Veinte soldados
¿Cómo complacer a La Reina? Los cocineros se volvían locos.
—Necesito veinte soldados a mis órdenes. Urgente —solicitó el chef principal del castillo.
Listo el mini ejército.
—Nos vamos. De regreso, cada soldado subía el árbol cargando cuatro o cinco hojas de olmo en la espalda.
La Reina sería complacida.
—Necesito veinte soldados a mis órdenes. Urgente —solicitó el chef principal del castillo.
Listo el mini ejército.
—Nos vamos. De regreso, cada soldado subía el árbol cargando cuatro o cinco hojas de olmo en la espalda.
La Reina sería complacida.
Si en el mundo de los humanos las prebendas existen por motivos casi siempre condenables, en el de los insectos, las jerarquías son indispensables para la supervivencia de la especie.
ResponderEliminarExcelente relato, Omar.
Saludos.
Esto me trae a la mente el plato de la cocina china llamado "hormigas subiendo al árbol". Aparte, es triste, aunque lo marque el instinto animal, que algunos tengamos estar sujetos al dictado de lo que alguien diga, sin posibilidad de rebatirlo. Suerte y saludos.
ResponderEliminarOriginal fabula la que nos presentas Omar, siempre los sometidos deben complacer a los que mandan.
ResponderEliminarBuen relato Omar, un abrazo.
En este caso, la reina no sólo es la que manda, también es la depositaria de la continuidad de esa colonia, en tanto es la que depositará los huevos; de ahí que, aparte de parecer el capricho de quien no se le niega nada, también puede estar en juego la continuidad de la colonia, ya que tiene que estar alimentada debidamente, y con tanta descendencia, resulta igualmente comprensible que tenga muchos antojos, o uno muy grande.
ResponderEliminarUn saludo, Omar
Los caprichos de una reina... que deben ser satisfechos por los subordinados. Injusticia que existe desde tiempos inmemorables y que me temo que todavía perduran, aunque sería deseable que, actualmente, no se abusase del poder.
ResponderEliminarUn abrazo, Omar.
Esta estupenda fabulación me lleva apreguntarme ¿cómo es posible que tantos acaben siempre sirviendo a tan pocos? El ejercicio del poder requiere del acatamiento de los sumisos ejecutores. Casi siempre los soldados andan de por medio. Saludos. Suerte.
ResponderEliminarQue original, hasta el final no lo he pillado. Me ha gustado mucho Omar.
ResponderEliminarUn saludo :)
Omar, la jerarquía en el mundo de los insectos viene marcada por el nacimiento y es imposible cambiar su destino. Han nacido para obedecer a la reina. Qué triste!
ResponderEliminarBuen micro.
Besos
Nos has dejado una sugerente fábula, Omar. Me temo que todos llevamos nuestras propias hojas de olmo a la espalda.
ResponderEliminarsaludos cordiales.
ResponderEliminarSe me ha quedado corto tu relato, hubiese querido más, pero cincuenta, son cincuenta palabras.
Suerte y un saludo.
Original y con moraleja.
ResponderEliminarSaludos, Omar.
Muy original, sí señor. Los humanos somos muy parecidos a los insectos, jerarquías, súbditos, cargas a la espalda...
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Malu.