Ya lo decía mi madre
Mi madre tiene superpoderes.
Cuando era pequeña hacía aparecer los objetos perdidos.
En mi adolescencia adivinaba qué y cuánto había bebido por mi forma de hablar.
El día de mi boda predijo la duración exacta de nuestro matrimonio.
Por eso hoy no me sorprendió encontrarlo en la cama con otra.
Por eso hoy no me sorprendió encontrarlo en la cama con otra.
Hay las madres!!! Dotes mágicas y adivinatorias cómo mínimo. Y qué coraje tener que darles la razón. Jejeje. Muy bueno Asun. Me encanta. Besos
ResponderEliminarGracias, Carmen. Un sexto sentido es lo que tiene la madre de mi protagonista.
EliminarUn beso.
Asun, eso de los superpoderes debe ser algo intrínseco de las madres porque la mía hace gala de los suyos cada vez que puede: «Te vas a enfermar», «Esa chica no es de fiar», «Sé lo que estás pensando», «En dos minutos sonará el teléfono», etc.
ResponderEliminarMuy bueno. Apuesto a que, al igual que yo, muchos se sentirán identificados.
Un abrazo.
Las madres de la generación anterior a la mía tenían esa capacidad. Yo a duras penas llego a adivinar lo que hacen mis hijos cuando dicen que se encierran en el cuarto a estudiar.
EliminarUn abrazo.
Cómo no estar de acuerdo con el pensamiento de tu protagonista. Quién no ha experimentado esos superpoderes, una palabra que define perfectamente esa capacidad certera y misteriosa, que parece de otro mundo.
ResponderEliminarUn relato entre la ternura y el dramatismo, con el que es fácil identificarse.
Un abrazo, Asun
Sus poderes adivinatorios debían proceder de las artes de sabiduría acumuladas durante siglos de generaciones sucesivas de madres.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Un beso, Ángel.
Es que una madre, es una madre, siempre pensando, apostando y pronosticando el futuro. Has hecho un fiel retrato de la situación.
ResponderEliminarSuerte y un besito virtual
Gracias, Maria Jesús.
EliminarUn beso.
Pues vaya con tu madre, siempre animando. Chínchala y dile que aquí, en Cincuenta, te hemos dicho que este relato huele muy bien. ¿A que ella, con sus superpoderes, no te lo ha vaticinado?
ResponderEliminarUn beso, Asun.
Por desgracia, mi madre ya no puede adivinar nada, pero te aseguro que en este tema era de las mejores. Le habría gustado leer este micro, se lo dedico esté donde esté.
EliminarGracias por comentar. Un beso, Patricia.
Los superpoderes maternos están ampliamente demostrados. Se ha hecho un estudio por la Universidad de Pablolandia que ha descubierto que las cosas que los hijos no encuentran, cuando las madres buscan lo mismo en el mismo sitio, aparecen al oler la presencia maternal, aunque tengan que cambiar de sitio, ellas consiguen que vuelvan al lugar donde dijeron que estaban.
ResponderEliminarLo de las relaciones y el tiempo, tampoco andan muy descaminadas. La tuya tiene además gran exactitud.
De lo que estoy seguro es de que estará orgullosa de tener una hija con toneladas de ingenio y una pluma brillante.
Me ha encantado tu relato por lo que cuenta y por cómo lo hace.
¡Bravo!
Un besazo, mi querida beoda.
Pablo.
Sí, esas habilidades se dan en el primer curso de la facultad de Maternidad: "Artes adivinatorias I". Mi madre sacó matrícula de honor en esa asignatura, ella sabía incluso donde estaban las cosas que desaparecían en mi casa (una vez hizo aparecer una montaña de calcetines sin pareja, eso era nivel avanzado). Yo me conformo con un aprobado y ayudar a mis hijos cuando no encuentran el bonobús.
EliminarUn beso de beoda.
Las madres lo saben todo. Al menos, todo lo que a sus hijos concierne, pero la tuya es profeta, Asun. Me pregunto si el día de la boda te tomaste en serio la premonición.
ResponderEliminarBuen micro. Besos.
Hay una generación de madres (sálvanse, afortunadamente muchas de ellas) que ha parido una individua típica del determinismo sociológico. Su afán es conjeturar sobre el aspecto negativo de los hechos y, por insistencia, acaban influyendo en los demás y acertando en lo peor de los pronósticos. Es decir, que la mamá preparó a conciencia la infidelidad conyugal del yerno. Muy bien, no debía caerle y le puso los puntos. Típica suegra egocéntrica. Has retratado perfectamente a la mamá a través del testimonio de la hija. Estupendo. Felicidades y saludos, Asun.
ResponderEliminarCierto. Pensé igual. Como relato está muy bien, pero si lo analizamos psicoanalíticamente es una madre "típica del determinismo sociológico" o lo que suele llamarse vulgarmente, de esas que declaran "profecías autocumplidas".
EliminarSí, la madre de la protagonista es lo que en mi tierra llamamos "agorera".
EliminarUn abrazo y gracias a los dos, Manuel y Lu.
