Testigo confundido
Llevando cada cual el recuerdo de una península en el corazón, el español y el italiano acudieron puntuales a la cita. Ante el único testigo, una mujer con ojos de fuego y ágiles manos, manchego y parmesano se fundieron en un abrazo, como sólo pueden hacerlo los quesos de categoría.
Vicente te ha salido una fondue de categoría como tu acabas tu relato. Has cocinado las palabras de tal forma que al leerte casi se nota ese aroma a parmesano y manchego.
ResponderEliminarMe has deleitado el paladar con tu relato Vicente, muy original, me ha gustado.
Un abrazo.
¡Gracias, Javier! Me ha salido lo glotón en el escrito.
EliminarUn fuerte abrazo.
Ese título me confunde... ¿De verdad se trata de una fondue o hay sorpresa escondida? Voy a hacerme una para que me venga la inspiración.
ResponderEliminarSuculento y con fundamento, Vicente.
Un abrazo.
No te confundas, Patricia, no requieres de mis guisos para encontrar inspiración.
EliminarSírvase, Madame.
:)
Otro abrazo de vuelta.
Esos quesos, unidos merced a la mediación de unas manos expertas, han creado algo nuevo y superior aún a sus cualidades individuales con denominación de origen. A veces las fusiones o maridajes dan muy buenos resultados. Este relato tiene la virtud de abrir el apetito, te lo digo yo.
ResponderEliminarUn abrazo, Vicente
¡Mil gracias, Ángel! Este comentario ha sido un postre de altura.
EliminarUn abrazo.
Una fusión de categoria en 50 palabras. Una testigo capaz de fundirlos con solo una mirada ardiente.
ResponderEliminarGenial Vicente. Un abrazo.
¡Qué amable, Mª Belén! Siempre he visto a la cocina como un arte.
EliminarMuchísimas gracias.
Un abrazo.
Suculento relato el que nos cocinas este mes, Vicente. Nos llena el estómago y el corazón -por aquello del amor a la tierra-; y nos satisface compartir letras y mantel contigo.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
¡Muchas gracias, Carmen! Me encanta eso de «maridar» el estómago y el corazón.
EliminarEn mi mesa/letras siempre serás bienvenida.
Abrazos.
Estos dos quesos demuestran su buena cintura de latinos compartiendo un abrazo que confunde a la pasional testigo, que me da que ya se ha deleitado con el sabor de uno y otro por separado en ocasionales encuentros.
ResponderEliminarLa buena mesa, sabemos bien, potencia relaciones, pasiones y palabras. En esta ocasión consigues invitarnos a una degustación exquisita de estas últimas, bien elaborada, de cuidada y esmerada presentación para el momento. Indudablemente, plato gourmet para la lista de recomendaciones del chef de 50.
Mis felicitaciones. Un abrazo, Vicente.
Letra a letra, tus comentarios siempre son manjares exquisitos, Manuel.
Eliminar¡Muchísimas gracias por tus palabras!
Un fuerte abrazo.
Vicente, no hay corazón de queso que se resista a la mirada ardiente de una mujer.
ResponderEliminarHas conseguido que saboree los quesos que tanto me gustan.
Leer este micro es un placer... para el paladar.
Buena fondue nos has dejado Vicente.
Besos
¡Mil gracias, Pilar! Te confieso que yo también soy amante de los quesos... y de las miradas que aniquilan, ja, ja.
EliminarUn abrazo.
Yo veo un duelo de esos que en lugar de con muerte terminan con una amistad irrenunciable y alcanzando un maridaje perfecto. Hasta veo a la mujer como una pistola. Muy bueno. Suerte y saludos.
ResponderEliminarYa lo dice la canción «Planet Queen» de T.Rex: «She used my head like a revolver» (O, sin basarse en la anterior, «Ella usó mi cabeza como un revólver» de Soda Stereo). La imagen mental de un duelo fue la que me dio la idea para escribir el micro.
Eliminar¡Gracias, Jesús!
Abrazo.
"Llevando cada cual el recuerdo de una península en el corazón": con este precioso comienzo me has conquistado del todo. Relato apetitoso donde los haya. Claro, cuando nos juntamos los españoles y los italianos casi siempre salen cosas buenas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me provoca una enorme satisfacción el que te haya gustado mi relato, Ana. La mejor cocina suma elementos de varias culturas.
