Obedezca las señales de circulación
La flecha que, pintada en la calzada, señala el sentido obligatorio de la calle se cansó de las reiteradas infracciones de la moto azul. Esta mañana, cuando el vehículo avanzaba de nuevo hacia ella a toda velocidad, se ha alzado del suelo impactando de lleno en el pecho del motorista.
Me encanta tu relato, M.Carme. Dar vida a esa flecha me ha parecido una idea genial y muy original. Harta de ser ignorada, ha levantado voz. Muy bueno.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo.
Si le damos vida a los objectos que nos rodean y nos ponemos en su lugar, la de cosas que pueden ocurrir!
EliminarGracias Pablo, celebro que te guste.
Otro beso de vuelta hacia Sevilla.
Carme.
¡Muy bueno, M. Carme! Las pobres señales de tráfico sufriendo calladas ante los energúmenos que se tropiezan con ellas... ya iba siendo hora de la sublevación. ¡Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Eso, eso, sublevación! Aunque si son muy estrictas, no sé si se libraría mucha gente, jeje.
EliminarGracias María José.
Un beso.
Original relato M.Carme, no me quiero imaginar algunas señales de stop lo que harían si tomasen vida como tu flecha pintada sobre la calzada.
ResponderEliminarBuen relato M.Carme.
Besos.
Me parece buena idea seguir imaginando Javier.
EliminarLas señales de stop se inclinarían para darnos en la cabeza, y los semáforos nos podrían "torturar" con un juego de luces incansable...
Un petó!
Parece que estemos ante una muestra de justicia divina o, porque no, de realismo mágico donde vemos como una marca vial toma vida para darle una lección al malo de turno. Muy bueno, M. Carme. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEso mismo, Jesús. Algo de justicia viene bien de vez en cuando. Habría tantos frentes donde aplicarla...
EliminarGracias y un abrazo.
Tu protagonista ha recibido el impacto de un flechazo inesperado, y no de amor, precisamente. No quiero ni pensar en lo que podría hacer una raya continua a la que no se respete, dar latigazos a un infractor, por ejemplo.
ResponderEliminarSimpático y original relato, Carme.
Un abrazo
Buena comparación con un flechazo de amor que, como dices, no es el caso. Una raya continua podría liarse perfectamente a latigazos, y una rotonda donde circularan en sentido contrario podría ponerse a centrifugar hasta marear a los conductores. (Creo que podríamos inventar unos cuantos casos más de "rebelión", jeje)
EliminarUn beso Ángel.
! Menuda flecha, Carmen, como para atreverse con ella. Muy original tu relato. Un beso. Gloria
ResponderEliminarLa verdad es que yo no le llevaría la contraria a esa flecha.
EliminarOtro beso de vuelta, Gloria.
Carme.
La rebelión de las señales frente al hábito infractor de los vehículos insolentes. La moto azul, la flecha blanca. Poética del absurdo que da vida a lo inanimado y consigue crear en el relato un conflicto que resuelve la tensión de los opuestos. Me gusta la frescura del relato y su original planteamiento, M. Carme.
ResponderEliminarA partir de hoy, me volveré un estricto observador del sentido obligado de las indicaciones. saludos.
¡Me encanta tu comentario, Manuel!
EliminarQué bonito queda con esas palabras tan bien elegidas, muy visual.
Ah, y celebro que te anime a cumplir con el reglamento de circulación ;-)
Un abrazo.
Es que, al final, todos nos hartamos de la estupidez.
ResponderEliminarAbrazos
Si reaccionáramos (nosotros y los objetos inanimados) a la estupidez humana, quizá algunos enmendarían su comportamiento.
EliminarRelacionado con la conducción, me imagino a la carretera escupiendo hacia dentro del coche el cigarrillo encendido que acaba de tirar el irresponsable conductor.
Un beso, Javier.
Carme.
Quizás el desdichado le pidió a Dios que le enviara una señal... y se la envió. Je, je, je.
