Los tiempos cambian
Enfundado en su mono azul logró desencajar la llave y abrir la caja fuerte, Arturo había recuperado los documentos vitoreado por los directivos reunidos en aquella mesa redonda. Estaba satisfecho; por fin acabaron reconociendo su labor.
Entregaron las propuestas a los acreedores, entre ellas la externalización del servicio de mantenimiento.
Entregaron las propuestas a los acreedores, entre ellas la externalización del servicio de mantenimiento.
Parece que la "proeza" del trabajador, que consigue abrir la caja, no le supondrá salir bien parado, dentro de un tiempo. Tienes razón, José Antonio, "los tiempos cambian" y de un modo muy rápido. Ya se guardan papeles muy distintos, en las cajas fuertes...
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Gracias por tus palabras María José, al final lo importante es que Arturo tenga su conciencia tranquila, además puede que incluso le prejubilen y recuerde todos los días lo bien que le vino desencajar esa llave.
EliminarUn saludo
Aunque, seguramente, el pobre operario no sabía lo que contenía la caja, el actuó como debía, cumpliendo su obligación. Esperemos que vea recompensada su responsabilidad en el trabajo. Enhorabuena y suerte. Saludos.
ResponderEliminarJesús soy de los que piensa que la vida pone a cada uno en su sitio, tiene que existir el karma, es la única esperanza de gente profesional como nuestro Arturo que hace las cosas como las tiene que hacer, al final recoges lo que siembras.
EliminarUn saludo y gracias.
Los empresarios piensan en obtener beneficios, algo lógico y lícito, aunque a menudo se les olvida que tienen a su cargo una pequeña comunidad, formada por personas que, como mínimo, merecen respeto. Con buena voluntad, siempre hay una solución satisfactoria para todos.
ResponderEliminarUn relato que pone de relieve la necesidad de una mayor humanidad.
Un saludo, José Antonio
Ángel no soy ni mucho menos empresario, pero por esta vez haré de abogado del diablo y les defenderé, coincido en que es totalmento lógico y licito que maximicen su inversión tal como pretendemos todos, no debe ser fácil arriesgar tu dinero con la posibilidad de perderlo, sino todos seriamos empresarios.
EliminarQuizá no en las pymes, donde se conoce más a los empleados, pero en las grandes empresas solo hay números no personas y es ahí, en la humanidad de los mandos intermedios donde se ve si es una buena o no tan buena empresa, voy a acabar que este tema da para mucho y ya me he enrollado bastante.
Un saludo y gracias.
Los tiempos cambian, pero los que mandan siempre son los mismos y solo buscan su beneficio. Arturo fue cumplidor y eficiente, sin saber que aquellos documentos iban a provocar su despido.
ResponderEliminarJose Antonio relato con mensaje social y bien contado.
Un abrazo.
Al final es lo que debe de importar, ser cumplidor allá por donde pasas, luego habrán cosas que no podrás controlar pero tendrás la conciencia tranquila.
EliminarUn saludo y gracias por el comentario.
Buen contraste entre las dos partes de la historia. El único "pero" es la cara que se me ha quedado.
ResponderEliminarUn saludo, José Antonio
Jajaja, imaginate la de nuestro Arturo que no cabía por la puerta de orgullo cuando salió de la planta noble y cuando lo volvieron a llamar los jefes fue para despedirlo.
EliminarGracias y un saludo.
Malu, permiteme estar discrepar con una de tus 2 afirmaciones, quien piense que es imprescindible en estas épocas mal va, sin embargo que el tiempo cambie a peor... igual nuestro amigo Arturo está ahora prejubilado y con un jugoso finiquito por todos los años de servicio, o eso espero, jejeje
EliminarUn saludo y gracias.
Los tiempos cambian, a peor, claro. La tan manida frase de "nadie es imprescindible" es más certera que nunca en tu micro.
ResponderEliminarUn beso José Antonio.
Malu.
Jose Antonio, con tu micro demuestras lo poco valorados que los trabajadores por la empresa, donde solo priman los beneficios y la rentabilidad económica.
ResponderEliminarBien contado.
Besos
Gracias por tus palabras Pilar, contigo coincido plenamente, la mayoría de los trabajadores son vistos como un sueldo que pagar que resta beneficios empresariales, ojala cambie esto algún día.
EliminarUn saludo
Excelente y original mezcla entre el mito de Arturo, Excalibur y los caballeros de la mesa redonda, y este bienintencionado mozo de mantenimiento al que le sale el tiro por la culata.
