete televisivo que incluya las Liga nacionales y la Liga de Campeones.
Enhorabuena Ángel por esos treinta microcuentos, y por las lecciones que transmiten sin estridencias, como si fuesen agua que va empapando la roca caliza y embelleciéndola.
Un abrazo.
Damos por hecho que somos seres superiores y eso nos hace tratar al resto de seres vivos en un plano de indiferencia, aprovechamiento o entretenimiento, cuando la experiencia demuestra que siempre hay alguien mejor en todas las categorías de la vida, por lo que quizá alguna vez esas criaturas tan bien dotadas que se han adueñado del planeta reciban la horma de su zapato, de una manera o de otra.
EliminarSi se analiza, el fútbol no es más que un juego, y no demasiado complejo, pero algo debe de tener para ser tan contagioso, capaz de infectar a civilizaciones enteras durante generaciones, por muy inteligentes que piensen que son. Es un misterio que, lejos de desentrañarse, se alimenta cada día.
Ni pretendo ni podría dar lecciones sobre nada, sí que puedo decir que a veces estoy un poco fuera de lo que se supone que le gusta a casi todo el mundo, lo que quizá me ayuda a ver a veces las cosas un poco desde fuera. Una rareza, sin duda.
Mil gracias, Enrique, por tu lectura pormenorizada, respetuosa y amable, por la satisfacción que me produce que cincuenta palabras te sugieran tantos matices, aunque bien sé que no son ellas, eres tú quien tiene dentro esa facilidad para dar tanto y tan bien de si.
Un abrazo y muchas gracias, Enrique
Tener gustos que no concuerden con los de la mayoría y ver las cosas desde otros puntos de vista son actitudes enriquecedoras.
EliminarCiertamente, de quienes más se aprende es de los heterodoxos, de los raros, a quienes Rubén Darío dedicó un libro, y Pere Gimferrer, gran admirador del poeta nicaragüense, otro, eso que yo sepa, pues seguro que la bibliografía sobre el tema será bastante extensa.
Así que, aunque resulte a veces bastante descorazonador sentirse un raro, a la larga creo que es mejor serlo.
Por suerte, aquí nos hemos encontrado una gran comunidad de ‘raros’ y compartimos nuestros pequeños mundos de fantasía.
Un abrazo de vuelta y gracias a ti.
Es bueno poder vernos con ojos ajenos. El matrimonio extraterrestre quedaría muy sorprendido de saber las pasiones que esos individuos persiguiendo una esfera pueden despertar en nosotros. Quien no las ha experimentado no puede comprenderlas ya que tienen muy poco de racional.
ResponderEliminarMuy buena idea para un micro, e impecablemente desarrollada.
Enhorabuena, Ángel.
Un abrazo
Otras especies pueden haber evolucionado más al primar el raciocinio sobre las emociones, de ahí que, como bien dices, un fenómeno como el fútbol, foco de pasiones más allá de lo deportivo, difícilmente se comprendiese, aunque si que produciría curiosidad, interés por observar a esos seres tan peculiares, que bien podrían ser mascotas.
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Gracias por tu comentario y un abrazo, Georges
Es dificil dejar un comentario digno a un maestro en analizar textos como tú, Ángel, pero lo voy a intentar... Me parece genial que sean unos extraterrestres los que muestren las obsesiones o costumbres de los humanos, haciendo, de ese modo, que las veamos en su verdadera dimensión. Muchas de las cosas que hacemos, si las viésemos desde fuera, nos parecerían ridículas.
ResponderEliminarMuchas felicidades por tus treinta participaciones en 50 Palabras. ¡Qué continúe la creatividad!
Un abrazo.
María José
Qué más puede pedir quien escribe que ser leído, si además es comentado, poco más se puede pedir. Has aportado algo muy significativo, al decir que ver las cosas desde fuera las coloca en su verdadera dimensión.
EliminarAdemás de darte las gracias, quiero decirte, María José, aunque ya te habrás dado cuenta, que no dejo de leerte cuando tengo ocasión.
Un abrazo
Jajaja, si es que estos animalillos sonrosados de dos patas se contentan con bien poco, así les va. Como siempre, genial. Muchas felicidades por tus treinta cincuenta y... mándame un frasquito aunque sea pequeñito de ese ingenio tuyo, porfis. :) Un beso grande.
