Fin del camino
Recorrió la ciudad con una pequeña caja de cartón entre sus manos, llegó al puente, la abrió y la arrojó al río, dejando que sus sueños, esperanzas y pensamientos más íntimos volaran arrastrados por el viento, se subió a la baranda y esperó tranquila a una ráfaga de aire favorable.
Fin del camino y vuelo hacía la libertad.
ResponderEliminarA lo mejor soy un poco raro pero pienso que hay que tener mucho valor para hacer lo que hace tu protagonista, pueden haber circunstancias que la areastren a ello, pero hay que ser muy valiente.
Buen relato Crispin, me ha gustado.
Un abrazo.
Gracias Javier.
EliminarEl camino es difícil cuando el final se presume trágico. En esta historia hay valentía, desesperación, dolor, necesidad de trascender...
Qué bonito nos presentas algo tan trágico y qué serenidad la de tu protagonista al ser capaz de escoger, transportar y luego enchar a volar los rescoldos de su ser. Muy bueno. Suerte y saludos.
ResponderEliminarGracias Jesús.
EliminarSupongo que al echar a volar los rescoldos, como bien dices, es porque tiene la esperanza de que alguien los recoja.
La espera de ese viento que ponga el punto y final, deja abierto un relato que nos lleva a través del desprendimiento ante la encrucijada vital de una persona. Yo quiero creer que la esperanza tiene alas y acudirá antes que el viento al puente del adiós. Todo es posible dentro de un relato contado con tanta delicadeza y sensibilidad.
ResponderEliminarSaludos, Crispín.
Así es, un final que puede ser dramático, pero que eja abierta una puerta a la esperanza.
EliminarGracias por tu comentario.
El cuerpo desaparece inevitablemente, sólo es cuestión de tiempo, sería necio dejar de asimilar esta realidad innegable, pero nadie puede sostener que no sea posible que sueños, esperanzas y pensamientos queden en el aire, que a alguien aprovechen, que en otros, de alguna forma, se reencarnen. Una buena combinación de resignación y esperanza, aunque pienso que esta última gana por puntos.
ResponderEliminarUn saludo
Todos dejamos secuelas, recuerdos, que nos hacen perdurar.
EliminarGracias por tu comentario, Ángel.
Crispín, delicado micro. La protagonista cuando ya no puede más lanza sus sueños y esperanzas convertidos en cenizas que el viento se lleva. Espera un viento favorable que cambie su vida o acabe con ella...
ResponderEliminarMuy bello. Me ha gustado.
Enhorabuena!
Besos
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EliminarGracias, Pilar.
EliminarHasta en los momentos más desesperados pueden cambiar las circunstancias y arrastrarnos (o no).
Un final del camino triste y muy bien contado.
ResponderEliminarUn abrazo, Crispín.
Pablo
Buenos días, Pablo.
EliminarUna historia que emana tristeza, pero algo deja a la esperanza.
Ohhhh. Bueno, como dijo Heráclito, siempre cambia pero es el mismo. A ver su asoma por la rivera un atisbo dorado de esperanza.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, es muy tierno.
Salut.
Gracias, Dipandra.
EliminarHabiendo llegado a una decisión fatal, aún espera que llegue una ráfaga de viento... o no.
La frase tópica y típica de "la esperanza es lo último que se pierde" es muy aplicable a tu sensible relato, Crispín. Me ha gustado mucho cómo lo has escrito y te felicito por ello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es curioso, la lectura del relato a tenido respuestas que van desde la esperanza hasta la absoluta desesperanza. Acudo a otra frase tópicia y típica: Todo es según el color del crital con que se mira.
Eliminar¿Pandora tirando al río su propia caja?
ResponderEliminarTu cuento va creciendo a medida que avanza y deslumbra al final.
La de Pandora es la famosa, pero hay tantas cajas como personas.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Los sueños y la intimidad de tu protagonista serán recogidos por otros, quienes les darán continuidad. En cuanto a ella, ha llegado al extremo de dejar que el viento de la vida elija su destino.
ResponderEliminarUn relato muy bello, Crispín. Un abrazo.
Gracias por tu comentario, Carmen.
EliminarA veces la persona, incapaz de decidir, opta por dejar que el tiempo decida por ella.
Nos presentas una escena cargada de tristeza y dramatismo con un lirismo que cautiva. Muy bello micro, Crispín, felicidades. Un saludo
ResponderEliminarGracias Matrioska, por tu comentario. Muchas veces el lirismo va de la mano del dramatismo y lo suaviza.
EliminarComo canta Fito Páez, todo es un volver a empezar y volver a empezar y volver a empezar...
ResponderEliminarPrecioso micro, Crispín.
Queda pendiente si ella estaba dispuesta a empezar o no. Depende del aire que está por llegar, que espero que sea positivo (es fácil que en un futuro reaparezca en otro cuento mío, o en cualquier otra fantasía). Gracias Carles.
EliminarSiempre hay un fin en el camino, pero si es tal como lo cuentas, con tanta belleza, no hemos de tener miedo hasta llegar a él.
ResponderEliminarPrecioso Crispín, un beso.
Malu.
Todos llevamos nuestra caja ee cartón que vamos vaciando para dejar al viento su contenido y rellenando con las vivencias de los demás.
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