ResponderEliminarÁcida y aguda crítica a la incompetencia que subyace detrás de los gestores cuando de externalizar servicios se refiere.
Y todo ello arropado por una narración que amalgama todos esos elementos de una forma admirable.
Enhorabuena, Jose. Te ha salido un relato redondo.
Un abrazo.
Con permiso del resto voy a responder primero tu comentario, y es que has sido el único que has visto la relación de Arturo, sí, él consiguió sacar su Excalibur como nuestro Arturo desencajar la llave, ambos fueron agasajados por poderosos hombres, pero el reinado de nuestro Arturo acabó muy pronto, y es que los tiempos cambian, no quería contar únicamente un relato social mostrando lo duro de esta sociedad, las cosas son así, cambiantes, y nuestro Arturo tendrá que amoldarse a su nueva vida, quizá incluso mejore, en fin como leí hace poco una frase que me gustó, si la vida te da limones, haz limonada.
EliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
«The Times They Are a-Changin'» pregonaba en los 60's con su canto y guitarra el gran Bob Dylan. Hoy, como entonces, los tiempos siguen cambiando. Sin embargo, la poca empatía de la mayoría de los empleadores con sus trabajadores sigue siendo palpable.
ResponderEliminarMuy bueno, José Antonio.
Un abrazo.
Pues si quizá es ahí donde radica la diferencia entre ser un buen empleador o no, y es que la soberbia de muchos de estos empleados que han ascendido hasta la jefatura es de las peores, pero bueno el tiempo pone a cada uno en su sitio, no?
EliminarGracias y un saludo
Pones el mundo bocarriba. Perfectamente armonizadas las dos partes del relato. La del operario-pieza que hace bien su trabajo en la cadena sin conocer efectos ni consecuencias, y los directores de esa cadena que utiliza la mano de obra para sus propios intereses a costa del propio puesto de trabajo de este buen trabajador.
ResponderEliminarUna sopa de caldo extra para que probemos de qué está hecha la argamasa social que nos ¿cobija?
Felicidades por este buen relato, Jose A.
¿Cobija? casi que mejor que decir que nos ampara, porque esta sociedad esta llena de desamparados, y lo peor es que poco podemos hacer más que a mal tiempo poner buena cara.
EliminarUn saludo y gracias
Excelente crítica al mundo empresarial, que prescinde de sus empleados pensando solamente en el propio beneficio, por muy eficientes que estos sean.
ResponderEliminarMuy bien contado, José Antonio. Un abrazo.
Gracias por tus palabras Carmen, aunque como he comentado mas arriba buscaba algo mas, el paralelismo entre la leyenda de Arturo y nuestro operario, donde haciendo algo similar para nada acaban igual y es que los tiempos cambian jejeje
EliminarUn saludo
Me ha gustado. Saludos José Antonio.
ResponderEliminarAgradezco tu comentario, es mas muchas veces yo pondría lo mismo, simple y eficaz.
EliminarUn saludo José Ramon.
¡Qué cabr...!
ResponderEliminarComo mínimo un poco de sinceridad, no?
Saludos!
Carme.
Jajaja pues si este mundo esta lleno de cabr... insinceros.
EliminarUn saludo y gracias.
Muy bueno tu relato. La vida es así, a veces te pagan de esa manera por un trabajo bien hecho.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Raquel, creo que lo defines muy bien, la vida es así, al menos la que nos ha tocado vivir ahora, ¿en futuro cambiará?, seguro.
EliminarUn saludo.
Creo que esa empresa también trabajaba un tal Merlín que ya hacía tiempo que profetizaba estos cambios, pero nadie se lo tomó en serio.
ResponderEliminarSuerte para tu Arturo, José Antonio, y saludos cordiales.
Jajajaja muy bueno Carles, la verdad es que no me cupo el gran Merlin en el relato, pero también lo sabría.
EliminarUn saludo y gracias.
Qué bueno, José Antonio. La vida puede ser a veces tan irónicamente cruel como tú muestras en tu historia. Muy bien contada por cierto.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos
Escrito
Gracias por tus palabras Enrique, pero la próxima vez tendré que esforzarme más en desarrollar más mi idea, quería comparar los tiempos de Arturo con los de nuestro querido operario, como cambian, al igual que cambia la vida para nuestro protagonista, en fin mea culpa.
ResponderEliminarUn saludo.