ResponderEliminarEl que unos animalillos capaces de enviar complejos aparatos y a ellos mismos al espacio, se entreguen emocionalmente a un juego sencillito, es uno de esos enigmas sin explicación. A ver si vienen los extraterrestres y nos dicen qué nos pasa. Con todas esas mujeres sensibles y creativas que hay dentro de ti, soy yo quien tendría que pedirte un poquito de ingenio, y de más cosas.
EliminarMuchas gracias y otro beso grande
Poco más que añadir, felicitarte por el talento que siempre tienes de poner la lupa de aumento en el lugar apropiado y por esos 30, que sigan sumando!
ResponderEliminarUn abrazo
La realidad bajo un prisma especial, desde puntos de vista que otros ni imaginamos, tiene un sobrenombre latino que coincide con el tuyo".
EliminarMuy agradecido y un abrazo
Maestromaestromaestromaestromaestro.aestromaestromaestromaestromaestromaestromaestromaestromaestromaestro
ResponderEliminarSi uno sólo de esos calificativos ya me viene enorme, figúrate una cadena entera, pero como eres tú, no te lo puedo tener en cuenta, porque sé que ha salido del afecto.
EliminarMuchas gracias, Salva. Un abrazo grande
Ángel, que bien le has dado la vuelta a la tortilla y nos has dejado esta historia que, aunque parezca de ciencia ficción, lleva mucha realidad implícita en la mascota. Hay muchas como ellas, por cierto respetables. Yo soy de los que a veces, pocas como bético, grito gol. Lo bueno de ser del Betis es que como aburre, al menos no me quedo ensimismado viendo la tele. ;-)
ResponderEliminarComo siempre, un placer leerte, amigo.
Un abrazo.
Pablo.
Estas cincuenta palabras, que son mucho más ficción que ciencia, no pretenden más que provocar una sonrisa, por lo que me llena de alegría que además hagan pensar un poco.
EliminarPor supuesto que hay grandes aficionados al fútbol que son personas llenas de valores, erudición y humanidad; qué mejor ejemplo para ilustrar esta aseveración que citarte a ti.
El placer es mío, amigo Pablo. Un abrazo fuerte
Muchísimas felicidades Angel! Por tantos y tab buenos relatos
ResponderEliminarPor mucho que llegue a escribir, nunca podré ni acercarme a tantos y tan buenos ratos con los que nos has hecho disfrutar a todos. Y lo que queda por venir.
EliminarMuy agradecido, Jero. Te mando un abrazo directo hasta esa tierra tuya que se honra de tenerte
¡Resulta que él cumplió 20 el mes pasado! Pero era anónimo, así que pasó desapercibido ;-)
EliminarNo es de extrañar que ya lleve once joyas publicadas aquí, porque su buen bagaje le precede en todo aquello que emprende.
EliminarUn abrazo, Álex
¡Veinte! XD
EliminarEso, veinte, aunque sigue siendo igual grande por más que un patoso como yo le quite méritos sin querer. Gracias, Álex
EliminarNo digas pamplinas, hombre. ¡Un abrazo, Ángel!
EliminarCiencia ficción humorística con toques de conciencia social... me gusta la combinación que sorprende con el giro final.
ResponderEliminarMis felicitaciones ángel por otro éxito de los tuyos.
Saludos.
Espero no pecar de inmodesto, pero tengo que darte la razón, pues el que te haya gustado a ti es un éxito para este escribiente.
EliminarMuchas gracias, Jean. Saludos para ti.
Pan y circo estratosférico, como tus relatos, como tú, Ángel.
ResponderEliminarAbrazos.
Primero fue "pan y circo"; luego vino "pan y toros"; ahora estamos en "pan y fútbol" y lo próximo puede ser esto mismo, pero más allá de las estrellas, como bien apuntas. Para tener a las masas tranquilas nada como procurar que sus necesidades básicas estén resueltas, además de tenerlas entretenidas.
EliminarMuchas gracias, Carles. Un abrazo fuerte
Una vía más buenísimo Ángel. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te guste, Carmen.
EliminarMuy agradecido y otro abrazo para ti.
Original y sorprendente relato, Ángel.
ResponderEliminarUn saludo.
Me llena de satisfacción que te lo parezca, María Jesús
ResponderEliminarMuchas gracias y un saludo
Con qué poco se conformaba "aquel animalillo sonrosado de dos patas"... Creo que el mundo está lleno de esas mascotas, Ángel. Una crítica muy ingeniosa y certera a los que viven solo para el futbol. Un abrazo.