ResponderEliminar¡Genial, M. Carme! Así como ha sido una flecha pudo ser un automóvil que sí respetara las indicaciones de tránsito.
Un abrazo.
Buena relación pensar en una señal divina... de ahí podría salir otro relato, jeje.
EliminarPor otro lado, tienes razón en esto de que sea un coche, que cumple con el sentido de la calle, el que choque con la moto. De hecho, el relato se me ocurrió cuando yo iba en coche y me crucé con una moto, y no era la primera que en esa zona va en sentido contrario habitualmente ("total, es un trozo pequeño, no pasa nada" - hasta que pasa).
Un beso Vicente.
Carme.
La ignorada señal parece tomar el asunto como una afrenta personal, reaccionando desproporcionadamente contra el infractor. Buen relato, Carme, simpático y trágico a un tiempo, y de personajes controvertidos.
ResponderEliminarUn abrazo
Quizá la reacción sea desproporcionada, según como la imaginemos. Podríamos pensar que, en vez de una flecha que se clava en el corazón y lo hace sangrar -y pararse-, podría tratarse de una flecha de peluche que impacta en el pecho y le hace cosquillas (y meditar sobre la infracción).
EliminarSi te pones en el lugar de la flecha ha de ser muy frustrante que las motos la ignoren sistemáticamente.
Un beso Enrique.
Carme.
Esa flecha ha actuado con premeditación y alevosía. No sé yo si en un juicio saldría bien parada. Saludos.
ResponderEliminarCon total premeditación, pues ha tenido multitud de ocasiones anteriores para ir pensando su reacción ante una nueva infracción.
EliminarAunque tienes razón en lo del juicio, la venganza no suele salir bien parada en los juzgados.
Un abrazo.
¡Ostras! Es tan gráfico tu relato que parece una viñeta. Podrían tenerlo en cuenta para la próxima campaña de la DGT; si el resto de los espectadores "sufren" el mismo impacto que yo, el éxito está asegurado.
ResponderEliminarNo me preguntes por qué, pero esa moto azul parece que carraspea.
Un beso, M. Carme
Pues ahora que lo dices tienes razón, Margarita, en lo de la viñeta. Igual se lo propongo a la DGT, jeje.
EliminarLa moto azul se ha quedado girando en el suelo después de que la flecha tumbara a su conductor (la moto también puede estar cansada de su amo, quizá ella querría cumplir siempre las normas, quien sabe).
Otro beso guapa.
Carme.
El motorista ha salido flechado. Asombroso y divertido relato, Carme. Felicidades.
ResponderEliminarPetó.
Y tan flechado que quedó!!
ResponderEliminarGracias Carles por tu comentario, celebro el asombro.
Petons
Original y divertido relato. Vaya flechazo, Carme.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Síii, flechazo en toda regla!
EliminarGracias tocaya por pasar a comentar, un beso.
Excelente relato, M. Carme. Eres una escritora muy creativa. Tu flecha podría ser tomada de ejemplo por las de las carreteras, las que deberían levantarse contra los conductores kamikazes, y si algún trozo de calzada se solidarizara, tanto mejor.
ResponderEliminarEl mes pasado (anónimo) no respondí a los comentarios, pero me encantó el tuyo, de que el lobo y Caperucita se fueran juntos de compras. Hasta hice un micro con tu idea, pero me pasé varios pueblos y luego lo descarté, porque el lobo “drag queen” quedaba un tanto chocante. Jaja
Besos
Muchas gracias Georges, me vas a sonrojar! Pero tú no te quedas corto de imaginación! Tu relato del mes pasado me encantó, y ya puestos a desmontar los cuentos, pues hagámoslo a lo grande, jeje. Ahora me dejas con las ganas de leer ese micro con el lobo drag queen... Suena bien ;-)
EliminarUn beso.
Carme.
