Un deseo irrefrenable
Preso de un fuerte instinto que perturba mi sueño la busco a tientas en la noche. Al sentir la tibieza de su negra y satinada piel, la libero de su elástico amarre y cumplo mi deseo en su interior.
Una nueva idea mora en mi libreta a salvo del olvido.
Una nueva idea mora en mi libreta a salvo del olvido.
Uno no sabe cuando le puede venir la inspiración, incluso en mitad de la noche, y lo mejor es tener cerca esa libreta en la cual guardamos las palabras antes que se las lleve el viento del olvido.
ResponderEliminarMuy bien contado Juana Mª, hasta que no aparece la palabra libreta por mi imaginación han deambulado varias ideas.
Besos.
Me alegra haber hecho deambular varias ideas por tu imaginación, Javier. Gracias por comentar. Besos.
EliminarEsa inspiración que impide el reparador descanso con su pertinaz cosquilleo. Creo que reconozco esas sensaciones. Desgraciadamente, en mi caso, no uso libreta, lo que me ha obligado, en ocasiones, a levantarme y desvelarme aún más de lo que estaba. Está guay tu relato. Saludos y suerte.
ResponderEliminarYo tengo varias, aunque últimamente he decidido deshacerme de las que están llenas. Acabo cogiéndoles cariño y me cuesta tirarlas. Es práctico tener siempre una cerca y evitar tener que levantarte por la noche. Gracias por lo de guay. Saludos y también suerte para ti.
EliminarMe gusta esa atmósfera erótica con la que envuelves el gesto de coger la libreta. Yo no tengo una "oficial", anoto en cualquier papel que tenga a mano, luego pasa lo esperado: que lo pierdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cómprate una libreta, María José. Las hay baratísimas. Confieso que en algunas ocasiones también anoto en cualquier papel y acaban perdiéndose. Mil gracias por comentar. Otro abrazo para ti.
EliminarLa inspiración literaria y el deseo erótico sabiamente emparejados en ese deseo irrefrenable del título.
ResponderEliminarMuy bueno, Juana. Me gusta cómo está contado. Un beso.
Gracias por tu generosa valoración del relato, Carmen. Celebro y mucho que te guste. Un beso.
EliminarHola, Juana,
ResponderEliminarNo sabes hasta qué punto me identifico con tu narración, cuando una idea me asalta por la noche, incluso en sueños, juro y perjuro que no la olvidaré. Echo mano de mnemotécnicas, señales en la almohada, tonadillas, lo que sea; sin embargo, la pereza se alza victoriosa y me impide tomar lápiz y papel. Resultado: por lo regular al día siguiente no me acuerdo de nada, amanezco molesto y descansado, eso sí.
Un relato bueno de verdad.
Un abrazo.
Tiene mucha gracia todo lo que me cuentas que haces para intentar retener la idea que te asalta de noche. Aunque el resultado no sea el buscado, seguro que mantiene tu mente activa. Gracias por lo de "bueno de verdad". Otro abrazo.
EliminarMe parece que vamos a ser muchos los que sonriamos al leer tu relato, Juana. Porque lo hacemos. Yo misma, tengo un cuaderno pequeñito en la mesilla y un boli. Cuando de repente me viene una idea, la apunto, pero a oscuras. Y claro, sale lo que sale, que no lo entiendo ni yo.
ResponderEliminarHas expresado muy bien la sensación de felicidad y la cara de bobos que se nos debe quedar a todos.
Un beso grande.
Sí, sí, yo también lo hago muchas veces a oscuras, por eso se me ocurrió el relato. De hecho he llegado a machacar una idea con otra encima. Aunque este en concreto es el resumen de uno de cien palabras, más o menos. Gracias, Patricia, y otro beso grande para ti.
EliminarMuy bueno Juana, creas la atmósfera perfecta y desde luego inevitable no sonreír.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias por comentar, Leire. Me alegra que te parezca bueno y que te haya hecho sonreír. Otro beso para ti.