ResponderEliminarEl problema con el fútbol, en algunos casos, es de sobredimensión, en perjuicio de otras actividades que merecerían mayores atenciones.
EliminarMuchas gracias por tu visita, Juana. Un abrazo
Todos los micros de cincuentapalabras son sorprendentes. Me encantó.
ResponderEliminarMe alegra que esta mascota te haya sorprendido.
EliminarGracias y un saludo
Ahora lo entiendo, ¡eres un extraterrestre!
ResponderEliminarCon todos mis respetos, Ángel. Es que a veces creo que lo tuyo no es normal.
Fantástico micro. Y eso sí es normal.
Un abrazo
Vaya, me has descubierto, pero seguro que me guardas el secreto, que eres muy buena gente.
EliminarMuchas gracias, Margarita. Un abrazo
Original, real y bien escrito. Como todos los tuyos.
ResponderEliminarAcabo de verlo ahora. Un abrazo de los dos
Esperemos que no llegue a ser real, aunque, ya sabes, nunca se sabe, a veces lo que se imagina puede terminar por cumplirse de alguna manera.
EliminarMuchas gracias por tu visita y un abrazo para los dos.
A eso se le llama "jogar bonito" con las letras. Saludos.
ResponderEliminarAgradezco mucho tus palabras, José Ramón. Los que andamos por aquí disfrutamos jugando con las letras.
EliminarGracias y saludos
Nadie como tú para vestir la acidez y la mala leche con una ternura aderezada de sarcasmo. Contar de esa manera lo que es una crítica feroz a la 'mascotización' en masa con el narcótico del deporte, sólo está al alcance de quien trata al lenguaje con maestría y a la imaginación con respeto.
ResponderEliminarUn gran relato, Ángel. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
"La 'mascotización' en masa con el narcótico del deporte", yo no lo hubiera dicho mejor, ahí queda sintetizada toda la esencia de este relato. Algunos comentarios son dignos de conservar, por su valor literario y para leerlos en las horas bajas, sin duda este es uno de ellos.
EliminarMuchas gracias Antonio. Otro abrazo fuerte para ti.
Poco queda por añadir a los comentarios de los compañeros. Pero no quería dejar pasar la oportunidad de felicitarte por este micro tan imaginativo y divertido. Me da por pensar que ese animalito rosado va a ser una fuente inagotable de entretenimiento para sus dueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mientras tenga la pantalla y su fútbol no habrá problema. Si se la quitan y le dan un libro igual le da por pensar y se rebela, al fin y al cabo se le supone una especie inteligente, todo depende del estímulo.
EliminarUn abrazo y muchas gracias, Asun
ResponderEliminarJajjaja; qué bueno, Ángel. Tu relato me ha producido una curiosa asociación de ideas, pues enseguida he pensado en las norias que ponen a esos pobres roedores enjaulados, y el uso que estos hacen de ellas, y eso a su vez me ha llevado a aquel programa de televisión del mismo nombre.
Excelente y visual fábula.
Un fuerte abrazo, amigo, enhorabuena por esas treinta perlas.
No sabes cuánto me alegro de que te haya hecho reír y hasta rememorar. También me ha gustado lo de fábula, porque en el fondo lo es, aunque no lo buscase a propósito, a pesar de que estemos a años-luz, ella y yo, de las de Samaniego y Esopo
ResponderEliminarMil gracias por tu visita, siempre esperada por mí y bien recibida.
Otro abrazo fuerte, amigo Enrique
Ángel, divertido micro con moraleja: con el fútbol hay humanos que quedan "anestesiados". Y además eso lo saben los políticos y demás aprovechados de la gente.
ResponderEliminarY, como siempre, muy bien escrito.
Un beso
Una cosa es un producto que puede suscitar una evasión sana, y otra la hipnosis colectiva que a veces producen 22 individuos en pantalón corto tras un esférico, una pantalla que oculta otras realidades.
EliminarMil gracias, M. Carme
Otro beso para ti
Interesante perspectiva, Ángel, sobre los extraños impulsos que nos gobiernan, yo, sobre los extraterrestres concuerdo con el poeta chileno Oscar Hahn cuando escribe: "a lo mejor ya somos ellos"
ResponderEliminarEnhorabuena.
Toda forma de actuar puede resulta extraña o hasta exótica si se ve desde fuera, a veces puede ser un ejercicio sano; en ese sentido, todos podemos, de alguna manera, ser extraterrestres de alguien, incluso de nosotros mismos.
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Manoli. Un abrazo