(Ah, también va de cuentos el micro que publicaré en octubre, jeje)
EliminarEl mío de Octubre, es la historia de un elefantito rosa, y después me tomaré unas largas vacaciones, por lo que no publicaré el del lobo, el que, además, tiene una estructura muy parecida al anterior. Pero si quieres te lo mando, sólo dime cómo.
EliminarUn beso.
Sí!!, me ha picado la curiosidad :-)
EliminarSi te parece bien, puedes ir a mi blog, al "Hola" (https://petiteshistories.wordpress.com/quant-a/) y desde allí enviarme el texto.
¡Muchas gracias! (y buenas vacaciones)
Carme.
¡La rebelión de las señales viales!, me encanta tu idea y cómo nos lo has contado.
ResponderEliminarSuerte, M. Carme. Un abrazo.
¡Rebelión! ¡Rebelión!
EliminarAquí todos podemos opinar, la flecha estaba hartita del tipo de la moto azul y se tomó la justicia por su mano (quizá se le fue un poco la ídem :-)
Un beso M.Jesús.
Carme.
No sé si la justicia de tu microcuento es poética o prosaica, pero la verdad es que revela una realidad de nuestro inconsciente hacia esas personas que se ponen el mundo por montera, en el mal sentido de la expresión, y hacen de su capa un sayo o una trenca, no lo sé muy bien.
ResponderEliminarAquí ha sido esa flecha pintada en el suelo la que nos ha dado una satisfacción similar a la que tenemos cuando, en alguna película, el chico bueno les da una buena paliza a los malos, algo que, en la realidad, suele ocurrir muy pocas veces.
Hay muchas clases de energúmenos, pero esos que van por las calles de las ciudades, las carreteras y autopistas como si fuesen los reyes de la galaxia y poniendo en peligro vidas ajenas -de tal forma que, a veces, efectivamente, se llevan a alguien por delante-, provocan una ira que bien merece, aunque sea en el mundo de la fantasía, ese certero flechazo que, sin duda, le habrá hecho más daño que si se lo hubiese dado el mismísimo Robin Hood.
MI enhorabuena M. Carme, y un abrazo.
Cierto es, Enrique, que hay veces en que nos gustaría ser jueces para decirle a alguien "esto no está bien, paga por ello", sobre todo cuando son acciones que molestan a los demás o los ponen en peligro. Al menos con las letras podemos hacer y deshacer a nuestro antojo.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Esto sí que es un flechazo en toda regla, ¡por infractor! Me encanta esta rebelión de señales de tráfico. Ya está bien de hacer "pirulas".
ResponderEliminarUn beso M. Carme.
Malu.
¡A la hoguera con las pirulas!
EliminarBueno, quizá no tanto, pero un susto sí les podríamos dar.
Me alegro de que te guste :-)
Otro beso de vuelta Malu.
Carme.
Muy imaginativo y ocurrente. Si fuese así las multas y radares, los policías que piden la documentación y hacen tets de alcoholemia desaparecerían por fuerza.
ResponderEliminarGracias Luisa. Pues tienes razón, se les acabaría el trabajo de poner multas, las señales serían auto-ejectuivas ;-)
EliminarUn beso.
Tu micro es un claro ejemplo de que se puede escribir sobre cualquier cosa. Dar vida y personalidad a una señal pintada en el asfalto es señal de que tienes una imaginación e ingenio envidiables. Muchas felicidades y muchos besos, M.Carme.
ResponderEliminarQué bonito comentario, Matrioska. Me falta completar esa imaginación, que a veces está inspirada, con el arte de escribir - por lugares como este voy intentando aprender de todos vuestros textos.
EliminarUn beso de vuelta.
Carme.
M. Carme,me ha gustado mucho ese protagonismo que le has dado a la fecha pintada en el suelo y le has dado carácter para platarle cara al motorista infractor.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos
Gracias Pilar, celebro que te guste.
EliminarEstá bien ponerse en el lugar de los objetos, también están ahí para un uso, y si no les hacemos caso, pues se enfadan.
Un beso