EliminarJuana, a lo largo de tu relato nos has llevado al huerto haciendo volar nuestra imaginación, para después devolvernos a la cruda realidad. La libreta, cuantas veces la echo de menos en mitad de la noche... por la mañana la idea que había surgido ha volado...
ResponderEliminarBuen relato con toques de erotismo que se esfuman al llegar a la última frase.
Enhorabuena!
Besos
Me alegra haberte llevado al huerto, Pilar. Peco de redondear demasiado los relatos, así que valoro lo que me dices. Gracias por tus amables palabras. Besos.
EliminarCreo que todos a quienes nos gusta escribir nos sentiremos identificados con tu relato, Juana. A mí lo que me ocurre es que mi libreta no es ni de lejos tan sensual como la tuya, con su piel satinada y su elástico amarre, sino que es una libretita de las de toda la vida y, a veces, ni eso, pues sólo son pequeños trozos de papel en blanco.
ResponderEliminarOtros aspectos intrigantes por los que podemos preguntarnos quienes nos gusta escribir es ¿de dónde salen algunas de nuestras ideas? Cierto que las hay con conexiones lógicas y referidas a la experiencia que vivimos, pero otras son un absoluto misterio. ¿Y dónde van esas ideas que, por no apuntarlas, se borran de la mente?
Interesantes también son esas ideas que surgen cuando apagamos la luz para dormir, entonces, tenemos que volver a encenderla y apuntarlas. A veces, como dice Vicente, nos hacemos los chulos, o nos vence la pereza, y nos decimos que al día siguiente nos acordaremos de esa idea que a esas horas de la noche nos parece poco menos que genial, y resulta que, a la mañana siguiente, nanay del peluquín, no recordamos absolutamente nada. Por no hablar de esas ideas que aparecen en alguno de nuestros sueños y, ¡oh milagro!, recordamos al despertarnos.
En fin, todo muy misterioso, como si nuestro cerebro fuese un laberinto donde ese al que llamamos yo no es ni tan siquiera un primo segundo del minotauro.
Muy bonito tu relato, Juana, y muy sabiamente contado, enlazando la creación, en este caso literaria, con el erotismo. Mi enhorabuena y un abrazo.
Mil gracias por tu, como nos tienes acostumbrados, minucioso y generoso comentario. Todas esas preguntas que te haces sobre las ideas también son todo un misterio para mí. En mi caso, sí que experimento que algunas ideas que creía perdidas vuelven a mi memoria cuando menos lo espero. Otras, soy consciente, que no hay manera de recordar, tan solo me queda la sensación del olvido. Por eso, y más a según que edades, lo mejor es tirar de libreta. Otro abrazo para ti, Enrique.
Eliminar¡Gran goce y dicha el seducir a la idea, camelarla y llevarla directa a la libreta! Me parece que sí, que algo erótico y posesivo nos ronda cuando creamos y que es un refinado placer el de escribir y perfilar ideas o ficciones a través de la palabra. De algún artículo sobre el cerebro creo recordar que la energía creativa y la sexual compartían la misma zona del cerebro. Lo que no decía era que libretas tan sensuales formaran parte del entramado. Te ha quedado un relato jugoso y picante, con sonrisita burlona. Pa disfrutar. Un abrazo.
ResponderEliminarLo confieso. Yo también pertenezco a ese club de la libreta. Normalmente llevo un pequeño bloc encima, mientras que en casa tengo un cuadernito para este fin. Hace años usaba una carpeta pequeña, a la que también le dediqué un cuento en su momento. Quizá esa idea que apuntamos con rapidez para que no se escape quede en nada, que su chispa se apague pese a lo que prometía, pero no pocos textos meritorios han comenzado con un pequeño gesto como ese.
ResponderEliminarTu relato ha puesto de manifiesto que aunque somos seres únicos, no somos tan distintos.
