Mi bebé
Mis manos en las suyas, sus dedos en mi piel.
Ojos aislados del entorno. ¿Los bebés, sueñan?
Yo lo hice por él, desde el deseo hasta in vitro. Pegado a mi pecho, siento circular la sangre, mi sangre.
Acelerada por su tacto, desequilibro la mecedora, que apisona su cuerpo Reborn.
Yo lo hice por él, desde el deseo hasta in vitro. Pegado a mi pecho, siento circular la sangre, mi sangre.
Acelerada por su tacto, desequilibro la mecedora, que apisona su cuerpo Reborn.
Realmente este tipo de muñecos son hiperrealistas y mucha gente, como el caso de tu protagonista están enganchados a ellos y los tratan como un verdadero bebé. Intuyo que ella ha intentado por todos los medios tener un hijo pero ha sido imposible y por ello recurre al Reborn.
ResponderEliminarTu frase final es la que me crea desconcierto.
Muy tierno relato MªJesús, me ha gustado.
Besos.
Tienes razón, Javier. Hay muchas mujeres, incluso con hijos, que están enganchadas a ellos. Los tratan como a verdaderos bebés. Un fenómeno psicológico.
EliminarSaludos afectuosos.
No había comprendido el relato porque no sabía de estos muñecos, pero tras leer el comentario de Javier los he buscado en internet y estoy francamente impactada. Mª Jesús, de esos relatos que te dejan penando un rato... Muy, muy bueno!
ResponderEliminarSí, Aurora, estos comportamientos, van más allá de la razón.
EliminarGracias por tu comentario.
Besito virtual
Mª Jesús, el deseo abortado de ser madres, de algunas mujeres, puede provocar estos desvaríos mentales. Parece que el "amor" que da al muñeco se transforma en odio, al final. Tremendo y original micro. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Las reacciones humanas, son impredecibles.
EliminarAgradezco tus palabras. María José
He de decir que desconocía la existencia de estos muñecos hiperrealistas. Al leer de nuevo el relato, descubro la frustración materna en su protagonista. Pasa de la ternura al odio en un final impactante. Este bebé no puede satisfacer su anhelo materno.
ResponderEliminarMuy bien contado, María Jesús. Felicidades y un abrazo.
Me conmueve tu apreciación Carmen.
EliminarMil gracias por tu lectura.
Besito virtual
Yo casi lo veo como un relato de terror porque esos muñecos, vistos sin ninguna implicación afectiva o personal, casi que dan un poquito de miedo. Muy bueno. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. A veces, más que muñecos, parecen cuerpos sin vida.
EliminarGracias, Tocayo.
Los deseos frustrados son la causa de muchos problemas mentales. No resulta fácil admitir que algo que se desea de todo corazón no se pueda obtener. No todo el mundo es capaz de buscar salidas alternativas, o de saberse resignar. Mal está que la emprenda con el muñeco, pero peor sería si hiciera daño a otros, que también los hay. Resulta acertado ese contraste entre la ternura inicial y el ensañamiento final.
ResponderEliminarUn abrazo, María Jesús
Veo que me he comido dos comas en ,como siempre,
EliminarMis disculpas.
Algunos deseos, si no son saciados, se pueden convertir en obsesión, como parece ser el caso de tu protagonista, a la que la solución hallada no le está satisfaciendo sino creando una fuerte frustración.
ResponderEliminarGran planteamiento muy bien contado, María Jesús. Creo ver un guiño a Philip K. Dick en esa pregunta del primer párrafo.
Enhorabuena y un abrazo.
Muy agradecida a tu apreciación, Enrique.
EliminarCordiales saludos
María Jesús, me uno al club de los que no conocían a estos «bebés» de vinilo. Afortunadamente, no es nada que Google no pueda remediar y sí, la historia que nos traes es tan triste como aterradora.
ResponderEliminar¿Puede un Bebé Reborn, y por cuánto tiempo, sustituir el sueño de la maternidad?