EliminarMuchas gracias por tus gentiles palabras.
Un abrazo.
"Llevando cada cual el recuerdo de una península en el corazón": con este precioso comienzo me has conquistado del todo. Relato apetitoso donde los haya. Claro cuando nos juntamos los españoles y los italianos casi siempre salen cosas buenas.
ResponderEliminarUn abrazo
Sugerente, promete delicias untosas llena de sinuosas formas. Un relato fresco y original que he renovado la alacena de esta república unicameral de las letras. Gracias, Vicente por servinos semejante gourmet. Ha sido...delicioso catarlo.
ResponderEliminarSalut.
Todo un honor que mi cincuenta sea catado por tan brillante y generoso sommelier, dipandra. Delicia es leer tus comentarios.
Eliminar¡Gracias!
Un abrazo.
¡Vicente, vaya cincuenta con fundamento que te has marcado! Si es que un buen testigo puede fundir lo que se proponga.
ResponderEliminarPor cierto, ¡qué hambre tengo! Hoy toca fondue.
Genial este micro, felicidades.
Beso grande.
Malu.
Ojalá disfrutes tanto del fondue como yo lo hago con tus relatos y comentarios, Malu.
Eliminar¡Mil gracias por tus palabras!
Un fuerte abrazo.
¡Qué rico! No sabes bien lo que me gusta el queso, Vicente... y este relato me ha abierto el apetito. Veré qué hay en la nevera... Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Si te encuentras algo apetitoso en la nevera no dudes en convidarme, ja, ja.
Eliminar¡Gracias, María José!
Abrazos.
¡Qué bueno! El relato y ese fundido de dos grandes. Veo que por estos lares cincuenteros sobra imaginación y talento. Un beso, Vicente, estupendo micro.
ResponderEliminarDe tanto leerlos, tal vez me he contagiado un poquitín.
Eliminar¡Mil gracias por tus palabras, Matri!
Un enorme abrazo.
Quizá la Pampa sea la fondeu.
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Quizá, Plinio! O algún otro candidato geográfico.
EliminarGracias por leerme y comentar.
Un abrazo.
Genial, Vicente. Muy bueno, como los dos quesos que nombras. Me encanta que después de todo lo que se escribe, aún haya escritores como tú que son capaces de sorprendernos con tanta originalidad.
ResponderEliminarBuenísimo. Antes puse en otro relato que era de lo que más me había gustado del mes. Pues este lo sumo a los mejores también. Al menos, para mí.
Un abrazo.
Pablo.
«Menos es más», querido Pablo. Ese «al menos, para mí» que pones al final de tu generoso comentario y las amables palabras de otros compañeros, son el mejor blasón: al menos, para mí.
EliminarUn abrazo, maestro.
Vicente
No sé si el testigo de tu historia está confundido o cofundido, sea como fuere, deja un excelente sabor de boca, y eso que yo soy más de kéfir, yogures y cuajadas que de quesos, qué se le va a hacer, cada uno es raro a su manera.
ResponderEliminarMe gusta mucho esa fusión de penínsulas y de dos de sus quesos más representativos, y no te digo nada ya lo que me gusta esa mujer con ojos de fuego y ágiles manos, sea de la península que sea, ibérica o itálica.
Quizá una Sofía Loren en el esplendor de su belleza, aunque tampoco le iban a la zaga otras compatriotas suyas como Silvana Mangano, Gina Lollobrigida o Claudia Cardinale -nacida en Túnez-, por poner algunos ejemplos de la edad de oro del cine italiano.
O, para que no se pongan celosas mis compatriotas, Sara Montiel, Charo López, Penélope Cruz o Ana Belén, por poner, igualmente, algunos ejemplos que me vienen a vuela pluma –más bien a vuela tecla- a la cabeza de fermosas actrices hispanas.
Así que visto lo bien que ha quedado esa fusión, Vicente, no me queda más remedio que hacer una degustación regada con un buen vino de Rioja. A tu salud. Un abrazo.
