Rota la crisálida
No le gustaba para nada su vida, así que se la quitó. Se quitó esa, la que pesaba como traje de buzo, y en el rubor de su anhelada desnudez se enfundó otra más liviana, acorde con sus ganas de volar. Tanto resplandecía, que el cuervo no pudo evitar comérsela.
A veces la belleza y la sensibilidad no son bien comprendidas. Siempre hay alguien dispuesto a terminar con las ganas de volar de otros. Las mariposas y su proceso de metamorfosis son una de las maravillas de la naturaleza, muy apropiada para las metáforas.
ResponderEliminarUn saludo, José Ramón
Muy cierto, Ángel. Gracias por comentar. Saludos.
EliminarNo tengo palabras para expresar la emoción que me ha causado tu relato, José Ramón. Brillar, por fin, sin ataduras ni tapujos, creerse luciérnaga, aunque otros le recuerden, a paladas de condescendencia, que no es más que una polilla.
ResponderEliminarMagnífico.
Hola Patricia. Me sonrojo con tu comentario. Me alegra que te haya gustado. Abrazos.
EliminarUna buena fábula sobre la envidia. Siempre hay quien no soporta el brillo ajeno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Carmen. Dicen que si no te envidian es porque no estás haciendo las cosas bien. Otro abrazo.
EliminarLas envidias, no soportar que alguien sea mejor que tú, y acabar con ello, sería igual que el dicho de "ojos que no ven corazón que no siente.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo. La
Gracias Javier. Otro abrazo.
EliminarRecién he visto la película «The Neon Demon» que narra la historia de una chica que paga las consecuencias de poseer una belleza sin par. Este micro explora el mismo tema, tomando un ejemplo de la naturaleza.
ResponderEliminarMuy bueno.
Saludos, José Ramón.
Gracias Vicente. No he visto esa película. Me la apunto.
EliminarSaludos.
Buen micro. Tengo ganas de hacer lo mismo, no es que no esté contenta con mi vida, sólo con algunos aspectos...espero que no me coma el cuervo negro.
ResponderEliminarUn saludo,
Gracias Raquel. Si tienes ganas de hacerlo, hazlo. Yo te espanto el cuervo negro. Saludos.
EliminarMe gusta la claridad de las imágenes, la fluidez que tiene el micro para mostrarnos las fases de la transformación y el rematado final de la fábula. Luego, cada cual le halle su sentido y su aplicación.
ResponderEliminarTambién aplaudo el cuidado lenguaje de la poética transformación del "traje de buzo" a la "anhelada desnudez". Tan bello me parece, que me apena que termine tan mal la mariposa. Aunque, hallamos de aceptarlo, forma parte del drama.
Mi enhorabuena, JR, Saludos
Muchas gracias por tu comentario Manuel. El final... como la vida misma.
EliminarSaludos.
Muy bien escrita está fábula que nos deja cavilando.
ResponderEliminarBravo, José Ramón
Gracias Pablo. Un saludo.
EliminarComo la vida misma. Quiere uno quitarse la mochila para echar a volar y siempre hay alguien dispuesto a aguarte la fiesta. Muy bueno. Suerte y saludos.
ResponderEliminarGracias Jesús. Muy cierto lo que dices. Saludos.
EliminarJose Ramón, cuando uno se atreve a cambiar de vida y hacer lo que de verdad desea, si brilla demasiado llama la atención de los envidiosos con el riesgo de ser devorada.
ResponderEliminarNunca debe dejar de volar y cumplir sueños y atreverse, a pesar de los cuervos...
Buena metafora.
Besod
Gracias Pilar. Ya se sabe que a los cuervos les atrae lo brillante. Besos.
EliminarBuen micro, hace pensar en la de capas que nos quitamos o mantenemos y lo que de verdad merece la pena.
ResponderEliminarGracias Carmen. Si es que somos como cebollas. Saludos.
EliminarFábula llena de belleza poética. Te felicito, José Ramón. No es fácil, pero tú lo has logrado, con creces.
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Vaya, no sé qué decir. Simplemente gracias. Abrazos.
EliminarQué buen micro, José Ramón, felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Matrioska. Saludos.
EliminarAlgunos dirán que es mejor pasar desapercibido. Otros que lo importante es vivir con plenitud. Fíjate tú or donde, el cuervo de tu cuento cumple ambos preceptos. ¡Craa!
ResponderEliminarBuena historia, José Ramón.
Gracias Carles. Estos cuervos son mucho...
EliminarSaludos.
Pues... el cuervo es un capullo (vamos a dejarlo ahí).
ResponderEliminarMucha historia.
Un saludo, José Ramón
Es que a los cuervos les atrae todo lo que brilla. Qué le vamos a hacer.
EliminarSaludos.
Brillante José Ramón, me parece precioso tu micro y resplandece tanto o más que esa nueva vida que le has dado a tu protagonista. A ver qué cuervo se atreve a acercarse que le espanto pero ya.
ResponderEliminarEnhorabuena es buenísimo.
Beso.
Malu.
Gracias Malu, toda ayuda es poca para mis maripositas. Besos.
EliminarBellísima fábula, José Ramón.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos
Muchisísimas gracias Enrique. ¡Saludos!
EliminarBien contado ese cambio, nos llega lo pesado, lo liviano, lo brillante, .. Hasta que aparece el cuervo.
ResponderEliminarComo ya han comentado antes, la vida está llena de cuervos. Pero afortunadamente también hay mucha gente que ayuda a brillar a los demás.
Un abrazo.
Ciertamente, todavía queda alguna buena gente por el mundo, por suerte. Abrazos.
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