Casi produce miedo pensar en una madre así, que todo lo sabe. Aunque mi madre se murió hace mucho, ¿a qué me suena eso? Y que valiente la hija atreverse a comprobar si la madre había acertado en su predicción sobre la duración del compromiso conyugal. Muy bueno. Suerte y saludos.
ResponderEliminarGracias por comentar, Jesús. Mi madre también murió hace tiempo, pero tenía ese don muy desarrollado.
EliminarUn abrazo.
¡Ay, las madres! y sus comentarios...
ResponderEliminarAlgunos los vas entendiendo cuando te conviertes en una y los hijos van creciendo, jeje
Un beso.
Carme.
Tines toda la razón, Carme, esta sabiduría se trasmite de generación en generación, heredada directamente por vía materna.
EliminarUn beso.
Como relato está muy bien, pero si lo analizamos psicoanalíticamente es una madre "típica del determinismo sociológico" o lo que suele llamarse vulgarmente, de esas que declaran "profecías autocumplidas".
ResponderEliminarSí, la madre de la protagonista es lo que en mi tierra llamamos "agorera".
EliminarUn saludo y gracias por comentar.
Asun aquí de podría decir aquello de ya lo decía mi madre. Pienso que acertó al 100%, al igual que tú con este relato.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Besos.
Gracias, Javier.
EliminarUn beso.
Cierto y preocupante, a la vez, eso que dices de las madres. La mía también tenía superpoderes... Si es que no deben de ser de este planeta. Enhorabuena, Asun.
ResponderEliminarUn abrazo.
María José
Gracias, Maria José.
EliminarUn abrazo.
Me gusta mucho tu relato, que, con el pretexto de los superpoderes de la madre nos cuenta cosas de la hija: que de niña perdía todo, que en la adolescencia le gustaba el botellón y que dada su mala elección, el matrimonio no podía durar mucho. La madre dijo una fecha de duración y esa fecha es la que la protagonista eligió para llegar temprano a casa, pero, de haberlo hecho antes, hace mucho que lo podría haber descubierto. Jaja Como habrás visto, creo más en la preocupación y cuidado de las madres por sus hijos que en los superpoderes.
ResponderEliminarMuy bien escrito y muy divertido, Asun.
Un cordial saludo.
No subestimes nunca los superpoderes maternos, Georges, que se pueden volver en tu contra. Me alegro de que te haya divertido.
EliminarUn abrazo.
Parece que el influjo de esta madre es tan grande que dirige totalmente la vida de su hija, haciendo que aparentemente se cumplan unas falsas profecías. Madre no hay más que una, pero en casos así ¡más vale! Buen relato para la reflexión, Asun.
ResponderEliminarGracias, Juana.
EliminarUn abrazo.
"Las madres saben más por viejas que por diablos", pero a todos los hijos nos gusta experimentar haciendo caso omiso de sus recomendaciones. Quizá porque sabemos que siempre podremos volver a llorar en su regazo.
ResponderEliminarMe alegra verte de nuevo por aquí, Asun.
Un beso grande.
Continuando con el refranero, lo que nos pasa es que fuimos "cocineras antes que frailes".
EliminarA mí también me alegra poder tener un rato para leeros y comentar, últimamente ando un poco corta de tiempo.
Un beso.
Espero que la otra no fuera su madre Asun.
ResponderEliminarAhora, chorradas a parte, me ha gustado tu micro.
Saludos,
No, su madre estaba en el abogado de la familia, informándose del papeleo para el futuro divorcio.
EliminarUn saludo.
Yo creo que las madres se deben de quedar en el parto con algún pedacito de nuestras neuronas que emplean como una especie de puerta de atrás astral para conectarse con los hijos sin que lo sepan. De otro modo, no se explica.
ResponderEliminarUn relato muy bien narrado, Asun.
Un abrazo.
Buena hipótesis, Antonio. Un honor para mí que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
¡Madre no hay más que una! Y sí, lo saben todo, todo y todo.
ResponderEliminarSaludos.
Todo, todo y mucho más.
EliminarAbrazos.
Estupendo homenaje a las madres, Asun. Y a la chica del cuento me entran ganas de decirle que haga un poco más de caso a sus mayores.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Carlas. Es que conocemos a los hijos como si los hubiéramos parido (como decía mi madre).
EliminarUn beso.
¡Ay las madres...! Lo sabemos TO-DO y más.
ResponderEliminarTu micro dice mucho y deja ver mucho más, enhorabuena.
Besos Asun.
Malu.
Gracias, Malu, Me alegro de que te haya gustado.
EliminarMuchos besos.
Qué pocas cosas escapan al escrutinio de las madres, y qué poco caso solemos hacerles. Al final, cuando aprendemos las cosas por propia experiencia, suele ser demasiado tarde para rectificar.
ResponderEliminarSabio relato, Asun. Se nota que ya eres madre, ;).
Un abrazo
Qué razón tienes, Enrique. Les voy a pasar tu comentario a mis hijos, a ver si me tienen un poco más en cuenta.
EliminarUn beso.