Ahora la veis, ahora no la veis
Asombrados, sin pestañear, son testigos de lo inimaginable, de lo imposible.
Los primeros aplausos rompen el hechizo.
Apagados los focos, se vuelven a encontrar tras el grueso telón morado. Ella se adhiere a la suela de sus zapatos y regresan juntos a casa, bailando entre las luces de la ciudad.
Apagados los focos, se vuelven a encontrar tras el grueso telón morado. Ella se adhiere a la suela de sus zapatos y regresan juntos a casa, bailando entre las luces de la ciudad.
La magia ha tenido lugar frente a los espectadores y, por lo que alcanzo, la sombra es parte activa del dúo, se desdobla del cuerpo y lógicamente, crea la admiración del público en un número inimaginable y, a todas luces, soberbio.
ResponderEliminarSugerente este relato, que incluso después de apagados los focos, deja sentir el poder de la magia de su lectura.
Saludos, Jose.
Bien interpretado, Manuel. Los trucos que utilizan elementos próximos y cotidianos pueden ser los más sorprendentes. Harto de hacer desaparecer ayudantes y palomas, el mago volatiza su propia sombra ante la atenta mirada de todos los espectadores.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Saludos.
Esa es la esencia de la magia, el aparecer y desaparecer. Sí como bien dice Manuel, la sombra es la causante de esa magia, además tiene la capacidad de aparecer cuando ella quiere. Me gusta el título y esa frase del modo que regresan juntos a casa.
ResponderEliminarBuen relato Jose, un abrazo.
Para creer en la magia hay que dejarse engañar por los sentidos y dejarse sorprender por situaciones imposibles.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Un abrazo, Javier.
¡Qué bonito!
ResponderEliminarMuchas gracias, Patricia.
EliminarEn la primera lectura no entendí el cuento. Mi culpa. Los comentaristas con su aporte lograron resaltar lo que no fui capaz de ver: el encanto de la magia.
ResponderEliminarA mí me pasa lo mismo. Estoy seguro de que todos los días suceden a mi alrededor maravillas inexplicables que vuelan y escapan mientras atiendo otros quehaceres.
EliminarMuchas gracias por comentar, Lu. Saludos
Una pareja de lo más compenetrada, eso no se les puede negar. A veces ella se deja ver y otras no, pero siempre está ahí. No es posible imaginar al uno sin el otro. Juego de magia y de sombras, al que no sería ajeno Peter Pan.
ResponderEliminarUn saludo, José
Los compañeros perfectos de trabajo, llegan juntos, cada uno realiza su tarea y de nuevo de vuelta a casa satisfechos con el resultado del día. La magia también existe en cada recompensa, en cada pequeño momento.
EliminarGracias, Ángel. Saludos.
«A-sombrados», nunca mejor dicho.
ResponderEliminarUn relato lleno de imaginación, José.
Saludos.
Bien visto, Vicente. Una vez desaparecida de escena, y antes de encontrarse con el mago, se ha ocultado entre los caracteres de la primera palabra del relato para observar desde allí la reacción de los lectores.
EliminarGracias por el comentario. Saludos.
José, un relato mágico, entre las luces y las sombras.
ResponderEliminarMe ha encantado la frase final. Muy hermoso.
Enhorabuena,
Besos
Realmente la idea final es la que me inspiró el relato. Cómo las sombras se mueven, aparecen y desaparecen al transitar de noche por cualquier calle iluminada de nuestra ciudad.
EliminarMuchas gracias, Pilar. Besos.
Precioso micro, José. Transmite delicadeza. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo.
Eres muy amable. Muchas gracias por tu comentario, María José. Un abrazo.
EliminarQué alegría ver de nuevo tus excelentes letras por aquí, Jose. Me ha encantado tu relato. Condicionas nuestra capacidad de fantasía con unos adjetivos que nos llevan a imaginar lo inimaginable, convirtiendo la historia en algo excepcional. Y todo con esa enorme calidad de tu narrativa y tu rara capacidad para contar justo lo necesario.
ResponderEliminarRealmente mágico.
Enhorabuena y un abrazo.
Como le comentaba a Álex en un correo, lo mío con la escritura no es la constancia ni la fidelidad. Te agradezco mucho tu valoración aunque la considero un tanto desmedida. La guardaré cerca por si en algún momento flaquean mis ganas de escribir.
EliminarLo que sí te aseguro es que no he dejado de leer tus relatos y, aunque un poco tarde, me gustaría felicitarte por tus 40 en 50, creo que es un logro fantástico por la calidad de todos ellos. Con tus letras la magia está asegurada en este rincón que compartimos.
Un abrazo, Enrique.