ritráM
—No me gustan los macarrones con tomate.
—Te los comerás porque lo ordena el "masterchefsupremo"
—Prefiero alimentarme de razón y ciencia.
—Los macarrones con tomate son el verdadero alimento de los hombres.
—Los vomitaré.
—En la sala de tortura cambiarás de parecer.
No superó el dolor, pero no los comió.
—Te los comerás porque lo ordena el "masterchefsupremo"
—Prefiero alimentarme de razón y ciencia.
—Los macarrones con tomate son el verdadero alimento de los hombres.
—Los vomitaré.
—En la sala de tortura cambiarás de parecer.
No superó el dolor, pero no los comió.
Ser mártir por un plato de macarrones tiene mucho mérito, demuestra la fortaleza del sujeto. Me gusta la originalidad de escribir el título al revés.
ResponderEliminarSantiago original relato, bien contado.
Un abrazo.
Nuestro personaje es un antihéroe. Un mártir al revés de los que conocimos. No soporta que le hagan comulgar con ruedas de molino.
EliminarGracias por el comentario. Un abrazo.
A Javier no se le escapa una. Andaba yo mirando el título sin saber a qué atenerme...gracias. Este fresco relato me recuerda una anécdota real que le pasó a mi primo. De niño no quería bañarse y mi tía lo bañaba contra su voluntad. Cuando salía del baño y mi tía lo secaba, repetía: ¡pero no me he bañado! tozudez en estado puro o cuestión de perspectiva, vaya usted a saber. Refrescante. Saludos, Santiago.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. Recuerdos a tu primo. Seguro que lo le gustaban los macarrones con tomate.
EliminarDignidad envidiable o pura cabezonería. Claridad de ideas y fidelidad a uno mismo o tozudez inquebrantable. La frontera entre unas cosas y otras no siempre es fácil de delimitar. También es cierto que existen personas alérgicas a toda norma, sugerencia, mandato u obligación, aunque sea con la mejor intención.
ResponderEliminarUn saludo
Qué razón tienes Ángel, cuántos hombres de nuestra historia no se han doblegado ni abriéndoles las carnes a latigazos. Me vienen a la memoria algunos como Galileo:Eppur si muove.
EliminarM. Servet: Quemado en la hoguera por descubrir la circulación de la sangre.
O el personaje de El hereje de Delibes.
Gracias por el comentario. Un abrazo.
Esperemos que su forma de actuar haya llegado a oídos de otras personas sojuzgadas para que con su ejemplo intenten derrocar esa dictadura, no solo culinaria, según podemos intuir. Saludos y suerte.
ResponderEliminarClaro que sí, Jesús. Gracias a estos héroes, la mayoría anónimos, se pudo superar la lobreguez de la Edad Media.
EliminarGracias por tu comentario. Un abrazo.
Un drama cotidiano con reminiscencias de «1984» de George Orwell.
ResponderEliminarMuy bueno, Santiago.
Un saludo afectuoso.
Vicente
Demasiado cotidiano, Vicente. Cada vez es mayor el deseo de las élites de controlarnos; y al parecer lo están consiguiendo. En nosotros está en no dejarnos manipular y despertar de este letargo en que estamos sumidos desde hace ya mucho tiempo.
EliminarEn una ocasión, hice un cincuenta sobre la odiada pasta que sirve de fertilizante... Parece que tu personaje no aprecia los macarrones... ¿será un mal endémico? Te felicito, Santiago.
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Hombre, yo creo que habrá alguien que les guste, si no, no lo venderían en los supermercados.
EliminarEl problema es que te lo quieran meter a la fuerza por la boca.
Esta metáfora en la que pongo a los inocentes macarrones con tomate como actores principales se puede trasladar a la política, la religión o la ciencia.
Gracias por el comentario. Un abrazo
Desde el título hasta el final, la tortura se ha consumado, por ser rebelde y no aceptar los "macarrones", que es lo que manda el "que manda".
ResponderEliminarAcertada parábola , que merece suerte, Santiago.
Yo no sé lo que haría, si comer macarrones con tomate o morir en la hoguera. Seguramente me los comería; pero iba a tener una muerte más lenta. Un beso y gracias.
EliminarA este hombre no le gustan los macarrones, pero ha demostrado ser de muy buena pasta. Original y ejemplarizante tu mártir al revés, Santiago. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Juana por el comentario.A veces pienso que los verdaderos mártires no están en el almanaque y que la mayoría de los que figuran eran unos energúmenos que poco o nada hicieron por sus semejantes, por lo tanto yo haría confeccionar uno nuevo pero con todos los seritrám o seritrames que en el mundo han sido. Saludos.
EliminarUn héroe antimacarrónico.
ResponderEliminarLo siento por los italianos, pido perdón si les he ofendido con mi relato, ellos tan aficionados a la pasta. La verdad es que pude "homenajear" a la tortilla de patatas, a la ensaladilla rusa o a la tortilla francesa. Gracias, Un abrazo.
EliminarCitas a varios personajes que contravinieron las normas establecidas. Entre los "antimacarrónicos" mi héroe es Galileo. Salva su vida, pero no cede.
ResponderEliminarUn abrazo, Santiago.
No quiero ni pensar, qué nos hubiera pasado si en aquella época hubiéramos intuido que en el futuro nos comunicaríamos a través del aire por unas hondas invisibles. Gracias por el comentario, Carmen. Un abrazo.
EliminarSantiago, ese ritraM mantiene sus principios hasta el final. No cede.
ResponderEliminarSi hace eso lo hace por un plato de macarrones, que no hará por defender sus derechos y la libertad.
Buen micro para la reflexión!
Besos
Haría lo mismo, Pilar. Todo el que lucha por unos principios lo hace pensando en los demás. Sobre todo si conlleva la libertad y los derechos del hombre. Gracias por el comentario.Un abrazo.
EliminarMuchas veces se confunde cabezonería con sólidos principios, y quienes los tienen, no solo los sacan a relucir en momentos de gran relevancia, sino que mantienen esa actitud siempre y en cualquier ámbito de sus vidas. Me ha gustado mucho, Santiago. Un abrazo.
ResponderEliminarNuestro personaje no quiere imposiciones, lo suyo es el libre albedrío y lo lleva a rajatabla, aunque lo apedreen. Gracias por el comentario, un abrazo.
Eliminar¡Ay, los macarrones que nos comemos sin gustarnos!
ResponderEliminarGenial Santiago, crítica al súper-supremo.
Besos.
Malu.
A lo mejor están hasta buenos; pero a veces hay que dejarlos a un lado no vaya a ser que vengan envenenados.
EliminarGracias. Un saludo.