Fidelidad
Era una adolescente cuando sentí sus primeras caricias. Se marchó al enamorase de él. El tiempo me la devolvió y en el silencio de sus noches me convertí en un mudo compañero. Hoy la sierra del talador ha acabado con mi enfermo tronco.
Mañana seguiré vivo, porque ella me recuerda.
Mañana seguiré vivo, porque ella me recuerda.
Dori nos cuentas por medio del sentir del tronco de un árbol la historia de amor de la protagonista, con esa imagen del tronco nos muestras el paso del tiempo.
ResponderEliminarBuen relato Dori, abrazos.
Me alegro que te guste. En ese árbol hay bastantes y muy distintos tiempos en la vida de la mujer.
EliminarUn abrazo
Te llamas Dori?
EliminarEn realidad me llamo Adoración, que tiene tela, pero me llaman Dori y salvo para los temas legales en que si respondo por Adoración, en el resto soy Dori.
EliminarPercibo un texto que relata, según me parece,una hermosa relación de amor entre la mujer y el árbol, que se persona como protagonista anímico del micro y que perdura en el tiempo, mientras dura la vida del mismo.
ResponderEliminarNo sé si es ir muy lejos, pero la última frase me lleva a pensar que hay un componente autobiográfico en el relato, que eres tú quien recuerda aquel árbol para el que tanto significaste y tanto significó en tu vida.
Sensible historia, La hija del ferroviario. Saludos.
Pues has dado en la diana. Acaban de talar "mi árbol" y se lo debía.
EliminarGracias.
Más allá de la belleza de tu microrrelato, me quiero centrar en la última frase. El que alguien nos recuerde (a nosotros o a ese tronco cercenado) es tan importante porque, efectivamente, nos mantiene vivos. ¡Ojalá siempre haya alguien que nos recuerde cuando hayamos muerto!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues aunque pueda parecer un tópico, estoy de acuerdo contigo, yo he conocido y sentido a personas que no conocí, a través del recuerdo de otro.
EliminarGracias. Un abrazo
Buenos días.
ResponderEliminarPensé que el árbol era una metáfora del padre y la sierra del labrador la de la muerte. Tu micro recuerda las kenningar con el hacha del talador.
Muy lírico.
Pues aunque no es una metáfora, si es muy interesante tu interpretación. Enriquece.
EliminarGracias
Los árboles seres vivos y beneficiosos que acompañan nuestras vidas, la mía al menos. Yo viví la infancia y primera juventud en una zona con muchos, tuve esa suerte. La verdad es que, de alguna manera, les tenía cariño. Y en alguno debe haber todavía alguna inicial, y puede que hasta un corazón con una flecha. La frase final de tus cincuenta palabras es como un relato en sí mismo, pues nada muere mientras se recuerde.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y otro para ese caballero
Muchas gracias por tu comentario Ángel. Esperamos verte pronto
EliminarUn abrazo de los dos
Me identifico mucho con este relato. ¿Cuántos recuerdos, dulces y amargos, habremos dejado al pie de los árboles?
ResponderEliminarGenial.
Un abrazo doble.
Muchas gracias. Me alegro que te guste.
EliminarUn abrazo de los dos
Mientras los años y las circunstancias respeten esa brizna de memoria seguirá enhiesto y presente en la vida que le quede, a ella, por vivir, fortaleciéndola. Muy hermoso. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEspero que tu reflexión se cumpla. Gracias. Saludos
EliminarEl árbol talado quedará vivo en el recuerdo de ella, que tanto lo amó y tanto compartió con él. Hermosa historia. Es curiosa la relación que mantenemos con otros seres de la naturaleza. Algunos forman parte de nuestras vivencias más intensas.
ResponderEliminarUn abrazo para los dos.
Muchas gracias por tu acertado comentario. Un abrazo de los dos
EliminarAlgunas personas sentimos un fuerte vínculo con los árboles, para mí son seres llenos de sabiduría y no me extrañaría nada que, pese a que seamos pobres criaturas por evolucionar, ellos también tengan ciertos sentimientos hacia nosotros. Me ha gustado mucho. Un beso.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Lo cierto es que yo entre los árboles me siento libre de cualquier preocupación.
EliminarBesos
Dori, una bella historia que nos confirma que los árboles son seres vivos y además tienen sentimientos. Me ha gustado como nos cuentas la historia de la vida de una mujer, que el árbol acompaña hasta su final. Sabe que ella no lo olvidará.
ResponderEliminarBuen relato. Enhorabuena.
Besos
Yo si siento que sienten y creo que hay situaciones de nuestra vida, que pueden no ser reales, pero si las vivimos como tales, lo son.
EliminarGracias. Bsos
Hola!!! pues bonito relato, me ha gustado, además toca lo mágico en el entorno nuestro. Un árbol o elemental que es fiel a la amistad con la chica.
ResponderEliminarPrecioso.
Saludos!
Muchas gracias por tu comentario. Saludos
EliminarTu microcuento podría relacionarse con la película El olivo, de Icíar Bollaín, en la que ese árbol no es un trozo de madera con hojas con el que se puede hacer lo que se quiera, sino el símbolo mismo del amor a la vida, y así lo entiende la principal protagonista de la película.
ResponderEliminarY eso es lo que ocurre también en tu microcuento, en el cual hablas de las cosas que importan: el amor, la memoria, el respeto a la naturaleza y, también, la inconsecuencia y la barbarie de muchos seres humanos, porque resulta deprimente que, con total indiferencia, unos vándalos o un grupo de gente codiciosa puedan acabar en un santiamén con lo que a la naturaleza le ha costado siglos hacer, y esto suele ser el pan nuestro de cada día.
Por último, la importancia del recuerdo, donde, mientras vivimos, viven también los seres que hemos amado y que ya no están en este mundo.
Mi enhorabuena por tantas cosas excelentes como contiene tu pequeña historia. Un abrazo.
Pues tu comentario es tan bello como mi árbol. No me acuerdo de esa peli, aunque soy muy cinéfila. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarDori, qué historia tan bonita...
ResponderEliminarTe mando un beso grande, nos vemos el 5.
Malu.
Ya te estaba yo echando de menos y eso que yo no correspondo con vosotros de la misma manera, pero es que de verdad, no me da la vida para hacer todo lo que me gusta. Nos vemos el 5. Besos
EliminarGrande y bella historia, Dori. Qué magnánimo puede ser el amor de estos seres y que pocas veces tomamos conciencia de ello.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo para los dos.
¿Nos veremos en Madrid?
Muchas gracias. Nosotros nos hemos apuntado a todo, así es que eso esperamos, vernos.
EliminarUn abrazo de los dos,
Precisoso relato, Dori. Tu árbol ha quedado enraizado también en mi corazón para siempre jamás.
ResponderEliminarBesos y hasta el sábado.