Es verdad que hoy en día algunos, no todos, tienen mascotas porque procrear se ha alejado de su proyecto de vida pero en tu narración la situación es más crítica. Quizás sea esa la razón de la bipolaridad del personaje.
En fin, María Jesús, la mar de interesante.
Un abrazo y una felicitación.
Vicente
Es terrible, pero al parecer toda una vida pueden ocupar estos muñecos el hueco de la maternidad frustrada. o en algunos casos muy lejana.
EliminarSaludos
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
ResponderEliminarMe gusta el anhelo de ser madre, y lo hiperrealista de éstos muñecos, que dejan una sensación de extrañeza "antinatura", ambas cosas que has sabido resaltar en tu micro.
Un abrazo María Jesús,
Totalmente de acuerdo, Raquel. Yo también comparto lo "antinatura", pero...
EliminarBesito virtual
M. Jesús, has sabido describir la insatisfacción de la protagonista al no poder ser madre. Sustituir a un bebé por estos muñecos a veces empeora la frustración, ya que aunque parece real no son capaces de interactuar como uno real. Y después surge la rabia...
ResponderEliminarBuen relato. Enhorabuena.
Besos
Es un desencadenante de muchos sentimientos reprimidos.
EliminarMuchas gracias Pilar, por tus impresiones.
Besito virtual
Interesante relato, María Jesús. De los que "revuelven" las entrañas.
ResponderEliminarUn abrazo
Margarita, celebro que te haya parecido interesante el micro.
EliminarBesito virtual
Nos has engañado muy hábilmente en los dos primeros párrafos y has sabido plasmar muy bien la frustración de esa mujer que no ha podido ser madre. Lo de los bebés Reborn me da bastante grima. Aquí en Navarra, en un pueblo llamado Arróniz, hay una mujer que fabrica estos muñecos y los vende con mucho éxito. ¡Qué mundo! De todos modos si de verdad sirven de consuelo a alguien, adelante. El problema es que acabe siendo una obsesión enfermiza, como la que sufre la protagonista de tu estupendo micro. Me ha gustado mucho, María Jesús.
ResponderEliminarCuando vi el primer muñeco, me entró terror, fue una sensación muy extraña, quizás por su estructura perfecta, y vestidos de alta costura infantil.
EliminarUn beso, Juana
Ostras, no tenía ni idea de qué era un bebé reborn y la wikipedia me ha mostrado unos muñecos hiper-realistas y he quedado impactado con las imágenes.
ResponderEliminarCasi tan impactado como con el relato en sí. Resulta muy turbadora la estrecha línea que separa la cordura de la locura, la dificultad de discernir entre discernir entre realidad y deseo; y, sobre todo, no saber si nos hallamos ante una criatura viva o ante un simmple muñeco.
Besos, Mª Jesús.
Hay gustos y necesidad para todo/s.
ResponderEliminarGracias profundas por emplear tu tiempo, leyéndome.
Saludos
Vi hace un tiempo un reportaje sobre estos muñecos y cada mujer que los tenía en casa explicaba las razones por las que lo adquirieron, curiosamente, cada una dio una explicación distinta a las demás. Un micro muy interesante, María Jesús. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Matrioska. Me resulta interesante, que te haya parecido interesante.
ResponderEliminarBesito virtual.
Tosa solución sucedánea de la realidad pinta a transformarse en un fracaso. Creo que tu original planteamiento nos ha dejado impactados. Me parece un relato soberbio, Mº Jesús, lo que no es una sorpresa viniendo de tu pluma.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un beso.
Pablo.
Tu comentario me halaga sobremanera, Pablo
ResponderEliminarUn saludo
Vi uno de esos muñecos de cerca y tuve una sensación extrañísima, en mi opinión esto es ir contra natura, es surrealista. A veces es tal la obsesión por ser madre que se desvirtúa todo de una forma irracional e incomprensible para mí.
ResponderEliminarEl micro es impactante y nos invita a la reflexión sobre todo lo relativo a la maternidad.
Un beso fuerte.
Malu.
Totalmente de acuerdo, Malu
EliminarAbrazo fuerte