Raro o no, el gusto que tienes es exqusito, Enrique. Y no lo digo sólo por los quesos. Otra cosa, no estaría de más traer también a Mónica Bellucci y a Paz Vega a nuestra mesa, los platos modernos son igualmente deliciosos (con todos mis respetos para las divas).
EliminarGracias, gourmet.
Un abrazo deslactosado, je, je, je.
Aceptadas Mónica Bellucci y Paz Vega, y alguna más que se habrá quedado en el tintero o en el teclado. En cuanto a la lactosa no tengo problemas con ella, por ahora. Son mucho peores las latosas, y no te digo nada los latosos.
EliminarFeliz fin de semana.
Jajajaja genial Vicente, siempre nos sorprendes con las distintas categorías en que escribes (terror, humor, fantasía, etc.). Lo digo tanto por 50 palabras como por twitter.
ResponderEliminarEstupendo tu con fundido.
Saludos.
Cosas de la demencia, Jean. Ya lo sabes. XD
EliminarTú no te quedas atrás. Te encanta exprimirnos el cerebro. Je, je, je.
Te agradezco al infinito... y más allá.
Abrazos.
Sabroso relato, Vicente, que me hace pensar que debes ser casi tan buen gourmet como escritor.
ResponderEliminarGracias por seguir deleitándonos.
Un abrazo
¡Gracias, Georges!
EliminarLo de la cocina lo intento pero no destaco. No se quejan, eso sí.
Nos leemos.
Abrazos.
Dicen que uva con queso sabe a beso, pues bien, yo digo que Vicente con queso es mejor que eso.
ResponderEliminarBuen relato.
Ja, ja ,ja. Ojalá.
Eliminar¡Muchas gracias, Carles!
Qué bueno que te gustó.
Un abrazo.
Estos quesos saben a micro de la mejor calidad.
ResponderEliminarSuerte y abrazo virtual, Vicente
¡Gracias, María Jesús!
EliminarOtro abrazo de vuelta.
Me la has dado con queso hasta llegar a la palabra manchego, y además por partida doble. Muy imaginativo, Vicente. Un abrazo.
ResponderEliminarEspero te gusten los quesos, Juana. :-)
EliminarA mí me encantan.
¡Gracias por leerme y comentar!
Un abrazo.
Un final sorprendente. Ja.
ResponderEliminar¡Gracias, Lu!
EliminarMe siento muy feliz de haberte sorprendido. Es un halago.
Un saludo afectuoso.
Estaba saboreando el abrazo entre dos amigos que se encuentran después de mucho tiempo cuando me ha llegado el aroma inconfundible del queso fundido. Me encanta el queso. Y los abrazos. Y los amigos. Y las sorpresas. Así que, ¿qué más le puedo pedir a tu relato?
ResponderEliminarUn beso, Vicente
¿Y quién dice que los quesos no pueden ser amigos? Je, je, je.
Eliminar¡Gracias, Margarita!
Un abrazo.
Muy original. Me ha gustado mucho, tanto o más como me gusta el queso, que no es poco.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, José Ramón. Como he dicho, soy un amante de los quesos. Qué bueno que te gustó.
EliminarUn saludo afectuoso.
Por fuertes que sean los quesos, pocos se resisten a fundirse ante una mujer de mirada de fuego que sabe manejar sus manos.
ResponderEliminarEs un relato muy original, Vicente. Me encanta la forma que tienes de crear historias y bucear en ellas sin ningún límite.
Me ha encantado, Enhorabuena.
Un abrazo.
Qué te digo yo a ti, Antonio, un virtuoso de la pluma.
EliminarTe agradezco infinitamente la lectura, el comentario y tu generoso juicio.
Nos leemos.
Un abrazo.
Ummm Me derrito.
ResponderEliminarUn abrazo Vicente,
Ja, ja, ja. Ten cuidado, Raquel.
Eliminar¡¡Gracias!!
Otro abrazo de vuelta.
Hermoso y sugerente, aparte de suculento, este divertimento que nos traes, Vicente, en el que la fusión una vez más, esta vez de la mano de la pasión, mejora los ingredientes originales. Y todo ello preciosamente narrado.
ResponderEliminarGran relato de un escritor grande.
Un abrazo.
¡Muchas gracias, Enrique!
EliminarNo tan grande como tú.
Abrazos.