Un abrazo, Juana
Yo también me siento absolutamente identificada con tu relato, Juana. Me parece magnífico en fondo y forma, muy bien contado ese momento en el que te viene la idea y sabes que si no le das una forma concreta, material, se puede desvanecer. Yo soy un poco desorganizada, sin embargo... tengo relatos escritos en la parte de atrás de un recibo, en una nota de móvil, en una hoja del cuaderno de los niños mientras hacemos la tarea, en el prospecto de la medicina que tomé ayer... Os dejo, que voy a comprarme una libreta!
ResponderEliminar¿Tuviste que apuntar esta idea, Juana? Porque sí que merecía la pena. Me ha gustado bastante ese paralelismo que trazas, mitad para engañarnos, creo, y mitad porque realmente existe entre ambas pasiones. Veo que has decidido contarlo en masculino para solventar cierta incoherencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bien descrita la carrera contra el olvido cuando esas ideas furtivas y resbaladizas irrumpen en los momentos más inoportunos. A veces he pensado que la inspiración debería tener forma de libreta. Me conformaría con tener una como la tuya a mano.
ResponderEliminarUn abrazo, Juana.
Me encantan los relatos donde el autor juega con el lector, lo conduce en una dirección para después llevarlo donde él quiere, y en el micro tú lo consigues en forma brillante. Enhorabuena.
ResponderEliminarYo lo he intentado muchas veces y sólo unas pocas lo he logrado.
Es un placer leerte, Juana.
Un cordial saludo.
Nunca hay que olvidar ese amarre de notas que se desliza por nuestros dedos, deseoso de ser dibujados por las letras.
ResponderEliminarOriginal 50, real 50.
Una maravilla leerte Juana.
Besos bonita.
Y así es, cuando una idea revolotea en el imaginario, hay que cazarla y estamparla en la hoja, como una mariposa.
ResponderEliminarBuena forma de expresarlo.
Mucha suerte y un besito virtual
No hay ninguna duda de que tu libreta es una seductora nata; lo que ya no tengo tan claro es si eso es bueno o no porque... yo me despistaría un poco, la verdad ;)
ResponderEliminarMuy bueno, Juana María.
Un beso
Ah, cuán identificado me siento con el narrador de tu relato (muy bien logrado el clima, por cierto) y cuán arrepentido las veces que no he anotado las ideas. SIEMPRE LAS OLVIDO.
ResponderEliminarBesos, juana.
¡Qué buena jugada, Juana! Me has metido un golazo por toda la escuadra. A mí, y juraría que también al resto de lectores. Magníficamente descrito ese deseo irrefrenable de atrapar una idea en un libreta antes de que se esfume. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarEhmmm, creo que a todos nos identifica este relato, jejeje... Tengo una libreta donde anoto las ideas del día y de la noche.. y otra libreta negra en donde anoto lo soñado...
ResponderEliminarComo bien dice Matrioska, ha sido un supergolazo a todo 50 palabras.
Saludos!!!
Genial, Juana. Y es que cuando te viene una idea, no puede uno dormir tranquilo hasta que la apunta, porque, si al día siguiente se olvida, será un día horrible.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso.
Pablo.
Veo que todos tenemos en común ese mismo deseo irrefrenable, Juana, pero solo tú has tenido la genialidad de narrarlo con un doble sentido que me ha encantado. Y veo que no soy la única que se levanta en medio de la noche para anotar una idea o un sueño. Porque yo no confío nada en mi memoria.
ResponderEliminarUn beso.
Confieso que siempre he sido "Marilibretas", pero últimamente lo anoto todo en el móvil, hasta tal punto que a veces tengo una idea y me paro en un semáforo a escribirla y a media noche cuando me desvelo, etc...
ResponderEliminarMe encanta ese deseo irrefrenable y que dure mucho.
Un beso enorme, Juana.
Malu.
La inspiración necesita tener un cauce para expresarse, una libreta, una servilleta, y no hablamos de lápices o bolígrafos, yo a veces he echado mano de un pintalabios, jaja.
ResponderEliminarBuen micro en torno a este vicio tan saludable.
Siento no haber sacado tiempo para seguir contestando uno a uno vuestros comentarios. Mil gracias por vuestras amables palabras. Un abrazo.
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